Bon dia. Hoy os escribo antes, y aunque apenas he dormido tres horas y media, no estoy tan cansado como ayer. Durante este segundo día he visto tres películas y realizado una entrevista, pero he tenido mucho más tiempo entre las actividades. La jornada de mañana se presenta más tranquila, cosa que aprovecharé para seguir adaptándome al ritmo del Festival y a la ciudad de Sitges, que poco a poco me va cautivando. Me ha sorprendido ver un grupo de gaticos por las calles, caminando tranquilamente sobre sus elegantes patitas, reposando tranquilamente la comida, o incluso escalando un muro (no es broma).
El sábado 3 de octubre se presentaba muy interesante, por diversas razones. Por un lado, a las ocho de la mañana teníamos previsto el pase de ‘Pandorum’, la cinta de terror y ciencia ficción de la que vimos recientemente el tráiler y unos carteles. Al terminar la sesión, tuve la oportunidad de hablar con el director, que se portó genial. Tanto que la entrevista duró más de lo previsto y me perdí el pase de ‘Celda 211’, de Daniel Monzón; no pasa nada, mañana por la noche cumplo con ella. La siguiente cita era ‘The Countess’, de Julie Delpy, cerca de las dos del mediodía, y ya por la noche la coreana ‘Haeundae’, de Yun Je-gyun. Como el día anterior, encontré muchas sorpresas, agradables y desagradables, pero lo más llamativo fue comprobar, de primera mano, hasta dónde ha llegado la locura por la saga ‘Crepúsculo’. Ver para creer…
Eran las ocho y veinte de la mañana. Y para llegar a tiempo a la sesión de ‘Pandorum’ (en teoría, no dejan entrar cuando empieza la proyección, pero depende del momento y la persona), adelanto a un grupo de adolescentes que hablan alegremente, entre risas. Me pregunto si irán al colegio. Sigo avanzando y veo más niñas, con ese mismo entusiasmo en su comportamiento. ¿Estarán de excursión? La solución la encuentro un poco después, con otro puñado de chiquillas, cuando oigo la palabra clave: ‘Crepúsculo’. A las 13:00 horas estaba programado un avance de ‘Luna nueva’, la segunda parte de la saga. ¡Y allí estaban ya ellas, cuatro horas y media antes! ¡¡A LAS OCHO Y MEDIA DE LA MAÑANA!!
Sólo fue el principio. Salgo de ver ‘Pandorum’, pensando en preguntas para Christian Alvart, y ya tengo que sortear la creciente cola de enloquecidas fans “crepusculonas”. Había cámaras captando el momento, ver a tantas jovencillas revolucionadas juntas, por algo tan absurdo. La cosa ya pasó a escandalosa a eso de las once, con todo vendido y un padre exaltado exigiendo en la taquilla que le dieran una entrada para su hija, como fuera, porque habían venido a Sitges desde Valencia expresamente para eso. No sé en qué acabó el asunto, pero el hombrecillo no parecía querer abandonar el lugar sin que su hija se relamiese con un mísero tráiler. Porque eso era todo. Bueno, también venía uno de los muchachos que tienen un papel secundario en la película, pero su nombre es tan relevante como el de la camarera que me ha servido hoy un caro plato de pasta. Bueno, vale, era Jamie Campbell… uuuh.
Pero vayamos ya a por las películas que he podido ver hoy. En primer lugar, ‘Pandorum’. Alvart nos lanza al espacio en un futuro en el que el planeta Tierra necesita nuevos horizontes, buscando sitio para una superpoblación problemática. Una nave es la esperanza, pero algo ha pasado en su interior. Dos personajes despiertan sin saber quiénes son, qué hacen allí y qué ha pasado mientras estaban dormidos. Los misterios se irán resolviendo poco a poco, conocerán a otros supervivientes y juntos deberán hacer frente a las amenazas, unos terribles seres hambrientos de carne humana. La película no es lo que parece en el tráiler, o sea, es mejor de lo que cabía esperar. Muy entretenida, muy eficaz y con interpretaciones estupendas, destacando Ben Foster. Lo peor, que Alvart no es Ridley Scott.
‘The Countess’ (‘La condesa’) es la nueva película de Julie Delpy como directora. Ella es también la protagonista de la historia, que narra la estremecedora leyenda de Erzebet Bathory, una “vampira” real. Según se cuenta, la condesa estaba tan horrorizada por el paso del tiempo, por su vejez inevitable, y ansiaba tanto la juventud, que llegó a creer que con la sangre de jóvenes vírgenes su cuerpo perdería las arrugas, iniciando una larga serie de asesinatos. Delpy vuelve a demostrar que es mejor actriz que directora, fracasando totalmente en su intento de ofrecer un relato seco, terrible y dramático, sobre un personaje, a priori, tan fascinante. La película aburre, y tiene momentos involuntariamente cómicos. Ella cumple con el personaje, aunque tampoco brilla, Daniel Brühl está fatal, muy soso, y William Hurt apenas interviene. Junto a ‘Hierro’, de lo peor del Festival, por el momento.
Por último, tuve la suerte de ver ‘Haeundae’, otra película que no ha resultado ser lo que parecía. Es la historia de un pueblo costero que está destinado a sufrir la llegada de un gigantesco “tsunami”. La película huye de lo corriente mostrando durante gran parte del metraje las vivencias y las relaciones de los personajes protagonistas; hay que aplaudir que Yun Je-gyun se preocupe tanto por sus criaturas (a las que luego va a joder brutalmente), pero hay demasiadas escenas irrelevantes, se repiten situaciones y se subrayan aspectos de los personajes que no necesitan más que una pincelada. Igualmente, sobra metraje al final, con varios momentos de exagerado melodrama barato. Dicho esto, ‘Haeundae’ es una película que os recomiendo, que debéis apuntaros. Es divertida (la sala estallaba en carcajadas muy a menudo), emocionante (es difícil retener las lágrimas en un par de momentos) y muy espectacular.
Bueno, son más de las dos, y ya sabéis que tengo que madrugo otra vez. Mañana os contaré qué tal ‘Celda 211’ y empezaré publicando alguna de las entrevistas que he hecho; por cierto, a eso de las cuatro podré lanzar preguntas a Jaume Collet-Serra, que presenta ‘Orphan’ (‘La huérfana’). A ver qué tal. Un gran saludo a todos, os espero aquí.
PD: Hoy no llevaba la cámara, porque tenía que aligerar la carga, ya sabéis lo de mi espalda exigiendo una mejora de sus condiciones laborales, pero pude hacer esa foto con el móvil. Eran las ocho de la mañana, y me hubiera quedado un buen rato mirando el mar.