Avanza la competición oficial de Cannes 2019 envuelta del trasfondo social que la suele caracterizar, con figuras abonadas como los hermanos Dardenne o Ken Loach (de quien ya hemos podido ver su nuevo trabajo y que bien merece mención aparte) al tiempo que nuevos directores, que en esta edición ponen el foco especialmente en la cuestión cultural y nacional en una reflexión sobre la construcción de la identidad colectiva.
Quizá en su afán de subir las pobres y en los últimos años cuestionadas cifras de participación femenina y racial a toda costa, la sección oficial reserva en esta edición alguno de sus espacios de programación más preciados a realizadores debutantes y nuevas directoras, como el caso de Mati Diop, que presenta su primer largo de ficción 'Atlantique'.
Junto a ella, una mucho más estimulante Jessica Hausner que en 'Little Joe' nos descubre una ciencia ficción altamente estilizada y esteticista. Aunque completamente diferentes entre sí, de alguna forma vinculadas por ese elemento misterioso de cine de género que en esta edición parece cruzar, aunque transversalmente, la sección competitiva del festival que más serio se considera a sí mismo.
'Atlantique', de Mati Diop
Situada íntegramente en Dakar, aunque de producción francesa, 'Atlantique' desvela la historia de amor secreto de Ada, una joven senegalesa prometida a un rico futuro marido que ella no ha elegido. El horror se desata cuando su verdadero amor, Suleiman, un obrero de la construcción impagado durante meses, decide lanzarse al mar con la esperanza de alcanzar costa española.
Terror concebido casi de forma literal, ya que la historia sensible de un amor trágico que se preveía un drama en el marco de una realidad social, poco a poco se transforma en un relato del género más puro que ayuda a desencajar la tragedia migratoria de su tratamiento más convencional, para dotarla de un punto de vista tan peculiar como atractivo.
Una idea, sin embargo, sólo resuelta a medias, que desemboca algo torpemente en un desenlace que no termina de responder a su intrigante capacidad de sugestión inicial. En cualquier caso, su contexto geográfico y cultural único, así como su punto de vista osado, la convierten en un intento considerable.
'Little Joe', de Jessica Hausner
La cineasta austriaca rueda por primera vez en inglés una película dramática que bebe de la ciencia ficción y el terror. Emily Beecham y Ben Whishaw encarnan a sus alienados protagonistas en una reflexión sobre los efectos anestesiantes de una sociedad preocupada por el bienestar de usar y tirar, de felicidad aparente y superficial. Una historia de múltiples lecturas y ciertamente estimulante que invita al debate sobre los límites de la ciencia, muchas veces representado en el cine, aunque en manos de Hausner con firma propia.
Una ciencia ficción estilizada y diseñada simbólicamente que, salvando las distancias, de alguna forma recuerda recuerda al Peter Strickland de su más reciente 'In Fabric'. Con una puesta en escena estupenda donde cada detalle encuentra una razón y un significado que, sin tirar de lugares comunes, encuentra una forma ingeniosa de referirse a aquello que quiere contar.
Profundamente cinemática, en un estilizado equilibrio entre sus elementos visuales y sonoros, sus elementos significativos generan un universo tremendamente atractivo y eficaz en su narración, desde la elección de las localizaciones, hasta la paleta cromática y el diseño sonoro. Una película de atmósfera tan estéril y quirúrgica como su fría acogida en la Croisette francesa, a pesar de que bien podría situarse en lo más alto del ranking a competición. De lo más interesante visto hasta el momento.
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