Este viernes 30 de abril llega al fin a los cines españoles 'Nadie', una de las películas de acción del año. Las comparaciones con 'John Wick' han sido hasta cierto punto inevitables y lo cierto es que, pese a las notables diferencias entre ambas, estamos ante la mejor sucesora que nos ha dado Hollywood hasta ahora. A continuación voy a explicaros por qué creo que es así.
El cuidado de las escenas de acción
En este punto lo primero que hay que dejar claro es que la aproximación a las escenas de acción de 'Nadie' es diferente a la de 'John Wick'. Si en la película protagonizada por Keanu Reeves se potenciaba las coreografías y que los cambios de plano fuesen lo más reducido posibles, aquí se hace un uso increíblemente competente del montaje para intentar trasladar al espectador una sensación similar. Una decisión hasta cierto punto sorprendente teniendo en cuenta que detrás de las cámaras está Ilya Naishuller, el responsable de 'Hardcore Henry'.
Con eso no quiero decir que se recurra al cambio de plano como una forma perezosa de intentar conseguir la ilusión de espectáculo, ya que se nota que hay alguien detrás con las ideas muy claras que lo ha planificado todo antes de maravilla y que su finalidad última es que algo ya de por sí muy elaborado luzca lo mejor posible.
De hecho, eso es algo que también se traslada a los momentos más relajados, consiguiendo transmitir el momento vital por el que pasa en el protagonista durante los primeros minutos de una forma impecable.
No me olvido tampoco de lo cuidada visualmente que está 'Nadie', notándose ahí la participación del director de fotografía Pawel Pogorzelski, hombre de confianza de Ari Aster, para que en todo momento se note que hay un plan detrás que encuentra sus puntos álgidos cuando el protagonista tiene que repartir de lo lindo.
La entrega de Bob Odenkirk
A priori, Bob Odenkirk era una elección peculiar. Es cierto que casos como el de Liam Neeson han dejado claro que casi cualquiera puede convertirse en un héroe de acción creíble, pero es que el protagonista de 'Better Call Saul' llevó su compromiso con 'Nadie' hasta el punto de estar más de dos años entrenando para poder rodar él mismo sus escenas de acción.
En el caso de Reeves, el protagonista de 'Matrix' contaba ya con un pasado en el género que sin duda agilizó el proceso en mayor o menor medida -sin con eso querer quitarle el más mínimo mérito al actor-, pero la clave está en que Odenkirk se entregó por completo a un papel que maneja a la perfección tanto en su vertiente más humorística casi más propia de un cómic como cuando tiene que demostrar que puede ser tan letal como requiere su personaje.
Sacar oro de lo sencillo
Seamos claros, tanto 'John Wick' como 'Nadie' parten de premisas muy sencillas. Es cierto que la primera ya introduce pequeñas ideas que dan pie a un universo mayor que se desarrolla en las secuelas, pero en la primera entrega no deja de ser la historia de un antiguo asesino a sueldo que sale de su retiro cuando alguien le toca demasiado las narices.
En 'Nadie' se podría decir un poco lo mismo, con la salvedad de que aquí el personaje interpretado por Odenkirk está tan quemado por su rutina diaria que directamente busca alguien que le pueda dar una justificación para desfogarse y volver a ser quien fue.
Ambas películas podrían haber sido un añadido más al cine de acción, pero sus responsables supieron exprimir al máximo los escasos ingredientes que manejaban para darnos grandes entretenimientos, respetuosos con la inteligencia del espectador y que en ningún momento reniegan de sus orígenes. A veces simplemente con la suma de tener el talento necesario y plena confianza en el material que manejas es más que suficiente para sobresalir.
Sabe volar libre en lugar de optar por la repetición
Tanto 'John Wick' como 'Nadie' están escritas por Derek Kolstad y en ambos casos su protagonista lleva de entrada una vida más o menos tranquila, descubriendo más tarde que en su momento fueron letales asesinos, los mejores en su terreno. A partir de ahí, habría sido muy fácil que 'Nadie' fuese poco menos que una repetición de 'John Wick' con muy poco que aportar más allá de lo entretenida que pudiera llegar a ser.
Sin embargo, Kolstad se desvía con un enfoque más humorístico y latente en todo momento que hay quien asocia a 'American Beauty', pero en mi caso me trae más a la cabeza 'Un día de furia', con la salvedad que el personaje interpretado por Odenkirk aquí tiene más control sobre sus acciones que el cabreado ciudadano con el rostro de Michael Douglas en la cinta de Joel Schumacher.
A partir de ahí, 'Nadie' vuela ya totalmente libre respecto a 'John Wick', tanto en temas estilísticos como de contenido más allá de detalles puntuales como que el gran villano también tenga orígenes rusos, pero la brutalidad de las escenas de acción se mantiene para regocijo de los espectadores que quieran pasar un buen rato.
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