Se dice que si le das una patada a una piedra en la celebración del Festival de Sundance te aparecen decenas de cintas de jóvenes cineastas haciendo un coming of age. Fuera de la coña, es cierto que el género adolescente es uno de los más fáciles de recurrir cuando eres cineasta independiente, ya que es uno de los más sencillos de financiar.
Y también porque no necesitas centrarte en nada más que en una perspectiva, que puede compartir mucho con tus propias vivencias. Por eso resulta tan raro ver una película de descubrimiento juvenil de alguien centrado en las perspectivas de todo el mundo más que en la suya propia. De ahí que resulte tan fresca la propuesta de 'Bailando por la vida', traducción libre con la que Apple TV+ ha decidido estrenar 'Cha Cha Real Smooth'.
La fiesta de la madurez
Es uno de los estrenos más llamativos en el apartado de películas de la plataforma de Apple, ya que la cinta de Cooper Raiff -que además de escribir, dirigir y producir acaba protagonizando el sarao- fue una de las destacadas de la última edición de Sundance, con la compañía haciendo una fuerte inversión por ella. Probablemente con la esperanza de que, con otro de esos estrenos discretos y progresivos, sea otra sensación como 'CODA: Los sonidos del silencio'.
No obstante, hay más carácter independiente en esta segunda película de Raiff que en la última ganadora del Oscar, que no dejaba de ser una película de mediano presupuesto de antaño que sólo tiene de indie la financiación. En 'Bailando por la vida' encontramos también algo de espíritu de feel-good movie clásica, pero matizada por un personaje más complejo que aborda con la curiosidad y el mimo de un Richard Linklater o un Cameron Crowe.
La película sigue a Andrew, un joven de 22 años que ha terminado la universidad pero no tiene nada claro hacia donde dirigir su vida. Regresa con su madre, su hermano y su padrastro, compaginando un trabajo en un local de comida rápida con un pequeño negocio de organización de fiestas, aprovechando su don de gentes y su palpable carisma. En uno de esos saraos conoce a Lola, una niña autista, y a su madre Domino, interpretada por Dakota Johnson.
'Bailando por la vida': detalles de un autor prometedor
Por supuesto, 22 años no es lo mismo que los adolescentes que suelen protagonizar estos viajes a la madurez, pero se encuentra en una encrucijada similar. Lo que realmente distingue a la película es cómo Raiff pone el foco en todos los personajes que rodean al protagonista: sus familiares, antiguos amigos, gente nueva que conoce y en la que Andrew se vuelca más que en sí mismo, fruto de su empatía extrema.
La manera en la que dibuja a todos estos personajes les llena completamente de vida, incluso aunque sólo aparezcan una escena, y le da color a este viaje que debe seguir el protagonista, que esconde más dentro de lo que se puede apreciar superficialmente. Quizá se pueda acusar a Raiff de hacer una película tierna de más, pero encuentra la manera de hacer un conjunto reconfortante, calentito y encantador, que consigue mucho dentro de sus limitaciones. Detalles que muestran que podemos estar ante una de las grandes voces de una futura generación de cineastas, dada la juventud que aún posee.
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