'The Dark', tan oscura como su título indica

John Fawcett, firmante de la película de culto 'Ginger Snaps', ha sido el encargado de dirigir esta película, que podría definirse como Poltergeist en tierras de Gales, pero con muchas variantes. El film narra cómo en un remoto lugar costero, una niña desaparece al lado del mar; creyendo todos que ha perecido ahogada, la verdad será mucho más terrible.

Los principales protagonistas son la emergente Maria Bello, como la madre de la niña desaparecida; y Sean Bean, un actor que casi siempre hace de malo, pero aquí está simpático como el padre de la citada niña. Ambos intentan proporcionar un poco de seriedad a dos típicos personajes que no están ni mínimamente dibujados. Y es que en la película los personajes están mal tratados y peor desarrollados, porque el director prefiere centrarse en dotar al film de una atmósfera adecuada, y hay que decir que por momentos llega a conseguirlo, gracias a algunas ideas visuales ciertamente originales, sobre todo en su parte final.

Por otro lado Fawcett abusa demasiado de los efectos de sonido, como pensando que con eso nos va a asustar de verdad, cuando lo que hace es molestarnos y dañar nuestros oídos, y es que uno ya está harto de la consabida escena de personaje solo en una casa buscando algo, cuando de repente, y mientras sube el volumen de la música, aparece alguien que le da un susto de muerte, para al final no ser nada importante. Aquí hay varias escenas de esas, adornadas con flashes de planos que se supone quieren decir algo, pero no es así. Otro defecto de la película es su enorme oscuridad argumental, y es que en su media hora final, cuando todo se precipita, uno no sabe muy bien qué está pasando, dónde está pasando y quién está pasando por delante de nuestros ojos. Curiosamente en ese tramo de confusión en la historia es cuando el director propone sus mayores aciertos visuales, creando alguna que otra escena realmente inquietante. Paradojas de la vida.

Fawcett ha querido jugar con la ambigüedad, saliéndole demasiadas incógnitas que quedan sin respuesta, resultando todo un poco lioso. En fín, otra muestra de terror actual, disfrazado de cine adulto, pero que es prescindible y olvidable.

Portada de Espinof