El último filme del serbio-bosnio Emir Kusturica, Life is a miracle (en la foto) enfrenta problemas con la censura inglesa por una escena en la que un gato devora un pichón.
"¡Pero qué pasa con ustedes, los ingleses. Mataron millones de indios y africanos, pero se vuelven locos por un simple pichón serbio!", se quejó el realizador ante Fiachra Gibbons, quien lo entrevistó para The Guardian, en la villa que construyó alrededor de un convento medieval ortodoxo, con la intención de establecer una suerte de comunidad utópica.
Kusturica se ha negado rotundamente a cortar la escena de dos segundos ["tan perturbadora como un episodio de los Teletubbies", según la entrevistadora] ya que, a su manera de ver, constituye una "metáfora sobre cómo en tiempos conflictivos, los idealistas y los inocentes son presas fáciles de las bestias grandes y calculadoras". De resolverse satisfactoriamente el impasse, Life is a miracle sería estrenada en Inglaterra el próximo 11 de marzo.
Pero Kusturica no es el único con problemas relacionados con censura y animales.
Los despachos de las agencias de noticias de los últimos días han dado cuenta de las escenas que el controversial realizador danés, Lars von Trier, ha cortado de su épica conceptualista (si es que tal híbrido es posible) sobre la esclavitud en los Estados Unidos, Maderlay. Las gráficas escenas describen la muerte y posterior desmembramiento de un burro. Según los cables, el actor John C. Reilly habría renunciado al filme, por dicha escena.
Preocupado por las protestas de las sociedades protectoras de animales y ante la avalancha de cartas que recibió, Von Trier tomó lo que calificó como una "inusual" decisión de quitar las escenas, para evitar que las cuestiones sociales y políticas que trata en Manderlay se vieran ensombrecidas por lo que los periódicos llamaron "el problema del burro".
El realizador danés aseguró que el animal fue "salvado" del matadero para su participación en la película y que fue sacrificado con una inyección letal que le evitó cualquier sufrimiento.