Concluyo con este artículo el comentario de todas las películas que vi durante la 42ª edición del Festival Internacional de Cine Fantástico de Catalunya; Sitges 09 para los amigos. Ya os dije que tras la crónica de la última jornada, había dejado seis títulos en el tintero. En el primer apartado de estos “asuntos pendientes” os recomendé ‘Ip Man’ (un elegante espectáculo de artes marciales) y ‘The Hurt Locker’ (tensión y entretenimiento en la peligrosa Irak). De este segundo, y último, bloque no rescataría nada, ninguna de las tres me parecen películas que deba destacar. Dos decepciones (una más que otra) y una cosa rusa que sólo entusiasmará a los amantes del cine europeo más lento y aburrido.
‘Tetro’ es ahora mismo lo último de Francis Ford Coppola. Se estrenó en España como bien sabéis, el pasado verano. Pero lo anterior a ‘Tetro’ no es ‘Legítima defensa’, sino ‘Youth Without Youth’, una extraña película (como correctamente la bautizó mi compañero Adrián) que tiene a Tim Roth como protagonista. La película se hizo en 2007, pero todavía no ha pasado por las salas españolas. Es uno de esos casos. Por la firma del autor, uno no entiende cómo la película sigue inédita en nuestro país; una vez vista, sin embargo, porque la programación de Sitges es tan extraña como la obra en cuestión, uno casi aconsejaría no perder tiempo ni dinero en estrenarla en cines. En DVD sí estaría bien, que la gente pueda alquilarla, si tiene curiosidad, pudiendo quitarla sin problemas cuando empiecen los bostezos.
Basada en un relato del filósofo e historiador rumano Mircea Eliade, ‘Youth Without Youth’ (‘Juventud sin juventud’) gira en torno a Dominic Matei, un viejo profesor obsesionado con los orígenes de lenguaje humano. Tras sufrir el impacto de un rayo, no sólo sobrevive, sino que rejuvenece, aparentando unos cuarenta años. Por si fuera poco, su intelecto ha evolucionado de forma increíble y es capaz, entre otras cosas, de leer las mentes, simplemente pasando la mano por delante (los libros los lee igual). Matei se ve forzado al exilio tras el interés de los nazis, y así se reencuentra con su amor perdido, mientras trabaja para completar sus estudios sobre el lenguaje.
Se trata de la primera película que Coppola rodó (exceptuando colaboraciones no acreditadas) en diez años, y es curioso que trate sobre una resurrección, porque en cierto modo ‘Youth Without Youth’ supone un raro renacimiento de este cineasta, mítico por habernos dejado obras maestras del calibre de ‘El padrino’ o ‘Apocalypse Now’, perdido en los últimos años, tratando de renovarse contando historias huecas sobre personajes extraordinarios que luchan incansablemente por dejar al mundo una gran obra.
Si habéis visto ‘Tetro’, no esperéis algo diferente cuando os enfrentéis a ésta, contiene los mismos errores. Un interesante punto de partida que va convirtiéndose en un aburrido batido artístico, de imágenes tan bellas como vacías, y reflexiones gratuitas que no llevan a ninguna parte. Una película que si hubiera hecho un aficionado no la terminaría de ver ni su madre. En fin, si dentro de un tiempo nos dicen que estas dos películas las dirigió otra persona, me lo creeré, totalmente.
Turno para ‘Morphia’. ¿Por qué narices vi esto? Bueno, cuando está en Sitges, solo, y tiene la posibilidad de ver películas, es posible (quizá, a mí me pasó y me pasa) que pienses que puedes tener suerte entrando a ver algo de lo que no sabes nada, con la esperanza de que te sorprenda, de encontrar una rara joya que puedes recomendar. Seguro que oís la musiquilla, oléis las flores y veis los cervatillos danzando por el bosque…
‘Morphia’ (‘Morfiy’, 2008) es una adaptación de una novela escrita por Mikhail Bulgakov (leo que se trata de sus memorias, pero imagino que en algún momento se desvió por la ficción), cuya historia se centra en un joven que, a principios del siglo XX, viaja de la ciudad al campo para ejercer la medicina. Tras su primera noche de intervenciones, por una alergia, el muchacho se prescribe una pequeña dosis de morfina… dando comienzo a una incontrolable adicción.
Y llegamos a la otra gran pregunta. ¿Por qué **** proyectan esto en Sitges, que se supone que es un festival de cine fantástico? No hay nada, ningún elemento, que justifique la presencia de la película de Alexei Balabanov en la programación del certamen catalán. Algún tipo de chanchullo económico, entonces. Bueno, qué le vamos a hacer, no me queda otra que recomendaros pasar de la película. A menos que os encante, con locura, el cine ruso.
Pero maticemos. Tampoco es tan mala. Tiene varios momentos muy divertidos, y otros bastante asquerosos (la amputación de una pierna, en concreto). Siendo benévolos, la historia no resulta demasiado interesante. Es un puzzle mal estructurado que se centra en ver cómo el protagonista va dependiendo cada vez más de la morfina, cómo su trabajo cada vez es peor, y lo mal que se vivía en Rusia en aquella época. Durante casi dos horas. Lo mejor, el final, y no sólo porque se acaba.
La última. ‘Accident’ fue la última película que vi en Sitges. A las nueve de la noche, en el Retiro, prácticamente lleno. El público se portó demasiado bien con este descafeinado thriller dirigido por Soi Cheang (o Pou-Soi Cheang) y producido por Johnnie To, presentado anteriormente, con tibias críticas, en el Festival de Venecia. De nuevo, otra película que te puede atrapar con su sinopsis, con su llamativo punto de partida, pero que se queda en nada a la mitad del metraje, resultando que es como si estuvieras mascando, mecánicamente, un chicle al que ya no le queda sabor.
‘Accident’ (‘Yi Ngoi’) nos presenta a una banda de cuatro asesinos a sueldo que realizan sus trabajos con tanto cuidado y preparación que consiguen que las muertes parezcan accidentes. Uno de ellos, llamado “el cerebro”, porque es quien se encarga principalmente de planificar las operaciones, cree que su mujer fue asesinada por unos tipos que usaron los mismos métodos que ellos. Su paranoia aumentará cuando uno de sus compañeros muera en un extraño accidente, del que él escapa con mucha suerte. ¿Hay alguien, más inteligente, que planea acabar con la banda?
Viniendo del director que filmó, entre otras, las frescas y enérgicas ‘Love Battlefield’ y ‘Dog Bite Dog’, ‘Accident’ no es más que una gran decepción. El estupendo arranque de la película no tiene continuidad, y todo se queda en un frío juego, artificial y nada emocionante. Afortunadamente, al final sube de nuevo el nivel y creo que el desenlace, aunque no funcione la “sorpresa” (seguro que no soy el único que adivinó lo que pasaba realmente), es muy interesante. Buen trabajo del protagonista, Louis Koo, aunque también puede entenderse que se lleva todo el rato con la misma expresión, y algunas secuencias muy bien rodadas dentro de un conjunto muy flojo.
PD: ¿Una conclusión, con lo mejor y lo peor de Sitges 09? Hecho, en el próximo capítulo.