'Una palabra tuya', rueda de prensa con equipo y actores

Tras la proyección de la película de Ángeles González Sinde, 'Una palabra tuya', que se estrenará el 22 de agosto, se ha celebrado una rueda de prensa en la que estaban presentes la directora; la autora de la novela en la que se basa, Elvira Lindo; el productor, José Antonio Félez, y los tres intérpretes protagonistas: Malena Alterio, Esperanza Pedreño y Antonio de la Torre.

González Sinde contaba que había sido seguidora de Elvira Lindo desde incluso antes de conocerla, y de eso ya hace diez años. Le gustaba su trabajo, pero no sólo como novelista, también cono guionista: su manera de ver el mundo, de sacar de algo cotidiano grandes conflictos éticos… Cuando salió la novela homónima, Ángeles la devoró y le pareció adaptable porque, comenta, no todas las novelas son adaptables. Le pidió a Elvira llevarla al cine y ella se predispuso muy generosamente.

Lo que se cuenta el libro le resulta próximo. Ese momento de cambio que sufren las dos protagonistas que tienen que enfrentarse a la madurez SPOILER y una de ellas es capaz de subirse a ese carro y la otra, no FIN DEL SPOILER. Le parecía que la novela tocaba temas muy actuales. Hoy en día todo el mundo está en el descontento y en la queja. Así está el presonaje de Malena Alterio, que entonces se ve forzada a salir de eso y obligada a reaccionar.

Elvira Lindo, cuando tiene que responder a la pregunta de si le ha gustado la película siente que es difícil dirigir elogios en un entorno como una rueda de prensa, pues es habitual que se hagan muchos elogios falsos. Pero asegura que "me ha gustado mucho. Espresa muy bien el deseo de Ángeles de llevar esa novela al cine, no otra". Se nota que tuvo la necesidad creativa de hacer esta película, tanto ella como el productor, como los actores. Se nota en el entusiasmo y en que los actores están en un estado de gracia. Ver a los personajes de la novela con sus caras, ver ese Madrid de noche… La novela no es social, trata más del alma de los personajes que de su realidad económica. Si una historia consigue que sonrías, que te emociones, entonces seguro que está bien. En otras películas uno se pregunta por qué habrán hecho, pero aquí entiendes que tenían esa necesidad.

La directora y guionista de 'Una palabra tuya' habla a continuación sobre la dirección de actores. Declara que con un material, el actor ya sabe qué interpretación dar. No hubo mucha construcción. Malena Alterio, Esperanza Pedreño y Antonio de la Torre son actores que trabajan con la verdad. Cuando empezó a dirigir, la dirección de actores fue una de las cosas que más le atrajeron, ya que la encuentra muy cercana a escribir. El personaje de Esperanza es muy arriesgado, podría pasarse como no llegar. Es el más distinto a la novela en apariencia física, pero comparte el hecho de ser especial y eso lo aporta Esperanza con su mirada y sus movimientos. El personaje de Alterio era difícil porque cuenta poco lo que pasa. Aunque aparente algo, por debajo se cuenta otra cosa y Malena es capaz de hacer eso. En la novela, todo eso se transmite con palabras, pero en cine lo tiene que expresar la actriz sin decirlo porque la novela es una primera persona, pero en cine eso no existe. Como las películas se ruedan de forma no cronológica, para un intérprete es muy difícil tener la perspectiva de la evolución que va a tener su personaje y Alterio lo consiguió.

Malena Alterio declara que lo más complicado que ella encontró en su personaje era que se enteidese por qué actúa así y que no pareciese antipático. En la novela, estás dentro de la cabeza de Rosario y en el cine todo eso que se transmite con palabras hay que darlo con miradas, gestos, caricias, bofetadas… Encaró el trabajo asustada porque es mucha responsabilidad ser protagonista y estar en todas las escenas. Dudó durante mucho tiempo de si sería capaz de hacerlo, pero cuando por fin aceptó, se metió y ya no se daba cuenta de si era o no protagonista. Fue intenso porque un rodaje siempre es duro y cansado. El resultado es que está muy satisfecha y agradecida. Para trabajar su personaje fue fundamental tener la novela de Elvira Lindo cerca como guía. Revela que ha tratado de mantenerse en la cabeza de Rosario. No lo veía alejado de ella misma o de cualquier persona porque es muy fácil encontrar esa faceta de alguien que no ha podido vivir como ha querido, que no se ve capacitado para ser feliz. Además, para dar vida al personaje lo que más hizo fue trabajar con Esperanza porque es una historia muy de cómplices, de amigas y a eso tenían que llegar.

González Sinde continúa hablando del personaje masculino, Morsa, a quien da vida Antonio de la Torre. Dice que es el personaje que más tuvo que defender del guión porque los demás lo percibían como alguien muy pasivo. Pero ella sabía que con el actor adecuado, se entendería. Si el personaje es masculino se espera que lo resuelva todo con acción, pero ella quería crear a alguien normal y sensato. También es un personaje que se encuentra en una situación difícil porque no conoce todo lo que está ocurriendo. Elvira Lindo veía a Morsa como Harvey Keitel, que es gañán, pero puede tener atractivo para las mujeres. "Y eso lo da Antonio", continuaba, "si no tenemos a Harvey Keitel, tenemos a Antonio de la Torre".

"Eso da idea de la crisis del cine español", respondía modestamente de la Torre, que ya añadía más en serio que cuanto más se pone un actor al servicio de una historia, más le aporta. Dado el ego que tienen algunos intérpretes, para él suponía un paso interesante ser el chico en una película de chicas. Su personaje es quien aporta luz, es un personaje muy conectado con la vida porque las dos protagonistas están demasiado conectadas con el pasado y con la muerte. Por lo tanto, siempre que aparecía, tenía que transmitir vida, luz. Sobre cómo se preparó el personaje nos contaba que le había servido de inspiración Ángel, un hombre que trabaja en el servicio de limpieza donde rodaron la película. Incluso se puso tres anillos, como llevaba él. Le llamaba la atención la alegría de vivir de los que trabajaban allí. Eso le dio una lección de vida y siempre intenta aprender cosas aunque sea para aportarlas como actor a sus personajes.

Esperanza Pedreño era muy consciente de qué papel cumplía su personaje dentro de la película. Rosario, Malena Alterio, tiene una relación muy especial con tres personas: su madre, su amiga y Morsa, y a las tres les miente. Pedreño quería trabajar la relación con Rosario. Cuando hay escenas con Morsa, ni lo miraba porque a su personaje, Milagros, no le interesa. Más que en la novela, que cuenta mucho de la infancia de Milagros y eso no está en la película, trabajó la relación con Rosario. El personaje tiene una relación muy especial con los objetos. Pedreño declara que para ella todo es importante, todo significa mucho porque ella todo lo disfruta.

Se comenta que la película –así como la novela— trata muchos temas diversos. Ángeles González Sinde expone que para ella lo importante era cómo se meten en ese lío, que no desvelamos para no estropearos la película. Pero cada espectador o cada uno de los que han participado saca otro de los temas que se plantean al principio como principal. Por ejemplo, Esperanza Pedreño veía que la película trataba sobre la maternidad, mientras González Sinde encontraba más central el tema de la espiritualidad y la religiosidad o más bien la ausencia de ellas en la sociedad de hoy. Ella no ha recibido una educación religiosa y se ve en la situación de Rosario. Elvira Lindo descubre que los nombres de las protagonistas, Milagros y Rosario, tienen mucho que ver con sus personalidades y admite que la novela trata la religiosidad. Y al hombre lo bautizó Morsa porque le gusta inventarse nombres.

Ángeles González Sinde manifiesta que ella es ante todo guionista y que el guión es la base de cualquier película. Por muy interesante que sea una historia, si no encuentras la manera de contarla, no va a gustar. Por ello, cuando conoce una nueva historia, lo primero que piensa es que hay una manera de contarla. Las decisiones estéticas se derivan del contenido y por lo tanto, se piensan después. Incluso en este caso, muchas de esas decisiones se tomaban sobre la marcha. Pero no sintió que estuviese corriendo riesgos ya que estaba respaldada por las muchas semanas de ensayo que tenía con los actores. Del trabajo de los actores pueden salir cosas que no era lo que tenías pensado en el guión. Pero hace falta un material que proporcione a los intérpretes cosas con las que trabajar.

Sobre su forma de rodar, la directora declara que es muy sobria en la puesta en escena y que a ella le gustan los directores sobrios. Los primeros planos están contados porque considera que hay que utilizarlos cuando sea necesario, cuando tenga sentido. Si los sobreutilizas se pierde el efecto. Y lo mismo con los tacos en los diálogos.

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