‘Inglourious Basterds’ se presentó ayer a competición en la 62ª edición del Festival de Cannes y, tras su proyección, se ha leído sobre ella, por ejemplo, que es la peor película del director y que, por culpa de las prisas, a Tarantino le ha quedado falta de ritmo y con lagunas narrativas. También se advierte de que, aunque sean los que más promoción han recibido, los “bastardos” no son los protagonistas de la cinta. Se dice que es una película desquilibrada y que no encuentra su tono. En ella, el buen hacer del director se puede ver en destellos. Aunque al mismo tiempo estos críticos tienen la sensación positiva de haber encontrado un nuevo Tarantino. “Despiporre, disparate y delirante” son algunos de los elogios que le dirige un crítico que sí ha quedado contento con ‘Inglourious Basterds’.
En la rueda de prensa, Quentin Tarantino, que ya declaró que tenía la intención de estrenar esta película en Cannes incluso antes de empezar a rodarla, nos comunica que no se siente norteamericano, que hace películas en la Tierra. Su film bélico está rodado en cuatro idiomas y sobre escenarios franceses, pero eso ya hace mucho tiempo que se viene produciendo incluso en los films más gringos. Además, el director confirma que la precuela de ‘Inglourious Basterds’ ya está escrita a medias.
Sin embargo, ‘Les herbes folles’, de Alain Resnais, que no había despertado tanto revuelo, se ha ganado más a la crítica. Haciendo un juego de palabras que en español no se puede lograr, nos dicen que es al mismo tiempo rara y divertida (“drôle”) y que tiene cosas en común con ‘Up’. Sus criaturas son fabulosas, su locura es maravillosa. Si la anterior del director, ‘Asuntos privados en lugares públicos’, que contaba con los mismos actores, me sedujo por su grado de marcianismo, a pesar de lo trasnochado de su estética; este film, que ha tenido una mejor acogida, me está despertando ya más curiosidad que el de Tarantino, aunque sea sólo por eso, por la curiosidad: porque me cuesta mucho más imaginarme lo que me puedo encontrar.
Fuera de competición, a media noche se proyectó ‘The Quick and The Dead’, de Sam Raimi. En ‘Un certain regard’ se pudieron ver ‘Nymph’ (ninfa), del tailandés Pen-Ek Ratanaruang, y ‘Eyes Wide Open’, de Haim Tabakman. Opta a la Cámara de Oro, 'Una vida nueva' (‘Une Vie Toute Neuve’), el debut de la coreana afincada en Francia Ounie Lecomte.
Para los que tienen interés en la parte más “rosa” del festival –componente del que es imposible negar la atracción en cualquier sarao que invite a famosos—, se pueden comentar las presencias célebres en la proyección oficial del film de Tarantino: Robert Pattinson, Sharon Stone, Vincent Perez, Léa Drucker, Emile Hirsch, Roschdy Zem, Ursula Andress, Pascal Elbé, Emma de Caunes, etc… Brad Pitt presentó la película acompañado de Angelina Jolie, a pesar de los rumores que habían circulado. Al subir la escalera, Quentin Tarantino y Mélanie Laurent, la protagonista de ‘Inglourious Basterds’, se marcaron un baile que recuerda al de ‘Pulp Fiction’.
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