La productora de 'Halloween' e 'Insidious' se enfrenta a posibles pérdidas millonarias y un golpe a su prestigio
La decepcionante recepción crítica de ‘El exorcista: Creyente’ plantea podría quedar maquillada por su recorrido en taquilla. Aunque no es un fracaso en términos absolutos, sí que se está considerando un traspiés para su productora, Blumhouse, especializada en revivir franquicias de terror para generar éxitos de taquilla infalibles. Su productor, Jason Blum, tiene un gran ojo comercial que ha ido abandonando su compromiso con la calidad para generar bombas de taquilla.
‘Creyente’ hizo su debut mundial el 6 de octubre de 2023, una semana antes de su fecha de lanzamiento previamente programada para el 13 de octubre de 2023, en un intento de evitar la competencia de taquilla con el esperado ‘Taylor Swift: The Eras Tour’, que efectivamente ya ha generado más de 124 millones mundiales. Este primer movimiento fue un revés inesperado, que aleja el título a la fecha de Halloween que siempre buscan sus estrenos, y perdió la oportunidad de jugar con el choque de conceptos que hizo “Barbenheimer”.
Lo más importante de este posible “Swiftxorcist” es que habría dado publicidad gratuita a la película, maquillando la pésima recepción en Rotten Tomatoes, que solo ha obtenido un 22% de reseñas positivas. Pero el primer error de bulto de Blum es considerar que el director David Gordon Green, que dio la cara en el reboot de la franquicia de ‘Halloween’, estaría capacitado para modernizar ‘El Exorcista’, una película que sigue generando nuevos fans 50 años después de su estreno. Tanto es así que Green no volverá a tomar el mando en futuras secuelas.
Falta de comprensión del material original
Su trabajo aquí, más que torpe, es ingenuo. Repasa los puntos clave de la original sin tener mucha idea de cómo resignificarla para los nuevos tiempos, optando por una cándida extrapolación de la fe bajo la óptica de “todo el mundo es bueno” que acaba siendo estúpida. Un “We are the world” de las religiones que pretende reubicar la batalla de la fe en un momento en el que la religión se ha estratificado, buscando quizá desmarcarse de la ola de terror católico que triunfa en taquilla, de ‘El exorcista del papa’, ‘Reza por el diablo’ a ‘La monja 2’.
Películas que han jugado la baza de no tomar al público por idiota y plantear su mitología de frente, desde la óptica cristiana llevada al tebeo pulp, donde el no creyente puede entrar a jugar si desea sin tener que bautizarse o tomar la primera comunión. ‘El exorcista: Creyente’ quiere ser importante e incisiva, tratando de esquivar esos enfoques, sin embargo, cuando trata de dar miedo se limita a repetir planos de calles con hojas levantándose por el viento y otros trucos de la original que traduce sin alma a un lenguaje visual televisivo y sin convicción.
La taquilla no cumplió con las expectativas, que inicialmente predijeron que la película generaría entre 30 y 35 millones de dólares a nivel nacional en su primer fin de semana. Con una suma total de taquilla de apertura de aproximadamente 26,5 millones a nivel nacional y casi 44 millones a nivel mundial, no estuvo a la altura de su potencial desde el principio, pero el segundo fin de semana solo ha dejado 86 millones internacionales en total. ‘La monja 2’ está a punto de llegar a 260.
Presupuesto desorbitado que no se ve en pantalla
Con un presupuesto de producción de 30 millones de dólares podría considerarse rentable, pero el problema es que Universal y Peacock pagaron 400 millones de dólares por los derechos de la que iba a ser una trilogía, lo que aumenta mucho el umbral de cuánto necesita para tener éxito, porque este primer golpe en la mesa definirá la relevancia de la marca los próximos años. Por eso, los primeros indicadores de taquilla y crítica dejan motivos de preocupación sobre la longevidad y la calidad de esta nueva trilogía, que incluso ya tenía una fecha de lanzamiento preliminar del 18 de abril de 2025 para su secuela.
Esto significa que ‘The Exorcist: Deceiver’ y la conclusión podrían ser un negocio potencialmente desastroso para Universal, Peacock y Blumhouse, tanto si las secuelas terminan canceladas, como si se invierte en ellas más dinero y no consigue revertirse la tendencia de interés. Lo que queda claro es que los cálculos por el pago de derechos fueron desorbitados, es una cifra sin precedentes para Blumhouse, cuyo modelo de negocio generalmente depende de altos rendimientos potenciales de títulos de terror de bajo presupuesto que normalmente cuestan entre 5 y 10 millones de dólares.
Con costos de marketing estimados en alrededor de 1,5 veces el presupuesto de producción, es difícil encontrar un punto de beneficio, cuando normalmente esa fórmula le valía en títulos como ‘Halloween’ o ‘Fantasy Island’. Exceso de confianza o desconocimiento de la marca, el nombre de ‘El exorcista’ no cuajaba bien con la idea de inversión conservadora de Blumhouse, cuyas películas, salvo cuando están llevadas por un Shymalan, Derrickson o Peele, tienen un aspecto de baratija, que se ha ido haciendo más patente con los años.
Descuido de la producción
Incluso gastando más dinero, ‘Creyente’ luce barata, casi como una película de sobremesa, no solo por el enfoque de Green, sino porque la infraestructura del estudio lleva casi ese valor incorporado. Sin embargo, el fuerte de la marca ‘El exorcista’ radica en su prestigio, la dirección de Friedkin, con una solidez visual atemporal, y es muy difícil llegar a la altura de los sustos reflexivos y atmosféricos del original, una película de terror nominada al Oscar, quizá sólo la secuela ‘El exorcista III’ ha estado a la altura de las circunstancias. Si lo que ofreces es una película cualquiera, aburrida, ridículamente solemne y sin originalidad, da la impresión de que estás metido en una plaza demasiado grande para ti.
No solo hace falta a un cineasta inteligente, sino un aparato de producción que mire la película como una obra de prestigio, y la impresión es que no es mejor que cualquier otro exploit de la original, sin todos los elementos de impacto que hacen divertidas a aquellas. El guion trata de explicar la misma historia durante una hora en la que no pasa nada, tomando como punto de partida la desaparición de dos niñas, como si repitiera la trama de ‘El exorcismo de mi mejor amiga’. Una consecución de lo que hemos visto una y otra vez con momentos que pretenden inquietar, como la niña en la iglesia, sin conseguir crear un solo momento de duda.
Otro elemento que ya no funciona es el rescatar a los protagonistas vetustos de las originales para llegar como salvadores. El caso de Ellen Burstyn aquí es especialmente doloroso. Nadie parece entender su papel en la original y se corona con frases pésimamente escritas, como que “no pude ser testigo del exorcismo de Regan porque no formaba parte del patriarcado”, un conflicto con su hija sin ningún tipo de explicación y una participación lamentable que acaba con ella ciega durante toda la película. Un cuadro.
Volar demasiado cerca del Sol
El protagonista principal pasa toda la película con la misma cara y su conflicto se reduce a una decisión, dejando una conclusión de la lucha final reaccionaria y absurda. Ann Dowd pasa por ahí para decir las frases de peso con cara de compungida. Nada rechina demasiado, todo se recita como si fuera lo que toca escuchar en cada momento. El aburrimiento se instala y el uso del tema clásico de Mike Oldfield es lo único que supuestamente conecta con la idea original. Qué inteligente fue la serie de Fox, cancelada antes de tiempo, al ubicarse en el espectro de terrores a lo James Wan y convertirse en un tebeo que no se atrevía a buscar estar a la altura.
‘El exorcista: Creyente’ quiere ser importante y sigue con los sustos de cucu-tras, los vómitos de moco negro digital y las levitaciones en el orden que tocan. No plantea una línea de acción para las siguientes películas que pueda al menos enganchar como un folletín, ni reubica los hechos en un mapa más grande pensando en siguientes entregas o generar curiosidad. Es una mala película, pero un peor primer capítulo. No solo tiene poca idea de dónde quiere llegar sino que no muestra convicción de lo que presenta, es cobarde, fláccida y simple.
A veces el público también es capaz de captar esto y quizá Blumhouse ha querido volar demasiado cerca del sol al pensar que iba a salirse con la suya como en una ‘Insidious 5’ de 12 millones de dólares o la séptima ‘Paranormal Activity’. Si tratas de rescatar la considerada mejor película de terror de la historia y convertirla en un éxito hace falta un poco más que confiar en el branding, ahorrar en producción y gastar en marketing. Quizá pueda ser un pequeño revulsivo para que la compañía vuelva a apostar por descubrir talentos y ofrecer lo que otras grandes no se atreven: proyectos de riesgo, originales y nuevos autores con cosas que decir.
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