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Entrevista a Elio Quiroga, director de 'La Hora Fría' (I)

  • Han pasado más de 10 años y unos cuantos cortos desde 'Fotos' ¿qué ha aprendido Elio Quiroga en todo este tiempo, y si ha cambiado la percepción que tienes del cine, tanto como cineasta como cinéfilo (que supongo serás)?

Qué difícil... Con todos los años que han pasado, al menos con mi experiencia viendo alrededor el cine español que se produce y las continuas crisis en que está metido, digamos que he intentado aprender de los errores; de los propios y de los que ves alrededor. Al mismo tiempo ha empezado toda una revolución en el cine, que es la irrupción de la tecnología digital, que está trayendo grandes cambios, no todos agradables para la industria (española e internacional), por lo que la crisis ahora se acentúa.

En el 96, cuando estrenamos 'Fotos' el cine español tenía exactamente los mismos problemas, sólo que tal vez ahora estén más acentuados, pero era más sencillo llevar adelante un proyecto. Actualmente hay películas que se han detenido en mitad del rodaje por falta de financiación. Otras que se están cancelando un par de días antes de iniciarse el rodaje... Cosas, en fin, que no se habían visto nunca. El dinero se vuelve más prudente en tiempos de crisis, y creo que estamos entrando en una. Generalizada.

Creo que la industria española no ha hecho sus deberes, que se está haciendo un cine, al menos en parte, que está de espaldas a la sociedad y a lo que los espectadores queremos ver. Y por otro lado, no pasa como en Francia o en otros países de nuestro entorno, en los que la tradición del cine venía de tradiciones que sentaron escuela; los neorrealistas en Italia, la nouvelle vague en Francia, el free cinema en el Reino Unido... Aquí no ha habido nada de eso, siempre vamos detrás de la ola, y la industria casi siempre se comporta con pánico y toma decisiones poco meditadas. Aunque esto último no pasa sólo aquí, es común en estos momentos a toda la industria del cine en occidente.

  • Sobre 'La Hora Fría', estamos ante un film fantástico. Con lo mal recibidos que son por gran parte de la audiencia de nuestro país los film de terror patrios, ¿no crees que te has arriesgado mucho o simplemente no le tienes miedo a nada?

Hombre, no son del todo mal recibidos. El género es rentable; o si no que se lo digan a Filmax. Vale que las películas no dan fortunas, pero son rentables industrialmente. Además, miras lo último que ha dado el cine en España interesante, y es género: 'Los Otros', 'El Laberinto del Fauno', 'La Caja Kovak', 'Los Sin Nombre'... Creo que el fantástico en general es bien recibido por los espectadores, bien es verdad que en España no tenemos ni los costes que tienen en USA para hacer este tipo de cine, ni los millones que se necesitan para promocionar los productos y que la gente se entere de que existen. Estoy seguro de que un espectador no ve cierto cine español de género sencillamente porque no hay suficiente publicidad. Y en términos medios el género es rentable; ves las cifras y los datos están ahí.

Al menos, es más rentable que los dramas realistas que hace nuestro cine últimamente, que no hay manera de que den dinero, pero que siguen tozudamente haciéndose. El género en general es una apuesta segura; el espectador sabe lo que va a ver.

  • ¿Ha cambiado mucho el proyecto desde su concepción original hasta el resultado final?

Desde que escribí la primera versión del guión, en 2003, la idea era producirla con otros socios, pero ser yo mismo uno de los productores, ya que no conseguía levantar proyectos con productores tradicionales. Entonces el guión que trabajé lo hice pensando en que el coste fuera ajustado: pocos personajes, decorados sencillos, situaciones que se pudieran resolver sin problemas... Entonces conocí a la gente de La Huella Efectos Digitales y Sopa de Sobre Dibujos Animados, que trabajan juntos haciendo publicidad y FX digitales (los lagartos de 'Obaba', por ejemplo, los generaron ellos en 3D), y con su ayuda y coproducción (Jerome Debeve y Juan A. Ruiz) y con la ayuda de Margaret Nicoll, que es una de las personas más importantes y que más ha hecho por el audiovisual español, el proyecto pudo financiarse. Las diferentes reescrituras de guión estaban encaminadas más bien a “¿Es esto factible? ¿Es sencillo de realizar? Si sólo tenemos una jornada de rodaje ¿Cómo resolver esta escena?”. Intentaba ir, digamos que “a favor de obra”.

  • Respecto a los actores, nos encontramos con una Silke, que hacía tiempo no se hacía notar. ¿La tuviste siempre en mente?

Silke es una mujer estupenda –en todos los sentidos- y además una persona excelente. Compartimos representante, Octavio Fernández-Roces, y él nos propuso encontrarnos y que ella leyera el guión. Le encantó, y aceptó hacer la película, eso fue todo. Le gustaba el personaje, básicamente, creo, porque la aleja del tipo de papel que suele hacer; María, su personaje, es la jefa del grupo de 8 personas que protagonizan la película, pero lo es por imposición. Es una líder que ni quiere serlo ni se siente capacitada, y eso la hace muy cerebral y muy curtida, a veces poco flexible. Los niños, sobre todo Omar Muñoz, que interpreta a Jesús, un niño de 9 años, sí que fueron un problema, ya que tenían mucha importancia en la película y por tanto tenían que ser buenos actores. Yo había visto a Omar en “Ausentes”, y me quedé impresionado. El crío tiene un talento alucinante; hay escenas en las que él solo lleva todo el peso, y lo hace estupendamente. Todos en general tienen escenas bastante complicadas; es un grupo de personas que viven juntos en el mismo sitio desde hace demasiado tiempo, y sus relaciones están un tanto viciadas. Al mismo tiempo, a los niños, que son quienes les permiten seguir adelante, les ocultan la verdad de lo que está pasando en el lugar en el que se encuentran, y todos viven en una situación un poco esquizofrénica.

  • Su trailer recuerda enormemente a una película de John Carpenter cuyo título seguro que no hace falta que te diga. Y digo esto porque me gustaría preguntarte algo que a los lectores siempre les interesa: las influencias y gustos de un director. Mójate y dinos tus iconos cinematográficos, y aquellos directores que crees te han influenciado más.

Oh, “esa” es un clásico. Gracias por la comparación, es una de mis películas de cabecera. Es inevitable que una película sobre un grupo de personas encerradas, rodeadas de “algo” que les asusta y no les permite moverse te despierte en la cabeza recuerdos de 'Alien', o de 'El Día de los Muertos', y es que es una situación clásica del género. Carpenter es discípulo confeso de Howard Hawks, y sus películas tienen mucho de reelaboraciones de 'Río Bravo'; 'Asalto a la Comisaría del Distrito 13', 'La Cosa', 'El Príncipe de las Tinieblas', 'Fantasmas de Marte'... son todas reciclados de esa idea básica; los '10 Negritos' de Agatha Christie, 'The Old Dark House', una película de James Whale del 32 con Karloff y Melvyn Douglas... En fin, hay muchos referentes, unos conscientes y otros inconscientes... y están desde el principio del cine hasta ahora.

Si me preguntas por influencias, ahí sí que me bloqueo, porque podría empezar a darte nombres y no parar. A mi me gusta mucho el cine como espectador, independientemente de sus géneros, y ves tanto cine, que te puede influir cualquier director que me deja huella, y son tantos... Desde Murnau a Ridley Scott, a Tarkowsky, o Spielberg, Tarantino, Clouzot, Romero, del Toro, Miike, Ozu, Ford, Mankiewicz, Kubrick, Bergman, ... Yo qué sé...

  • Las preguntas sobre la actual situación del cine español son inevitables. Con motivo del estreno de 'Concursante', Rodrigo Cortés me decía que lo resumía en dos puntos que personalmente me parecieron muy acertados: 1. Pecamos de victimismo y 2. No tenemos autocrítica. ¿Cómo lo ves tú?

Creo que simplificar no es bueno, y que entre el blanco y el negro hay muchos grados de gris. Nada es tan simple. Por ejemplo: el tópico de que este año es el peor del cine español en recaudación. Hay una situación económica que hace que este año no es que sea la peor; sencillamente este año no han estrenado ni Santiago Segura, ni Alejandro Amenábar, ni Pedro Almodóvar, y por tanto los tres directores que pueden llegar a los 10 millones de taquilla no están para obtenerlos este año. Por tanto la media del cine español ha bajado. Pero esto es así, y tendrán que surgir películas que den esos dinerales si queremos que esto se enderece un poco, al menos desde el punto de vista industrial.

Pero para que eso pase no sólo se necesitan buenas películas, sino también buenas campañas de publicidad que permitan a los espectadores enterarse de que esas películas están en los cines. Con los presupuestos que maneja una película media española ya te puedes dar con un canto en los dientes si la terminas; luego, publicidad, copias... Eso a muchos productores les suena a chino. Ya tienen su película terminada, y ya está, que pague otro. La realidad de nuestro cine no está ni separada en una pecera de la del resto del mundo ni se mantiene estática; en los últimos años se han producido en España procesos de fusión de grandes grupos mediáticos, y las televisiones se han encontrado con un poder inusitado (Tele 5 era hasta hace poco la televisión más rentable de todo el mundo). Esas grandes operaciones tienden, como pasa en todos lados, a que esas grandes empresas quieran cerrar la producción de cine en productos propios, lo que es letal para el pequeño productor, pero bueno para los grandes productos.

El problema es que en España casi todos los productores son pequeños, y de repente se han quedado sin uno de sus financiadores; las televisiones, que se han vuelto más selectivas. Por otro lado, la industria en todo el mundo está viviendo con pánico todo el asunto del P2P, de Internet, etc. ¿Y qué están haciendo? Pues al menos la industria americana, que allí el cine es un asunto de estado, está invirtiendo mucho más en películas grandes, menos en medianas y casi nada en pequeñas. Como resultado, generan unos blockbusters monstruosos, que cuestan el PIB de una comunidad autónoma española, y que recaudan el presupuesto anual de tres o cuatro ministerios juntos... Contra eso una industria minúscula y casi inexistente como la nuestra apenas puede hacer nada, excepto tener buenas ideas, hacer películas modestas pero muy buenas, y... vuelvo a la publicidad: ¿Cómo puedes conseguir hacerte más visible publicitariamente que una multinacional con su última super peli de 250 millones de dólares de los cuales 80 son sólo para publicidad cuando sólo ese presupuesto publicitario es el que tienen todos los productores españoles para hacer cine a lo largo de un año entero?

Ves lo que cuesta poner el trailer de tu película en TV en prime time durante un par de semanas y es un gasto tremendo; suma a eso los anuncios en prensa, las vallas, el mobiliario urbano, las cuñas de radio, los banners, las campañas para cierto tipo de público... el gasto es enorme, y en términos de rentabilidad acaba duplicando tu presupuesto... y tu riesgo por tanto. Si quieres entonces competir tienes que hacer un cine más caro, ya que gran parte de tu coste irá a publicitarlo; ejemplos: 'Alatriste' o 'El Laberinto del Fauno'. En los dos casos, una televisión como TeleCinco apuesta una fortuna, invierte muchísimo dinero en publicidad, y las películas son sendos éxitos. Ahí ves cómo una televisión cambia su estrategia, entra a coproducir, se adapta a los tiempos que corren y lo hace realmente bien. Pero es que muchos productores españoles son micropymes, apenas economías de subsistencia, y en los movimientos que vas viendo lo rentable es el alto presupuesto, pero en España sencillamente por nuestra propia dimensión económica no podemos hacer más que una o dos megapelículas así al año (y eso con suerte).

Entonces ves cómo estamos repitiendo el mismo ciclo que se ve en USA, y el cine pequeño es la víctima ¿Dónde queda entonces el cine que también merece su lugar en el sol, el cine de Cesc Gay, o de Gracia Querejeta o Iciar Bollain, que es un cine pequeño, barato de hacer pero que tiene su público y es rentable? ¿Quién lo publicita? ¿Quién informa al espectador de su existencia? Ese es el que se ve más afectado, porque puede que su público no se entere de su existencia. Y finalmente, hay, ciertamente, producciones que ni se estrenan ni hay forma de hacerlo. Y eso es un problema, ya que se está haciendo un cine que nadie ve.

  • Veo que tienes otra película en fase de postproducción, 'No-Do', también de terror. Cuéntanos hasta donde puedas un poco de qué va y qué esperanzas tienes puestas en esta película, que por cierto esta vez no has esperado una década a rodarla. ¿no serás un poco como Roger Corman, no, que con el presupuesto de una película rodaba tres?

Me estoy leyendo ahora mismo un libro, que son entrevistas con directores y cineastas de cine de serie B de los 50, y al pobre Corman lo ponen a caldo... El tío trataba a sus equipos sin la menor contemplación; estuvieron a punto de ocurrir accidentes muy serios en sus rodajes, que eran casi ilegales, porque en muchos casos los hacía de espaldas a los sindicatos norteamericanos de cine para no pagarles. Pudo haber cometido delitos serios y haber acabado entre rejas...

En fin, el tipo tenía una suerte loca... No, Corman no, desde luego, que rodaba películas en tres días con costes ínfimos... En el caso de 'La Hora Fría' hemos invertido hasta el último céntimo del presupuesto en algo que se viera en la pantalla, y 10 meses de postproducción con los efectos, retocando el color de cada plano, cambiando hasta los decorados que en rodaje no estaban del todo bien rematados, con la música, que la hace Alfons Conde, que creo es el mejor compositor del mundo... con la Orquesta Sinfónica de Bratislava y otros 3 meses de diseño de sonido con Gabriel Gutiérrez (o suenas como un cañón hoy en día o la gente no se va a creer tu película). Y ahora con 'No-Do' llevamos ya 6 meses de post y nos quedan al menos otros 6, ya que la película es todavía más compleja de efectos.

'No-Do' es una historia de fantasmas, que juega con un rumor que siempre ha circulado alrededor de los noticiarios del franquismo, los “No-Dos”; el rumor en cuestión afirma que la curia católica estaba metida en la producción de aquellos noticiarios, y que se dedicaban a buscar fenómenos milagrosos por todo el país, intentando que España fuera una especie de gigantesca Fátima, o algo así. Esas filmaciones iban directamente al Vaticano y eran de uso restringido. Pues jugando con esos secretos “inconfesables” de la iglesia y de nuestro pasado, surge esta historia de terror. La protagonista es Ana Torrent.

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