El pasado 16 de mayo se estrenó 'La Crisis Carnívora', película de animación dirigida por Pedro Rivero. En Blogdecine hemos tenido la oportunidad de hablar con él y preguntarle sobre el film, el cine español y otras cuestiones que hemos considerado interesantes para vosotros, los lectores. Sin más, aquí os dejo con la entrevista, dividida en tres bloques:
Sobre 'La Crisis Carnívora':
- ¿Cómo surgió la idea: primero pensasteis que querías hacer una película en flash y luego le buscasteis una historia o teníais una historia que contar y se os ocurrió que una forma económica de hacerla era el flash?
Teníamos una preproducción preparada en el año 2003 para hacer la película en animación tradicional, pero no logramos financiarla, incluso tuvimos que cerrar la productora durante más de un año, pero como ya nos habíamos gastado 100 mil euros de una subvención que debíamos devolver si no hacíamos la película y yo no me resignaba a tirar todo el trabajo por la borda, buscamos el modo de poder realizarla a un coste más bajo, exactamente con el que me permitía la venta de mi casa; endeudarse más para quedar sin deudas. Después de un periplo buscando un estudio que aceptara el presupuesto que teníamos la conclusión fue que sólo podíamos hacerla en flash y en ese momento acudí a Nikodemo y ellos aceptaron el reto.
- ¿Cómo fue la relación con Nikodemo?
Acudí yo a ellos justo cuando empezaban a despegar con Cálico. Creo que aún no habían realizado “Historia de Amor”, su episodio emblemático. El caso es que les conté que había vendido mi casa y que tenía que hacer la película como sea y creo que les toqué el corazón, porque por mucho que sea atractiva la idea de que alguien te venga a ofrecer un dinero para que hagas un largo, también era un reto y una responsabilidad monstruosa que en aquel momento les caía demasiado pronto. Creo que con bastante inteligencia supieron decir que sí, añadiendo el proyecto a su currículum y aprovechando la oportunidad para asentarse como estudio sin que la película desmantelase sus propias prioridades creativas, que cada día están mejor afirmadas.
- ¿Qué tiempo os ha llevado realizar este proyecto? ¿Cómo fue la experiencia de estrenar la película?
Estuvimos dos años y medio garabateando el guión hasta su versión casi definitiva mientras perfilábamos el diseño. Después de eso, otro año y medio preparando la preproducción, haciendo pilotos, muestras y buscando la financiación. Tras un año de parón, en el que volví a revisar el guión, comenzamos ya la producción definitiva con Nikodemo, que duró algo más de un año entre adaptar todos los diseños a flash y realizar la animación. Desde ahí, prácticamente otro año para los procesos de postproducción de imagen, sonido, música y mezcla final. Y un año más hasta el estreno.
Al tratarse de un proceso tan largo, cada etapa la percibes dentro de un continuum, casi sin rango alguno, así que llegas al estreno tan sonámbulo como has estado durante todo el trayecto. Sé que estrenar es importante, pero no tengo la perspectiva suficiente como para valorarlo. Aún no.
- ¿A qué público va dirigida la película?
Creo que sobre todo a quien ha crecido viendo los Simpsons. Así que como llevan echándolos más de quince años, puedes coger una horquilla amplia de público, desde niños a alguien como yo que roza los cuarenta… En realidad, a todo espectador preparado para poder ver una revisión irreverente de la iconografía clásica de los dibujos de animales, tanto desde el gore como desde la sátira más irónica.
- La animación en Flash es la principal característica de la película, aspecto que ha despertado desconfianza en parte del público, que lo califican de "cutre", algo que supongo ya esperabas, ¿cómo se vende un film como éste para que resulte atractivo, sobre todo cuando en cartelera está, por ejemplo, la cuarta de Indiana Jones?
Bueno, el flash puede ser cutre si tú lo haces cutre. En nuestro caso no da problemas de resolución de imagen, pero tampoco es preciosista, ni la historia lo exige, es más, le va casi mejor ese aspecto “tosco”. El resultado final está acorde con el presupuesto y el tiempo empleados para la realización de la animación. Y con cuando se hizo, hace dos años. Hoy en día, el propio Niko ha evolucionado desde las premisas que tenía entonces, donde insistía en no ocultar que se trataba de flash y daba mucha presencia al grosor de la línea y a no disfrazar las piezas. Con otro concepto diferente y sobre todo más tiempo y un equipo mejor preparado para ello, podíamos haber avanzado hasta una estética más similar a la de la animación tradicional, pero aún con todo, creo que en ningún caso se trata de un resultado deslucido ni hemos caído en una simplificación tan brutal como la de South Park. Igual nos hemos quedado en tierra de nadie, ni carne ni pescado… De todas maneras, el carácter cómico y provocador de la propuesta debiera ser gancho suficiente para un público que en privado presume de progre y librepensador, pero que luego acude en rebaño al cine a pastar palomitas viendo chorradas infantiles no animadas…
- ¿Con qué armas se compite en el cada vez más competitivo cine de animación?
Hay ligas diferentes. La de aquéllos que realizan un producto con un destinatario claro, público familiar e infantil, y eso les permite engordar en presupuesto y en promoción, y luego estamos los que no tenemos nada de eso, o por lo menos, nos falta una pata de la silla. Por otra parte, en lo que se refiere al producto en sí y no a su venta, la evolución sigue siendo constante, en técnica y diseño, pero creo que tarde o temprano esas líneas llegarán a cierto agotamiento y recuperará importancia avanzar en temática y narrativa argumental, no sólo visual.
- ¿Qué similitudes hay entre el personaje del Cálico electrónico y los protagonistas de La crisis carnívora? ¿Habéis seguido con la idea de tomar un personaje clásico y españolizarlo, como hicisteis con Cálico?
De partida son conceptos muy diferentes, aunque en su realización práctica han llegado a aproximarse porque, aunque la historia de “La Crisis Carnívora” tenga un ámbito más universal, el doblaje ha hecho de ella una película muy española, con todo ese lenguaje coloquial y la manera en que se dice. Al final, tienes a una parodia de superhéroe y a una versión malencarada de los animales de Disney hablando como si fueran humoristas.
- El tema 'Hijo de puta más' es de los creadores de 'La hora Chanante'/'Muchachada Nui'. Y Joaquín Reyes hace un papel en 'La crisis carnívora', pero menor. En realidad su mayor presencia está en la página web. ¿Surgió la incorporación de Reyes a última hora, cuando comprasteis la canción? ¿O cuando él ya estaba incorporado os ofreció el tema?
La canción era uno de los momentos de gloria del día mientras se hizo la animación. Éramos unas quince personas en 40 metros cuadrados, en una calurosa primavera barcelonesa y escuchar la canción era el modo más pacífico de decirnos unos a otros lo que pensábamos de los demás, algo catártico… Y siendo como es la película, nos hicimos casi en broma la pregunta “¿y si la incorporamos a la peli?” Y fuimos a por ella. Después, una vez hecho el contacto con Joaquín, como nos faltaba un pequeño papel para la película, se lo ofrecimos y de paso le incorporamos al proyecto como el personaje del macaco exclusivo de la página web.
- Hay gente muy conocida que presta sus voces a los personajes, ¿cómo se unieron al proyecto?
Antes de que el proyecto se concretase habíamos tocado a Santiago Segura y a Faemino y Cansado. A Segura le gustó bastante pero no quiso comprometerse si no estaba totalmente financiado, vamos, que no quería meterse en algo que igual no saliera. Y Faemino sólo está interesado en su propio trabajo. De modo que cuando llegamos al acuerdo con Nikodemo y la película iba a ser una realidad pudimos plantearnos por primera vez hablar en firme con actores. A través de la asociación de guionistas yo conocía a Mario Pardo, Carlos Sobera y Óscar Terol, que aceptaron de forma inmediata. A partir de ahí hicimos un borrador completando el casting son actores vascos de doblaje, pero yo me resistía a utilizar locutores, pensaba que necesitábamos intérpretes que aportaran su personalidad a los personajes. Y empezamos a llamar. Primero a Pedro Reyes. Y cuando nos dijo que sí, nos fuimos lanzando a por los demás, con el colchón de que ya teníamos un par de nombres conocidos. Y así llegaron Enrique San Francisco, Álex Angulo, Pablo Carbonell e incluso José Coronado. De pronto teníamos un plantel acojonante, de ensueño, y podíamos haber continuado porque era tan completo que cualquiera hubiese estado dispuesto a sumarse. Todos aceptaron el trabajo por un precio casi simbólico atraídos por que fuesen dibujos animados y un proyecto tan cáustico. La verdad es que fueron muy valientes.
- Mientras el cine en las salas tiende a la espectacularización, tu apuesta es por una tecnología asociada a la web y a los contenidos gratuitos, ¿no es la tendencia la contraria, de cada vez más contenidos gratuitos? ¿Por qué estreno en cine y no en la web que es donde podría haber tenido más sentido?
Ocurre que “La Crisis Carnívora” nació siendo un proyecto de largometraje y la subvención que nos dio el Gobierno Vasco nos obligaba a filmarla en celuloide y estrenarla en cines. Visto el buen resultado de los primeros teasers uno se queda con las ganas de haber usado a los actores que hemos tenido para hacer mil pequeñas piezas para Internet, porque dan mucho de sí, pero también tiene un coste de producción para el cual nosotros, a diferencia de Nikodemo, no teníamos una infraestructura que pudiese soportarlo como contenidos gratuitos. Y de hecho acudir a estos intérpretes fue un componente promocional absolutamente necesario para poder completar la financiación de la película y terminarla, si no –y no quiero que se entienda que me parece superfluo el doblaje actual, todo lo contrario-, perfectamente podríamos haber hecho un doblaje más de batalla.
Sobre el cine español:
- ¿Qué opinas del cine de animación español?
Generalmente no me interesa. Creo que hay una generación de productores y realizadores educados y estancados en identificar la animación como un producto para niños que no hacen más que repetir viejos esquemas aunque cambien de software, mientras esos niños están de sobra preparados para algo mucho más audaz, como podría ser “Futurama” o “Padre de Familia”. Por el contrario, cualquier atisbo de otros rumbos, como “Gritos en el Pasillo” o nuestra propia película se siguen haciendo desde una debilidad industrial que nos impide profundizar técnica y promocionalmente hacia productos de suficiente solvencia como las series que he citado.
- ¿Crees que el cine español está alejado del público?
Bueno, una clase de cine, sí. Pero hay otro que ha conquistado al público joven, desde “El Día de la Bestia” a “Torrente”, pasando por “Airbag”. Digamos que el cine español está aún en esa fase en que sólo puede competir con el americano cuando recurre a la comedia localista, lo que no es mucho si miramos hacia atrás y vemos “Yo hice a Roque III”. Hará falta un crecimiento de la industria mucho mayor para que puedan hacerse thrillers y dramas realmente universales. Pero no podemos olvidarnos de los resultados cosechados por “El Laberinto del Fauno” o “Los Otros”.
- ¿Piensas que falta autocrítica en el cine español?
Lo que falta es mayor preparación y mejor planificación, porque nuestra industria es tan débil que por mucho que trabajemos lo hacemos mal. Todos hacemos de todo y nada lo suficientemente bien. Es un problema de falta de oferta y por lo tanto de especialización. No tiene ningún sentido que yo haya acabado siendo guionista, director y productor de esta película, y como el mío, hay muchos más casos a cualquier tipo de escala. Por otra parte, el sistema de ayudas termina siendo pernicioso porque condiciona el tipo de películas que se pueden hacer sin riesgo económico y limita cualquier variable nueva.
- ¿Ves un cambio en el cine español? Si es así, ¿qué directores crees que lo representan?
Espero que haya un cambio con las próximas generaciones de realizadores, mucho más especializados en géneros concretos. Se ha podido comprobar que partiendo de una industria debilitada sólo se afirman quienes mantienen una directriz clara desde sus comienzos, Balagueró, Del Toro… No sé quiénes vendrán ni si se mantendrán dentro del cine español, que igual termina siendo lo que ahora se dice de los cortometrajes: una escuela.
Sobre gustos, influencias y más cine:
- ¿Qué cine y qué directores te gustan?
Después de haber hecho “la película de los hijos de puta” cualquier cosa que diga puede resultar ridícula, pero también he escrito drama y teatro y sé muy bien dónde estoy, así que no tengo reparos en hablar de David Lynch, un renovador continuo del lenguaje cinematográfico que me atrapó con “El Hombre Elefante” a los once años. Por lo demás, yo me he curtido siguiendo a todos los “duros”: Bergman, Tarkovsky, Kurosawa, Resnais, Welles antes que a Hitchcock o Wilder. Si bien en los últimos años soy cada vez más receptivo al cine comercial y de género.
- ¿Tu película de animación favorita?
Creo que “Mi Vecino Totoro” y “La Princesa Mononoke” de Miyazaki tienen momentos de un lirismo tan fuerte que me conmocionan con sólo recordarlas. Pero no puedo dejar de mencionar “Futurama” o más recientemente “Ratatouille”, ese plano en el que “el malo” evoca emocionado su infancia tras probar un bocado es de lo mejor que he visto nunca en una película animada. Aunque durante muchos años he guardado en mi memoria como una impresión imborrable la causada por “La Bella Durmiente” de Disney. Creo que tendría tres o cuatro años y salí del cine dando tumbos, algo que sólo me ha ocurrido más tarde cuando vi “The Wall”. Pero si me tengo que quedar con una te diría “Dumbo”, me van los elefantes...
- ¿Qué películas han influido en tu trabajo?
Refiriéndome a la película, todo está en el “Robin Hood” de Disney y en “NIMH” de Don Bluth. La idea de un microcosmos animal organizado al modo humano, con parlamento y todo, fue el primer germen de “La Crisis Carnívora”, y buena parte de los personajes son el resultado de llevar conmigo desde la infancia esa versión de Robin Hood.
- ¿Tu próximo proyecto?
En realidad, hacer “La Crisis Carnívora” sólo me lo planteé en un principio como un proyecto sencillo y abordable para ponerme en el mapa con el propósito de realizar otro proyecto más complicado y de mayor presupuesto… Nueve años después de ese pensamiento, no sé si tengo energías para enfrentarme a algo así, pero de momento estoy terminando el guión. Yo lo llamo “Meteoro”, como se llamó aquí la serie de “Speed Racer”, y es una historia nuevamente ambientada en un mundo animal, en este caso futurista y con un deporte de masas de por medio, dirigida esta vez a un público más general… de momento.