Primeramente, quiero destacar que no soy ningún especialista en cine y que, si queréis ver una crítica exhaustiva de 'Cincuenta Sombras Liberadas' ('Fifty Shades Freed'), os recomiendo la de mi compañero Mikel Zorrilla. Yo, simplemente, os contaré mis impresiones sobre la película desde la perspectiva de alguien que nunca se ha marchado en mitad de una película. Ni siquiera con la Bruja de Blair.
Si habéis visto '500 días juntos' ('500 Days of Summer') probablemente recordaréis una explicación gráfica, y muy clara, de la diferencia entre las expectativas y la realidad. Pues algo parecido puede ocurrir también con las películas.
Con 'Star Wars: Los últimos Jedi' quizá me imaginé que podría estar a la altura de la trilogía original y me llevé un chasco. Aunque también con Juego de Tronos o Stranger Things, series que me recomendaban hasta la saciedad y que he abandonado porque las expectativas que me había creado eran demasiado altas.
Lógicamente, también puede ocurrir todo lo contrario. Que tengas unas expectativas tan pobres sobre un título que, a poco que las sobrepase, la película habrá merecido la pena. Me ha ocurrido recientemente con 'Spiderman: Homecoming' ya que, tras haber visto a Tobey Maguire dando vida a Peter Parker, no me esperaba demasiado y, sin embargo, me entusiasmó.
'Cincuenta sombras liberadas' no es 'Crepúsculo'
¿Por qué os cuento todo esto? Porque 'Cincuenta Sombras Liberadas' es una de esas películas de las que no espero demasiado y, tras verla, no me ha disgustado. Algo que no siempre es así porque puedes no esperar gran cosa (simplemente entretenimiento) y ser todavía peor, como la saga Crepúsculo.
Yo no he leído los libros de E.L. James y mi idea sobre ella no es distinta de la que pueda tener sobre la saga Valeria de Elisabet Benavent, por ejemplo. Sin embargo, me vi arrastrado al cine a ver 'Cincuenta sombras de Grey' y 'Cincuenta sombras más oscuras' por lo que era inevitable terminar con 'Cincuenta sombras liberadas'. Y, quizá por no haber leído la saga, me gustó.
No es una buena película, eso está claro, pero ha sido la que más me ha entretenido de la trilogía. En parte porque hay cierta... llamémosle acción, en ella. Y porque, lógicamente, mis expectativas sobre lo que me iba a encontrar no eran mucho mayores de las que tenía con 'En honor a la verdad' ('Courage Under Fire'). Y si en su día compré una entrada para ver 'Batman Forever', ¿por qué no pagar algo más de 9 euros para ver el "clímax" de 'Cincuenta sombras'?
Un Bruce Wayne adicto al sado
El personaje de Christian Grey (Jamie Dornan) no dista demasiado del de Bruce Wayne: ambos son huérfanos multimillonarios atormentados por su pasado. Tienen éxito en los negocios, viven en enormes casas, conducen los mejores coches y tienen todo un elenco de sirvientes a su cargo.
Sin embargo, cuando acaba el día, uno se mete en su traje de hombre-murciélago y combate el crimen en Gotham City para vengar el asesinato de sus padres. El otro se enfunda unos vaqueros rotos en un cuarto rojo de Seattle y azota a Anastasia Steele (Dakota Johnson) mientras trata de olvidar los cigarrillos que apagaban en su cuerpo cuando era niño.
De hecho, en esta última entrega de la trilogía, podremos ver a los Grey adquiriendo una enorme mansión que bien podría ocultar una Bat-Cueva bajo sus cimientos. Solamente faltaría darle mayor protagonismo a Jason Taylor (Max Martini) y ya tendríamos también un Alfred.
Estirando el chicle (con éxito)
Probablemente, con una única película hubiese bastado para resumir la saga de las Sombras, al completo. Pero, como en todo entretenimiento, también hay que tener en cuenta el apartado económico y si se sigue estirando el chicle de 'Jungla de cristal' ('Die Hard') hasta una sexta entrega, ¿por qué no hacer tres de ésta?
Es cierto que quienes hayan leído la trilogía echarán de menos bastantes cosas pero, en pantalla grande, sobran bastantes. Por ejemplo, el viaje a Aspen es totalmente intrascendente y quizá solamente sirve de relleno para meter algunos personajes que, quizá, en el libro tengan más importancia. Y, como no podía ser de otra forma, también para mostrarnos una nueva escena de sexo, en esta ocasión, aderezado con helado.
Y es que todo es muy previsible en esta historia. Hasta el papel que juega la secretaria, desvelado tras lo que ocurrirá en el banco, también es bastante predecible. El argumento no es mucho mejor que el de alguna entrega de James Bond y comienza con la boda de Anastasia y Grey. Mientras dan la vuelta al mundo en su luna de miel alguien accede a las oficinas, se lleva información y causa un incendio para intentar borrar sus huellas.
A partir de ahí veremos persecuciones a alta velocidad, un allanamiento en casa de los Grey, un embarazo no planificado y hasta un secuestro. Todo ello con multitud de escenas de sexo en el cuarto rojo.
Y es que, si lo pensamos, la combinación tampoco es muy distinta a la de otras películas taquilleras pero mejor valoradas por la crítica. ¿Cuántas siguen el guión del clásico cuento de hadas que se ve interrumpido por alguien malvado, aunque irremediablemente estúpido, al que derrotan fácilmente para lograr ser felices y "comer perdices"?
Es cierto que 'Cincuenta Sombras Liberadas' es una película prescindible aunque no por ello es, objetivamente, un bodrio. De hecho, es el mejor estreno en taquilla de lo que llevamos de año. Y a mí, sinceramente, me ha gustado.
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