Después de las dos absolutas obras maestras que son 'American Beauty' y 'Camino a la Perdición', era lógico el esperar con gran interés la siguiente película de Sam Mendes, aunque luego ese interés fue decreciendo. Primero, por el tema a tratar (el conflicto de el Golfo Pérsico, EN APARIENCIA); y segundo, por su fría recepción crítica allá dónde se ha estrenado. Pero una vez vista la película, se puede respirar tranquilo, por que Mendes nos ha regalado otro rato de buen cine, aunque en un nivel inferior que el de sus dos obras anteriores.
Tomando como base las memorias de Anthony Swofford, el film nos cuenta cómo éste, con 20 años, se alista en los marines, siendo enviado poco tiempo después a Arabia Saudí, durante la Primera Guerra del Golfo, donde esperará con sus compañeros el entrar en combate, cosa que nunca sucederá. Porque aunque esta película pueda pertenecer al género bélico, lo cierto es que en ningún momento llega a verse un enfrentamiento en el sentido clásico del término. La verdadera guerra a la que asistimos es a la que sufren los personajes en su interior, y todos por distintas razones; las mismas que les han llevado a tal situación.
Y aunque en el film vemos a muchos y diversos personajes, éste se centra, sobre todo, en el personaje principal, Swofford, y sus particulares obsesiones. Personaje interpretado de forma fabulosa por Jake Gyllenhaal, un actor que hasta ahora siempre lo había tenido por un poco soso, pero que aquí está que se sale por todos los lados. Componiendo un personaje único y transmitiendo en todo momento los distintos sentimientos de su personaje. A falta de verlo en 'Brokeback Mountain' (película que probablemente va a hacer que me trague mis palabras sobre 'Munich'), Gyllenhaal se merece una nominación al Oscar.
Cómo también se la merecen sus otros compañeros de reparto. Peter Sarsgaard, cuyas motivaciones son excelentes; además, sobre este personaje hay un detalle extraordinario de guión, por sencillo: su personaje está en el ejército huyendo de un pasado delictivo, pero nunca llegamos a saber qué es lo qué hizo exactamente, porque simplemente no necesitamos saberlo (tópico en el que hubieran caído otras películas). Y sobre todo Jamie Foxx, en el papel más 'simpático', haciéndote creer realmente que ama su profesión. Moviéndose cómo pez en el agua, demostrando su versatilidad para cualquier tipo de papel en cualquier tipo de producción. Atención a su primera aparición en escena, en la que en cuestión de segundos logra hacerse con el favor del público.
Sam Mendes, por otro lado, logra algo inesperado: apartarse de cualquier cinta bélica conocida, creando su propio universo y aportando su granito de arena a este género. Evidentemente no faltan referencias a otras películas, pero que son usadas inteligentísimamente. Las más claras son las de 'La Chaqueta Metálica' (increíble el hacer algo tan igual y al mismo tiempo distinto); y las dos a 'Apocalypse Now', sobre todo la segunda, que es bastante divertida. Eso sí, el Director´s Cut que se muestra de 'El Cazador' no tiene desperdicio, aunque esa escena no es para reírse.
No quiere decir que la película no caiga en tópicos, que de hecho cae, y en cierta previsibilidad al no contar nada nuevo. Pero la pericia de Mendes salva esos pequeños obstáculos, y ayudado por el conciso guión de William Broyles Jr., realiza un film muy bueno, cuyo excelente montaje ayuda a que el ritmo nunca decaiga, y que uno siempre se interese por lo que sucede en pantalla. La original forma de narrar de su director hace presencia una vez más, contando un montón de cosas, aunque en principio no lo parezca.
Mendes crea algunas secuencias de una belleza inusual, cómo muchas de las que suceden en el desierto, a lo que ayuda la fotografía de Roger Deakins, excelente fotógrafo, muy alejado en estilo de Conrad L. Hall, anterior colaborador de Mendes, fallecido en el 2003, y que hizo trabajos de Oscar en sus dos anteriores películas. De sólo imaginar lo que Hall podría haber hecho en este film, se me cae la baba.
También la múscia merece especial mención, y no me refiero en concreto a la banda sonora de Thomas Newman, que ha estado más lucido otras veces, si no a la utilización de canciones en determinados momentos, cómo pocas veces se ha hecho; y cómo dice un amigo mío, que bien suena Tom Waits en el cine.
Respecto al no posicionamiento político de Sam Mendes, se le ha criticado bastante por ello, cosa que me hace mucha gracia; ya que con eso, Mendes, genial cineasta, demuestra además, que es un inteligente ser humano, al no usar un medio que conoce a la perfección para hacer propaganda de unos ideales, sean cuales sean. Y de paso enseñar, y cómo ocurre en la escena en la que unos soldados están viendo 'Apocalypse Now', que en el cine cada uno siempre ve lo que quiere ver. Así pues, algunos dirán que es una 'americanada'; otros verán una historia sobre hombres obsesionados con matar, y que es mucho mejor disparar al aire; y otros verán una historia sobre nada. Cómo en su primera película, Mendes ha hecho un film que sirve perfectamente para diferenciar al espectador tonto del que simplemente no lo es.