El prolífico —con pocos directores se puede utilizar este término con tanta exactitud— Takashi Miike presentó ayer a concurso en la 67ª edición de la Mostra de Venecia ‘Jûsan-nin no shikaku’ (conocida internacionalmente como ’13 Assassins’), un remake de la que hizo Eiichi Kudo en los años sesenta rodado en la línea de ‘Los siete samuráis’, de Akira Kurosawa, o de ‘Los siete magníficos’, de John Sturges. Con estas dos predecesoras en mente, parece obvio que algunos la califiquen de «cinta de samuráis con sabor a lejano oeste». El director declara que con ella quería mostrar «lo difícil que es conseguir vivir en paz. La sociedad actual no valora la paz, no quiere cambios y no arriesga nada, solo quiere una vida tranquila».
Se cuenta que ‘13 asesinos’ no sólo logra ser un minucioso retrato de las costumbres de los samuráis, sino también un despliegue visual donde se contemplan todas las formas de rodar la lucha de espadas. Como Miike es debilidad de Tarantino, presidente del Jurado, se dice que tiene posibilidades. Espero que, si gana, sea porque se lo merece y no por este dato que en casi todos los medios utilizan como motivo principal para considerarlo entre los que cuentan con opciones al León.
Fuera de concurso, Takashi Miike dio a conocer ayer una secuela, ‘Zebraman 2’, historia de un pringado que se convierte en un superhéroe de aspecto muy peculiar. A pesar de que se ha alejado del tono cómico de la predecesora —que también se ha proyectado este año en Venecia—, Miike no esperaba que este film fuese tomado tan en serio: «Me sorprendió muchísimo que me llamara el director del festival para venir con ‘Zebraman 2’. Y aún más la reacción del público en la sala. No parecía una proyección de la Mostra».
Recientemente anuncié la producción española de ‘Superzebraman’ que, salvo que demuestre ser una coincidencia, denota muy poca vergüenza.
Adaptación al cine del libro ‘La soledad de los números primos’
Otro título esperado por la competición era la adaptación del superventas de Paolo Giordano ‘La soledad de los números primos’ (‘La solitudine dei numeri primi’, 2010), que ha dirigido Saverio Constanzo, con Isabella Rossellini, Luca Marinelli y Alba Rohrwacher en el reparto.
A algunos no les ha gustado nada porque dicen que se queda con la ocurrencia, la anécdota del título de Giordano y poco más, para sumarle un «rosario de obviedades» articuladas con «poca habilidad […] para hacer que la historia progrese», ya que, una vez «planteada la metáfora de marras, se acabó todo lo demás». Otros simplemente opinan que no acierta a encontrar el tono para trasladar ese bello paralelismo entre la curiosidad matemática de los números primos y gemelos, que están tan próximos y que nunca llegan a tocarse, y la soledad del ser humano. Algunos más incluso se lo toman en plan apocalíptico, argumentando que los films italianos presentados en Venecia provocarán una desbandada de críticos hacia Toronto el año que viene.
Como ocurría con ‘Tokio Blues’, cuya adaptación también se presentó en Venecia esta semana, todavía tengo pendiente leer este libro. Si no me he puesto con ninguno de los dos es porque no estoy segura de si me gustarán, pero lo que queda claro con ambos, según lo que comentan los asistentes al festival, es que será preferible leerlos que conformarme con sus adaptaciones a película como válidos sustitutos.
Monte Hellman presentó a concurso la película metalingüística ‘Road to nowhere’, que se ha definido como «un producto fresco, divertido, con un punto irónico».
Vía | Página oficial del Festival.
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