Tras la decepción de ‘Halloween: el final’, los fans del cine slasher están de enhorabuena. Por cada chasco de terror siempre hay una ventaja inesperada. ‘Terrifier 2’ es una locura gore como las de antaño que ha creado a un icono del género con Art, el payaso asesino, dentro del cine underground. Las buenas noticias es que su nueva aventura llegará a España mucho antes de lo que crees.
La historia de ‘Terrifier 2’ está empezando a ser de esas que los estudios deben empezar a estudiar cuando se propongan abordar el género. Se suponía que la epopeya slasher de Damien Leone tendría un estreno limitado a un fin de semana en los cines de Estados Unidos, empezando su andadura el 6 de octubre, antes de su lanzamiento en la pequeña plataforma SCREAMBOX antes de llegar a Digital y Blu-ray. Varias semanas más tarde no solo continúa en salas, desafiando todas las probabilidades, sino que va aumentando su recaudación a cada fin de semana.
Producida por la página web Bloody Disgusting, con financiamiento ultraindependiente, la película experimentó un aumento del 100 % en su ingreso de taquilla en el último fin de semana pasado. Si el terror ha sido el género de referencia para una gran parte del público cinéfilo este año, con cinco números uno de taquilla, y el éxito de ‘Smile’ todavía rompiendo cualquier expectativa, el caso del payaso asesino es insólito por muchas razones.
Un fenómeno inesperado que todos quieren ver
‘Terrifier 2’ recaudó 2,1 millones de dólares en su tercer fin de semana de estreno. Ahora tiene un bruto interno total de 5,4 millones con un presupuesto 250.000 dólares, lo que es realmente una hazaña notable, ya que alcanza la friolera de 2.511 dólares de promedio por sala. Básicamente, un efecto viral aumentado por sus polémicas, (con padres exigiendo que se retire de los cines porque da pesadillas a los niños) que ha alargado su vida hasta la llegada del fin de semana de Halloween cuando la productora ha estimado buena idea ampliar a más de 1.000 cines su exhibición en el país.
Los números en sí no son un récord per sé, otros hitos del terror de bajo presupuesto sí que se han convertido en verdaderos bombazos de taquilla como ‘El proyecto de la Bruja de Blair’ (The Blair Witch Project, 1999), ‘Hostel’ (2005), ‘SAW’ (2004) o ‘Paranormal Activity’ (2008), pero en todos esos casos había un estudio que facilitaba distribución extensa mundial y consiguió pasar por el filtro de la MPAA, que como mucho les dio una calificación R. En este caso, hay una película de 138 minutos plagada de gore absolutamente bizarro sin ningún corte.
Esto significa que no ha sido calificada, lo que a efectos de distribución en Estados Unidos es como mover una película pornográfica, lo que deja todas las probabilidades en su contra. Una propuesta anti-Hollywood, el tipo de película rechazada por el sistema sin respaldo ninguno de un estudio y sin apenas dinero para marketing. Por eso, el aumento paulatino de salas y el contenido brutal de la película la convierte en una rareza cuyo éxito ha sido solo posible gracias al boca-oreja y el efecto viral de la información.
Esto, en una época en la que todo está visto, todo está al alcance de la mano y al mismo tiempo tan oculto, indica cómo funcionan las tendencias virales, lo caprichoso de la atención del público y cómo el nuevo escenario de plataformas y contenido sin descanso ha creado una capa de indiferencia que solo se ha roto con la idea de algo realmente prohibido, algo que el público ha elegido y no se basa en recetas de bancos de big data, inteligencias artificiales calculando qué apetece y el aroma transgresor del viejo gore por el gore.
Un prestreno en España cerca, pero limitado
La película es un slasher sobrenatural que funciona por el diseño de su payaso, un viejo conocido de fans del terror que le conocían de anteriores entrega, que sabe captar la esencia de los iconos como Freddy Krueger, Leatherface, Chucky, Michael Myers, Jason Voorhees o el propio Pennywise. Y al mismo tiempo recupera la suciedad divertida del cine de Herschell Gordon Lewis, en la que el efecto gore era el rey, y la sangre de la matanza era pura diversión por el efecto Grand Guignol, cuanto más exagerado mejor.
Además, va guardando el aspecto teatral de aquellas representaciones con una vuelta a los efectos tradicionales hechos frente a la cámara. Puede que la producción sea rupestre, pero al mismo tiempo hay una dedicación artesanal al propio efecto especial que evita el CGI y mantiene un sentido del humor macabro mientras el traje del payaso se empapa de sangre una y otra vez. ¿Y cuándo podrá verse en España? Pues de momento solo hay una fecha disponible.
No parece que vaya a haber estreno en cines por el momento, así que la única forma de ver ‘Terrifier 2’ por el momento es en su exhibición en el Festival Terrormolins, en el que se proyectará el día 6 de noviembre, aunque quedan muy pocas entradas disponibles. Es posible que la incluyan en su programación online, pero por lo pronto son los únicos que se han atrevido con la película de terror que está levantando ampollas y generando inesperados beneficios en Estados Unidos.
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