De la noche a la mañana, gracias a 'The Disaster Artist' y su progresivamente más exitosa carrera crítica, recogiendo elogios y premios allá donde se estrena, 'The Room' ha pasado de convertirse en un secreto a voces para iniciados en el cine subterráneo a un auténtico must para devotos del cine de culto. Esta indescriptible película de Tommy Wiseau de 2003 levanta cada vez más pasiones, dejando un poco atrás la discusión acerca de si es la peor película de la historia o no.
Dejamos, de hecho, a los gurús del cine basura (la denominación es de ellos) que discutan si 'The Room' es la más mala de todas o hay otras contendientes para el trofeo, y pasamos a contaros una historia también fascinante: cómo el desastre mayúsculo de Tommy Wiseau se convirtió en una película de culto. Cómo se ganó un espacio en sesiones de medianoche, y cómo de ser altamente deficitaria, con ese inexplicable presupuesto de seis millones de dólares, pasó a rendir beneficios muy jugosos.
El enigma de 'The Room', no nos engañemos, no puede ser desentrañado: que una película que desde un punto de vista objetivo y técnico simplemente es un desastre, sea capaz de ejercer en quienes la ven una fascinación irrepetible, es una buena prueba de que las cosas no siempre son blancas y negras. Pero lo que sí podemos explicar, y además nos dice mucho sobre cómo nos enfrentamos a las películas esquinadas e inclasificables, es cómo 'The Room' se ha ganado su fama.
Así que acompañadnos en nuestra nueva entrega de 'Todo es mentira en el cine y la televisión' a este viaje a los abismos sin fondo de 'The Room' y a la personalidad inexpugnable de Tommy Wiseau. 'The Disaster Artist' es solo el principio del viaje: uno que empezó con un proyecto de libro de 600 páginas y en el que los Globos de Oro son solo un paso más.
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