Primero de nada decir que fuí al cine con enorme interés a ver esta película, pues considero a Jim Jarmusch como uno de los directores más interesantes de la actualidad, y confieso tenerle cariño a aquella pequeña maravilla titulada 'Night On Earth'. Sin embargo mis espectativas se iban viendo truncadas según iba avanzando el film, dándome cuenta, al final, de que acababa de asisitir a una de las experiencias cinematográficas más decepcionantes de toda mi vida, por no hablar de la sensación de idiotez que tuve cuando terminé de verla, y el consiguiente cabreo que cogí, porque si hay algo que no aguanto es que se me tome el pelo con trascendentalismos. Pero vayamos por partes.
El film narra la búsqueda, por parte de un hombre, de su hijo, del que no sabía nada, visitando a mujeres importantes de su pasado para averiguar quién es la madre y, de paso, quién es él, como si le importase al espectador.
El reparto es bien curioso, está formado por actores que antes gozaban de prestigio comercial, y ahora gozan de prestigio artístico, lo que no quiere decir que antes hicieran peores películas de las que hacen ahora, no nos confundamos.
Bill Murray, del que a todo el mundo le está dando por decir que es buen actor, interpreta (es un decir) al protagonista, y su grado de expresividad es el mismo que tenía hace 25 años, o sea, cero.
Nunca me ha gustado este actor, creo que siempre pone la misma cara para todo, ya sea en una comedia absurda, o en los supuestos papeles serios de sus últimas películas. Él solo se encarga de destrozar un personaje a priori interesante, y convertirlo en la nada más absoluta, con sus miradas al vacío y pretendiendo emocionarnos. Hay una secuencia al lado de una tumba que para mí es una muestra de las limitaciones de este actor.
Le acompañan Sharon Stone, cuya belleza y sensualidad superan con creces a las de muchas jóvenes actrices, en un papel muy poco desarrollado y que sabe a poco; y Jessica Lange, cuyas cualidades interpretativas están más que probadas, es ese tipo de actriz que puede hacer cualquier tipo de papel, pero aquí también está desaprovechada. Del resto de actrices, como Julie Delpy o Chloë Sevigny, ídem de lienzo.
Pero la mayor decepción viene dada por parte del director y su manera de abordar una historia que intenta hablar del vacío existencial y lo que se queda vacío es la película por culpa de un guión com más agujeros que un queso de gruyère, a lo que no ayuda nada la mala dirección de Jarmusch, de quien llegamos a intuir su estilo, ese que tantos buenos momentos nos ha hecho pasar, y no llegando a comprender la razón por la que se le ha ido de las manos una película que, en principio, no suponía ningún problema. Tiene un toque excesivamente trascendental y lleva puesta la etiqueta de 'película para pensar', provocando el más profundo aburrimiento, con unos diez minutos finales verdaderamente vergonzosos, casi insultantes.
Todo ello coronado por la presencia de un actor, para el que Jarmusch escribió el guión de la película. Craso error. Si hubiera escrito 'Cazafantasmas 3' nos hubiera hecho un favor. O no.