El pasado 1 de abril se estrenó 'Morbius', el nuevo largometraje con el que Sony continúa dando forma a su Universo Spider-Man particular tirando del amplio surtido de villanos del hombre araña marvelita y recaudando por el camino jugosísimas sumas de millones de dólares a través de proyectos que, haciendo honor a la verdad, tienen una calidad más que cuestionable en términos cinematográficos.
Con esta última frase ya se puede intuir que la propuesta de Daniel Espinosa y Jared Leto no me ha entusiasmado en exceso. No sólo me ha parecido obsoleta —en 2001 hubiese sido la bomba— en su modo de tropezar con las piedras habituales de las historias de orígenes y en desdibujado y errático tratamiento de sus personajes; también en una narrativa inconexa que invita a pensar en un proceso creativo un tanto accidentado.
De hecho, entre todo el caos que ha terminado proyectándose en cines, existen un par de elementos que sugieren que, en efecto, 'Morbius' ha recibido una buena reescritura en la sala de montaje. Me estoy refiriendo a sus dos poco inspiradas y desconcertantes escenas poscréditos, de las que vamos a hablar a continuación con, como es lógico, unos cuantos spoilers de por medio. Avisados estáis.
De viaje por el multiverso
En la primera escena poscréditos de 'Morbius', una vez el protagonista se ha deshecho del enemigo principal de la función en un clímax no demasiado climático, podemos observar una grieta dimensional como las que aparecieron sobre el cielo neoyorquino durante el tercer acto de 'Spider-Man: No Way Home', y que lleva a Adrian Toomes —el Buitre— al universo de Venom y compañía.
El villano interpretado por Michael Keaton aparece en la cárcel, pero como en esta realidad no ha cometido —todavía— ninguna fechoría, queda libre en un abrir y cerrar de ojos. Una situación que nos lleva directamente a la segunda escena poscréditos, también protagonizada por el Buitre.
En ella, el Dr. Michael Morbius de Jared Leto conduce hasta un lugar remoto —tal como apunta un plano detalle del GPS—. Una vez sale de su vehículo, se encuentra con Adrian Toomes, ataviado con su traje mecánico, quien le dice que no tiene ni idea de cómo ha llegado hasta ahí, pero que seguro que tiene que ver con Spider-Man. Después, el Buitre ofrece al vampiro una alianza en lo que parece un guiño al grupo de villanos conocido como los Seis Siniestros.
Tijeretazos a gogó
Si por algo se caracterizan las escenas poscréditos es por su intención —unas veces efectiva, otras no— de sorprender al respetable con alguna aparición imprevista o un cliffhanger de esos que te dejan salivando y con ganas de más; pero el caso particular de 'Morbius' es muy, pero que muy especial.
Si nos remontamos al pasado mes de febrero, cuando Sony lanzó el enésimo tráiler de la película, podemos comprobar que el Adrian Toomes de Michael Keaton hace acto de presencia en varios fragmentos pertenecientes, a simple vista, a pasajes completamente diferentes a los que se enmarcan en las escenas poscréditos del filme. Una serie de clips de los que no había ni rastro en los tráilers publicados en 2020 y 2021.
Esto, que podría ser simple torpeza promocional aplicada para llamar la atención del público potencial a toda costa, podría indicar que 'Morbius' ha experimentado cambios bastante drásticos durante el proceso de postproducción, convirtiendo, entre otras cosas, lo que parece ser una subtrama presente en el metraje de la cinta, en un par de escenas condensadas en un par de minutos —con todas las alteraciones narrativas que eso implica en el desarrollo de la trama—.
Suele decirse que el montaje es la tercera escritura de un largometraje y, en este caso, aunque todo sean conjeturas que traten de dar sentido a 109 accidentados minutos, esta parece haber sido tremendamente drástica. Y es que, si levantamos la ceja y jugamos la carta conspiranoica, bien podríamos preguntarnos lo siguiente:
¿Estuvieron todos y cada uno de los retrasos sufridos por 'Morbius' relacionados con el escenario pandémico o se estaba intentando arreglar a golpe de tijera y pegamento lo que ha terminado siendo "inarreglable"? O, lo que es más importante, ¿estamos ante otro de esos casos en los que un estudio manipula a su antojo la visión, historia y obra de un cineasta y su equipo sin tener demasiada consideración hacia la creatividad la creatividad original?
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