Supongo que las películas estrenadas el 30 de Diciembre habrá que inlcuirlas en el 2006, por eso de que hay poco tiempo para verlas, aunque yo acudí el día del estreno. Y acudí sin saber muy bien lo que iba a ver; sólo había leído una crítica dónde no la ponían mal y hacían una observación que me produjo mucha gracia y es por qué en España no somos capaces de hacer comedias tan bien hechas e interpretadas cómo ésta (esto último está quitado de la mejor revista, con diferencia, de cine que hay en nuestro país y cuyo nombre no voy a decir por eso de no hacer publicidad, si la leeis ya os habreis dado cuenta de cuál es).
Primero de nada decir que estoy totalmente de acuerdo con esa observación, porque aparte de llevarme una enorme sorpresa con la película, según la iba viendo llegaba a la misma conclusión, ya que no hay mucha diferencia de esta comedia italiana a las que solemos hacer en nuestro país, pero muy por debajo en calidad, claro. De todos modos ese sería un tema a debatir con calma, sin hacer valoraciones a la ligera y habiendo visto un montón de películas para saber de lo que se habla.
La película es una mezcla de historias sobre personajes distintos, que van uniéndose una tras otra, teniendo como nexo de unión el amor y las distintas etapas que éste sigue a lo largo de su existencia en el seno de una pareja. O sea, es una película coral de esas que cada vez se van haciendo más, ya que parece una fórmula que funciona. En este caso, y salvo por algún pequeño problema de ritmo, funciona a la perfección. Sobre su argumento sólo decir que todo empieza cuando un joven en paro que busca empleo, se enamora a primera vista (cómo debe ser) de una chica que en principio no le hace mucho caso (ley de vida). A partir de ahí, y con un gran sentido del humor la película nos irá conducinedo por distintas parejas que representan las mencionadas etapas, y que son el flechazo, la crisis, la traición y el abandono, a las que habría que sumar un epílogo final, que es cómo la conclusión a la que llega el film.
Dirigida por Giovanni Veronesi, lo primero que llama la atención, es la enorme sensibilidad y el enorme gusto con los que está realizada la película. Con un guión que no se deja nada en el tintero, el director combina de forma maravillosa momentos de una gran carga emocional con otros en los que lloras de la risa, pero es que además lo hace tan inteligentemente que los pone, en algún momento, seguidos uno detrás del otro, para jugar, por decirlo de algún modo, con las emociones del espectador, y transmitir en cierta manera, la inestabilidad emocional a la que, a veces, nos lleva el amor. Y lo mejor de todo es que no cae en la reiteración, no carga las tintas en ese aspecto. Y todo ello magistralmente adornado por la extraordinaria música de Paolo Buonvino, quién con su maravillosa melodía nos hace emocionarnos más todavía.
Los actores están todos igual de acertados, y representan muy bien sus estados de ánimo, desde el joven perdidamente enamorado, pasando por la mujer frustrada o traicionada, hasta llegar al hombre abandonado. Carlo Verdone, Silvio Muccino, Luciana Littizzetto y Sergio Rubini entre otros ofrecen buenas interpretaciones de unos personajes entrañables que llenan la pantalla, y con los que, todo aquel que haya estado enamorado o tenga una relación, no le será difícil identificarse. Yo concretamente me reí muchísimo en la primera historia, viendo las 'locuras' que uno es capaz de hacer por amor.
Cómo punto negativo señalaría que en la tercera etapa, la de la traición, la película pierde un poco de gas, al estar un poco peor explicada y su resolución no ser demasiado convincente. Ésto le impide ser un film perfecto, pero no le impide ser una muy buena película con la que uno llora, ríe, se lo pasa pipa y sale del cine con una sonrisa tanto exterior como interior. Ya les gustaría a muchos de por aquí hacerlo la mitad de bien de lo que está película está.