Hace poco que mi compañero Red Stovall, sensible al cine asiático desde que comprobó algunas de sus maravillas, nos contaba sus impresiones sobre 'The Mission', revelando que su opinión sobre el film era muy diferente a la que expresé en mi crítica. 'Exiled' es la continuación, la segunda parte, de esa 'The Mission'. En realidad, casi habría que hablar de una nueva versión. Las similitudes entre ambos films son tantas y tan evidentes, y apenas hay continuidad (de hecho, puedes ver la segunda sin haber visto la primera y no te pierdes casi nada), con lo cual parece que Johnnie To haya querido rehacer el primero para mejorarlo (o quizá para volver a pasarlo en grande rodándolo), algo que, viéndolo desde este prisma, consigue. Y lo hace gracias, sobre todo, a dos secuencias extraordinarias, la que abre el conflicto inicial de 'Exiled' y la que lo cierra. Más quisieran en Hollywood rodar películas de acción como lo hace Johnnie To, un auténtico maestro en este terreno, mostrando un dominio al alcance de muy pocos, como ya demostró, por ejemplo, en el impresionante arranque de 'Breaking News'.
La (confusa) sinopsis de 'Exiled' señala que dos asesinos a sueldo, llegados a Macau para ejecutar a un colega que pretende empezar una nueva vida, se enfrentarán a un dilema cuando otros dos antiguos socios intenten trastocar su misión. Abierta la negociación, aparecerá un quinto asesino que pondrá en peligro la incipiente tregua. En 'Exiled' comprobamos de nuevo la elegancia con la que Johnnie To envuelve sus películas, especialmente en lo que a la filmación de las secuencias de acción se refiere. En el que es, hasta el momento, su último film, consigue dos secuencias memorables; la primera es un tenso tiroteo que recuerda al final de 'The Mission', donde Anthony Wong tiene suerte de no salir muy malparado. La segunda, y la mejor, es la que concluye la película, y que no voy a contar aquí. Sólo quiero destacar un detalle de la misma, que ha provocado cierta discusión entre los que vimos 'Exiled' en el festival de Sitges, donde fue proyectada, siendo, lógicamente, uno de los grandes títulos del certamen. Concretamente, se trata de una lata de refresco con la que juegan los protagonistas al comienzo de un espectacular tiroteo. A la mayoría nos provocó carcajadas, la diferencia está en el motivo y el entendimiento del recurso; mientras unos lo vemos como un detalle muy divertido, otros lo ven una estupidez increíble. Ya me diréis en qué bando os situáis. Por otra parte, al igual que hiciera en 'The Mission' o en 'Breaking News', To se toma 'Exiled' para reflexionar de algún modo sobre el sentido de la lealtad y la amistad entre los personajes de su película, asesinos y criminales a sueldo. Esto añade un punto de interés y originalidad a la cinta, porque la escena en la que se sientan todos a comer, después de haber estado a punto de reventarse a tiros es, cuanto menos, llamativa.
Aparte del inconfundible sello de To en la dirección, el reparto ya es motivo más que suficiente para no perderse esta película. 'Exiled' está protagonizada por Anthony Wong, Francis Ng, Simon Yam, Nick Cheung (la gran novedad de esta segunda parte), Roy Cheung y Lam Suet, un clásico en la filmografía del director hongkonés. Todos están estupendos, moviéndose por la pantalla con el mismo estilo que el director imprime a su película, pero merece ser destacado Wong, una estrella, un actor muy carismático que aquí empieza a ser más o menos conocido, y es que el actor no para de trabajar; en 'Exiled' repite el papel que ya interpretó magníficamente en la primera parte y le añade la presencia y el saber hacer que ha ganado desde entonces. Junto a él, Francis Ng también brilla especialmente, repitiendo duelo con Wong, para salvar la vida de un compañero (Nick Cheung). Ng es otro gran actor lleno de carisma que se lleva al espectador fácilmente y aquí vuelve a demostrarlo. Por último, señalar que, aunque Yam vuelve a tener un papel secundario, To le reserva más minutos e importancia que en 'The Mission', lo cual es muy de agradecer.
En resumen, 'Exiled' es, aparte de una nueva gozada dirigida por un Johnnie To en plena forma, un intenso film de acción que, por supuesto, derrocha elegancia y espectacularidad en cada fotograma. Una secuela de 'The Mission' que juega (casi) con los mismos personajes y la misma trama (y subtramas), llegando a resultar algo parecido a un remake de la misma, con resultados aún mejores en esta posterior obra. Aficionados del cine asiático, un film imprescindible; seguidores de Johnnie To, lo mismo; fans de las películas de acción, ídem. Veremos si mi compañero Red coincide conmigo en esta ocasión.