‘Ejército de los muertos’ es puro Zack Snyder: una orgía zombi arrolladora, violenta y salvajemente divertida

Si hoy estoy sentado frente a mi teclado escribiendo estas líneas es, en parte, gracias a que en la ya lejana primavera de 2004 decidí comprar una entrada para ir a ver una película titulada 'Amanecer de los muertos' dirigida por un tal Zack Snyder. Aquél espectáculo zombi, salvaje y esteta, no sólo reafirmó mi pasión por el cine de género y modificó mi modo de aproximarme al séptimo arte; también puso en mi radar un nombre que terminaría convirtiéndose en uno de mis cineastas de cabecera.

Desde entonces, Snyder ha firmado ya nueve largometrajes, y no ha conseguido generar en mí ni un ápice de decepción con ninguno de ellos; lo cual incluye sus polémicas adaptaciones de cómics de la talla de '300', 'Watchmen' o las diferentes producciones de DC Films, delirios hipervitaminados como la infravalorada 'Sucker Punch' e, incluso, su aproximación al cine infantil con la encantadora 'Ga'Hoole. La leyenda de los guardianes'.

Con ‘Ejército de los muertos’, su nuevo título para Netflix —que he tenido el placer de poder ver en pantalla grande durante su estreno limitado en cines—, el de Wisconsin ha regresado a sus orígenes con otra divertidísima y violenta orgía no-muerta que, además de dar una interesante vuelta de tuerca al subgénero, recoge todas las señas de identidad adoptadas a lo largo de los últimos 17 años que han otorgado a Zack Snyder, por mucho que pueda pesar a algunos, el estatus de autor.

Viva Las Vegas

Después de lo visto en la mencionada ‘Sucker Punch’, cuyo particular universo fue convertido en una suerte de inmensa caja en arena con la que jugar, dar rienda suelta a la imaginación y pasarlo en grande, parece que el director ha optado por aplicar esa misma estrategia creativa en una ‘Ejército de los muertos’ que extrae oro lúdico de 24 quilates de su ciudad de Las Vegas infestada por una horda de difuntos reanimados devoradores de carne humana.

Bajo este marco, Snyder fusiona el cine de atracos, la acción sin cortapisas y el terror en un cóctel que lleva un paso más allá la aproximación de George A. Romero al zombi en ‘La tierra de los muertos vivientes’. Ahora las criaturas no sólo son inteligentes y ágiles; también desarrollan relaciones emocionales, están organizadas por jerarquías, y han establecido una suerte de sociedad primitiva en una Ciudad del Pecado devastada y reconvertida en su hogar.

No cabe duda de que los “Alfa” —así se llaman los infectados más evolucionados— son mucho más interesantes que el nutrido grupo de humanos protagonista. Un surtido de clichés andantes que, pese a ser sobradamente funcionales tanto en lo cómico —fantástico Dieter— como en lo dramático, no dejan de ser un mecanismo para hacer avanzar una trama tremendamente previsible; engullida casi por completo por el sentido del espectáculo del filme.

Las dinámicas del grupo de mercenarios compuesto por el Scott Ward de Dave Bautista y compañía se alinean con los cánones —aquí más desdibujados— sobre los equipos disfuncionales condenados a entenderse dictados por John Carpenter; pieza esencial dentro del amplio abanico de referentes de una ‘Ejército de los muertos’ que abraza sin miramientos varios conceptos de obras como ‘Fantasmas de Marte’ o ‘1997: Rescate en Nueva York’.

Zack is back!

No obstante, a pesar de estar construida en torno a fuertes influencias externas, nos encontramos ante una producción 100% marca de la casa. Algo claramente visible desde unos títulos de crédito arrolladores al ritmo de Richard Cheese —cuya versión de ‘Down With the Sickness’ sonó en ‘Amanecer de los muertos’—, y que se extiende al gusto por la violencia explícita y los efectos prácticos, y a un tratamiento visual que vuelve a sacar a relucir el bagaje publicitario del realizador.

En esta ocasión, además de encargarse de la puesta en escena y el guión, Snyder también ha hecho las veces de director de fotografía; envolviendo el relato con un surtido de imágenes que oscilan entre los magnéticos planos cortos con una profundidad de campo mínima, que exprimen al máximo las lentes Canon Rangefinder con aperturas a 0.9 y a 1.5 restauradas y adaptadas para la ocasión, y unos planos generales fastuosos que terminan de dar forma a unas set pieces tan vibrantes y estilizadas como cabría esperar.

Quien haya escuchado el audio comentario de algún largometraje de Zack Snyder —o, incluso, alguna entrevista—, es posible que se haya percatado de lo mucho que apela a la diversión para explorar ideas y trasladarlas a la gran pantalla. Pues bien; puede que su ‘Ejército de los muertos’ sea el trabajo en el que mejor ha alcanzado el objetivo de que el público se lo pase tan bien y disfrute tanto viéndolo, como él rodándolo. Zack is back, y lo ha hecho por todo lo alto.

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