Uno de los personajes más emblemáticos de toda la Historia del Cine, Atticus Finch, perosnaje principal de 'Matar a un Ruiseñor', decía: 'Nunca conocerás a una persona hasta que te hayas calzado sus zapatos'. Pues bien, ésta podría ser la filosofía de la nueva película de Curtis Hanson, que desde que estrenó 'L.A. Confidential', se convirtió en un director interesante.
Su nueva producción versa sobre la relación entre dos hermanas totalmente opuestas la una de la otra. Maggie, guapísima, de espectacular cuerpo, totalmente inmadura, siempre ha vivido a costa de la gente,y ha tiene a todos los hombres que ha querido; y Rose, no tan guapa, con algún kilo de más, abogada en una firma con prestigio, responsable, y nunca ha tenido éxito con los hombres. Ambas tienen vidas totalmente distintas, pero son hermanas y se quieren. Hasta que un día se enfadan como nunca lo habían hecho y se separan.
Ambos personajes están interpretados por dos conocidas actrices, Toni Collette por un lado, interpreta a Rose. La actriz engordó 11 kilos para el papel porque Hanson la convenció de que eso le venía mejor al personaje; la verdad es que está fantástica, enormemente natural, sus caras de llanto y decepción son de lo mejor de una interpretación que merece una nominación al Oscar; ella es la mejor de un reparto, que por cierto, está perfecto. A la irresponsable Maggie la interpreta Cameron Diaz, que amí nunca me ha gustado como actriz, pero reconozco que es ideal para el papel que realiza. No llega a estar a la altura de Collette, pero cumple perfectamente su cometido, componiendo un personaje a veces odioso, y también lo hace con enorme naturalidad y coqueteo, paseando por delante de nuestros ojos sus desnudas y perfectas piernas.
Les acompaña, dotando de mucha más profesionalidad al conjunto, pero siendo consciente de que su personaje es secundario, Shirley MacLaine, que interpreta a la abuela de las dos hermanas, y demuestra que sigue actuando como hace 40 años, o sea, muy bien; además logra mantenerse en un segundo plano, ya que su personaje lo requiere, sin eclipsar a las dos protagonistas principales, porque MacLaine pertenece a esa generación de actrices que saben perfectamente dónde está su sitio.
Y dirigiendo la batuta, Curtis Hanson, que apoyado en un guión de Susannah Grant, nos narra una historia de forma clásica y rehuyendo en todo momento la blandenguería en la que podría haber caído fácilmente la película. Aunque eso sí, hay momentos emotivos muy bien metidos, realzados por la estupenda música de Mark Isham, que no deben ser confundidos con pastelada. Aún así, Hanson no puede evitar caer en ciertos convencionalismos y concesiones al público, pero eso no impide disfrutar de una buena película como ésta, que está perfectamente narrada. Ya quisieran otros.