La semana pasada el canal Fox Crime emitió el capítulo que ponía fin a las aventuras de Jack Bauer en televisión. La última temporada de ‘24’ se despedía del canal de pago (¿por qué tenemos que esperar tanto tiempo para disfrutar en abierto de algunas series?) y nos dejaba con la tristeza de tener que decir adiós a una buena ficción que nos ha acompañado durante ocho temporadas. ‘24‘ finalizó el pasado mes de mayo en el canal Fox y tuvo un final de temporada que mediáticamente se vió eclipsado por el final de ‘Perdidos’.
La serie también ha sido noticia esta semana después de que Kiefer Sutherland asegurara que la película de ‘24’ se estrenaría el año que viene, algo que muchos esperamos que se cumpla, sobre todo después de observar cómo finalizó la ficción en televisión. La octava temporada, con una segunda mitad más interesante que la primera, ha seguido la mecánica a la que ‘24’ nos tenía acostumbrados todo este tiempo: luchas de poder, grandes dosis de acción y giros inesperados. Esa es la tónica general de la serie a la que no nos queda más remedio que decir adiós.
Jack Bauer se queda solo ante su destino
El destino de Jack Bauer siempre ha ido en su contra. Ha sido un personaje que siempre ha intentado ser feliz, buscando una estabilidad ya sea ejerciendo de novio, padre e incluso abuelo. Pero a lo largo de la serie hemos visto como los problemas se encuentran con Jack y les desmoronan uno a uno los cimientos en los que estaba basado su felicidad. Desde la primera temporada, en la que unos terroristas secuestraron a su hija y su mujer para obligarle a asesinar al presidente de Estados Unidos, todas las tramas que hemos visto en las ocho temporadas han ido deteriorando la vida privada de Jack.
Secuestrado y torturado por los chinos, adicto a las drogas después de una infiltración, la muerte de sus seres queridos… Todos estos son factores que han dejado a un Jack cada vez más solitario y violento, dejándole como única vía de escape esa lucha constante contra cualquier enemigo de su país. En la octava temporada hemos visto el último intento de Jack por ser feliz. Su fugaz relación con Renee Walker le sirvió para decidir que quería estar alejado de todo lo que había sido su vida hasta ahora. Pero en ocasiones querer y poder no son sinónimos y su sueño de tener una vida junto alguien se esfumó con la rapidez de un disparo.
Y, después de eso, la locura. Quizá desbordado por todo lo que le ha pasado en su vida, en los últimos capítulos hemos visto a Jack tomándose la justicia por su mano, para acabar con todos los que se atrevieron a hacerle daño. Un sentido de la justicia particular que está por encima de lo establecido por las leyes. Pero así es Jack. Sólo la intervención de Chloe ha ayudado a Jack a salir de la espiral de violencia en la que se había metido.
Cómo me ha gustado el papel que ha jugado Chloe en este final de temporada. Recuerdo que cuando apareció en escena fue uno de los personajes que peor me cayeron de la serie. Pero con el tiempo Chloe O´Brian ha sabido conquistarme. La historia de ‘24’ es una historia de lealtad, pero no sólo dentro de las altas esferas. Con la relación de Chloe y Jack hemos comprobado que ‘24’ también hablaba de la importancia de la amistad. La serie no podría haber acabado de mejor forma, con esa emotiva despedida entre dos grandes amigos, afrontando las consecuencias de los actos y adentrándose ante un futuro incierto.
Pero no nos engañemos. El futuro de Jack es incierto porque los creadores de la serie tenían la idea de convertir la serie en película desde hace mucho. Para mí el final de Jack Bauer, el final coherente, debería haber sido su muerte, eso sí, dando su vida por su país. Jack ha realizado demasiadas actos que se encontraban entre la línea del bien y del mal y ha sufrido mucho como para tener una vida normal. Así que yo no lo hubiera dejado vivo. Pero en vez de eso nos quedamos con un Jack fugitivo, huyendo de su propio país y de los enemigos de este.
¿No es el personaje de Jack una consecuencia de las acciones llevadas a cabo por los Gobiernos de los países poderosos? A mí siempre me lo ha parecido y con este final más que nunca. Ha quedado abandonado por aquellos a los que siempre ha querido ayudar pese a que ha sacrificado su propia vida por hacerlo.
Un acuerdo de paz firmado con sangre
La acción política de esta temporada ha transcurrido en la sede de la ONU, hecho por el cual toda la trama de ‘24’ ha tenido lugar en Nueva York. Allí hemos visto los intentos por firmar un acuerdo que llevaría la paz a Oriente pero que no interesaba a todos por igual. La amenaza de la temporada ha rodeado a aquellos que sí querían que el acuerdo saliera adelante y ha tenido una importante encubridora: la presidenta Taylor. Tantas eran sus ganas por llevar a cabo el acuerdo que se olvidó de que el proceso para sacarlo adelante también merecía ser limpio.
Hemos visto a una presidenta que, pese a demostrar en la séptima temporada sus férreas convinciones y todo lo que era capaz de llevar a cabo por defenderlas, ha bajado a los infiernos esta temporada, gracias a su demonio particular: Charles Logan. El expresidente ha vuelto a ser parte importante de la trama, realizando una estrategia para limpiar su nombre que ha provocado que la presidenta se aleje de todo cuanto hasta ahora ha defendido.
Quizá generalizo un poco, pero creo que las temporadas buenas de ‘24’ han sido aquellas en las que hemos tenido un buen personaje presidiendo el país (David Palmer, Charles Logan o Alison Taylor por último). Y, si en esta última temporada hemos disfrutado de la presencia de dos de esos personajes, no hace falta decir que la última temporada ha sido satisfactoria. Y para mí, uno de los mejores momentos de la temporada ha sido el secuestro de Logan, uno de los grandes enemigos de Jack. Sus encuentros han sido muy escasos a lo largo de la serie, pero cada vez que se han dado han sido ocasiones en las que hemos disfrutado al máximo.
Tampoco sabemos el destino de Logan (aunque después de su intento de suicidio podemos intuir que muy bueno no será), ni siquiera el de
la presidenta Taylor. Pero de esta última sí que podemos decir que se enfrentará a él con la conciencia limpia. Lo único que se le puede reprochar a ‘24’ es haber dejado las tramas demasiado abiertas, sobre todo después de que con el tiempo hemos comprobado que eso de la película no era algo asegurado y que existe una posibilidad de que ni siquiera podamos disfrutar de ella. Aún así, ‘24’ ha terminado dejándonos un buen sabor de boca y la sensación de que el largo recorrido ha merecido la pena. Hoy en día no todas las series pueden decir lo mismo.
En ¡Vaya tele! | Kiefer Sutherland asegura que la película de ‘24’ se estrenará en 2012
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