A punto de conocer la lista de ganadores, en la gala que arranca esta tarde, seguimos con nuestros comentarios sobre las películas más destacadas que hemos visto en el Festival de Cannes. En esta ocasión quiero centrarme en dos potentes trabajos de corte fantástico.
Y es que el certamen, famoso por un cine de autor serio y social que a menudo espanta al gran público, ha dejado este año varias propuestas de género realmente estimulantes. De hecho, el pistoletazo de salida lo dio 'Annette', el esperado regreso de Leos Carax nueve años después de 'Holy Motors' con un retorcido cuento de hadas. Posteriormente llegaría lo más explosivo de esta 74ª edición: 'Titane', de Julia Ducournau.
'Titane'
Lo comentaba en Twitter un rato después de abandonar la sala, aún en shock pero más calmado tras procesar un poco lo que acababa de follar mis retinas: 'Titane' es extrema y arrolladora. Una bomba cinematográfica que nos voló la cabeza a todos los que estábamos en Cannes, esperando algo fuera de lo corriente ('Crudo' ya lo era) pero no algo tan brutal.
Tras una secuencia inicial que presenta el origen de la protagonista, descubrimos que Alexia es una bailarina exótica que cautiva a su público jugando con coches espectaculares. Una relación carne-máquina que apunta al Cronenberg de 'Crash', el Carpenter de 'Christine' o al Tsukamoto de 'Tetsuo'; referentes claros a los que agarrarse y que permiten adivinar más o menos por dónde va el relato de Ducournau.
Pero no. El cóctel que ha servido la realizadora francesa es más salvaje de lo que cabe suponer y revienta todas las expectativas. La historia se desvía al slasher, al terror francés más violento ('Alta tensión' o 'Martyrs') y a pesadillas relacionadas con el cuerpo y la identidad, como 'Under The Skin' o el mencionado Cronenberg. Y mientras todo este horror se despliega, surge una historia de amor tan extraña y turbadora como maravillosa.
Plagada de momentazos increíbles, 'Titane' destaca por los giros locos de su guion, la propuesta estéticamente arrebatadora de Julia Ducournau, con una banda sonora para enmarcar (maravilloso el guiño a la Macarena), y las interpretaciones de sus dos protagonistas, la revelación Agathe Rousselle, que ha dado forma a un nuevo icono del género, y el veterano Vincent Lindon, en otro papel sorprendente.
'Annette'
Pese a ocupar el espacio de película inaugural, que parece restar puntos en la carrera por la Palma de Oro con un estreno tan temprano, antes de que se proyecten todas las demás obras que causan impacto y controversia, 'Annette' es otro de los triunfos del festival, y creo que no es atrevido ponerle ya la etiqueta de título de culto. Porque, entre otras cosas, es un vehículo para el lucimiento de uno de los actores de moda: Adam Driver.
La estrella de 'Girls' o 'Star Wars: El despertar de la fuerza', da vida a un exitoso cómico que sienta la cabeza, se casa y tiene una niña, antes de perderla por completo en este musical que arranca como un gran romance entre artistas, en la línea de 'Ha nacido una estrella', pero que pronto se convierte en un relato tenebroso y despiadado que recuerda a Poe o el mejor Tim Burton.
Por supuesto, 'Annette' lleva la firma de un autor como Leos Carax; encontramos rasgos de su estilo y recursos conocidos (los amantes en el bosque, la moto, símbolos, lo teatral). Cabe lamentar cierta torpeza en escenas con efectos visuales, o que el ciclón Driver eclipsa a Marion Cotillard, pero la narración de Carax es tan deliciosa que se disculpan los aspectos menos redondos. Por cierto, es curioso cómo se conectan películas que a priori no parecen tener relación; Cannes 2021 nos ha presentado a criaturas de lo más peculiares...
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