Que la muerte nos quiere a todos en su regazo es algo con lo que vivimos día a día. Si pensamos un poco en ello podemos preocuparnos. Pero es que si además supieramos que va detrás nuestra porque nos ha llegado la hora, y en cualquier momento puede hacer acto de presencia, de la forma más brutal posible, nos volveriamos completamente locos. Con esta premisa juega la saga de 'Destino Final'. Todos sabemos cual va a ser el final del camino, nadie se va a desviar. Asi que antes de que llegue, riámonos un poco del asunto, que el sentido del humor nunca está de más.
'Destino Final' era una película floja, a la que le reconozco ciertos aciertos que le hacen estar por encima de las típicas producciones de terror para adolescentes. Incluso es un film que gana según van pasando los años. La segunda parte ya era un total despropósito sin la originalidad de la primera, y en la que lo único que se salva es una escena en una autopista, absolutamente magnífica, a la altura de la rodada en 'Matrix Reloaded'. Hay que decir que ambas son obra del mismo señor, David R. Ellis. En esta tercera parte han echado mano del director de la primera, y las cosas mejoran un poco, pero sólo un poco, no nos emocionemos.
El film da comienzo con una serie de jóvenes estudiantes, a cada cual más estúpido (norma básica e imprescindible de este tipo de películas), que deciden ir a un parque de atracciones, y cómo no, montar en la obligada montaña rusa, la cual es la de dios (de hecho no existe). Justo antes de que comienze la atracción, una de las chicas (la protagonista, que es la única con algo de cerebro) tiene una visión en la que todos los que van en esa montaña rusa mueren debido a un accidente que se produce en la misma. A partir de aquí, no hace falta que diga más, pues todos sabeis por donde va a continuar la película. James Wong vuelve a tener las riendas de dirección, después de descansar en la segunda parte. Sinceramente a algunos nos gustaría verle metido en cosas del estilo de 'Expediente X', que para eso era uno de los poductores, y escribió algunos guiones, y dirigió algún episodio, y lo hacía estupendamente. Pero el Cine es otra cosa, los mecanismos son otros. No voy a negar que tiene cierta pericia a la hora de dirigir las escenas de acción, sobre todo por la labor de montaje, y los efectos visuales, que son usados correctamente y con efectividad.
Ahora bien, mantener el suspense, el entretenimiento y la coherencia narrativa, ya es algo que se le escapa al señor Wong. De hecho, el film sigue un esquema mucho más repetitivo que las anteriores entregas. De sobra sabes lo que va a suceder, cuando va a suceder y como va a suceder, lo que le resta muchos puntos al film. Bien es sabido que a estas alturas, y en este tipo de films, muy pocas veces nos van a sorprender, pero aquí se llega a unos límites verdaderamente preocupantes.
No obstante, la película tiene un par de cosas atractivas. Bueno, una es muy, muy atractiva, y se llama Mary Elizabeth Winstead. Está muy por encima del resto del reparto, los cuales ofrecen todos una interpretaciones acorde con sus personajes: patéticas. El otro punto atractivo son las muertes de los personajes (curioso ¿verdad?). Son mucho más bestias y sangrientos que en las dos anteriores entregas, llegando a rayar lo gore. También, alguno de ellos está impregnado de un sentido del humor con unas gotas de mala leche, como el que ocurre en un gimnasio, del que me estuve riendo el resto de la película a carcajada limpia.
Lo demás no hay por donde cogerlo, y la película se mueve entre escenas bien filmadas, como la inicial de la montaña rusa, espectacular, o como la que protagoniza un camión, que es una lección de montaje, y escenas muy mal filmadas y enormemente previsibles, y casi ridículas. Y es que aquí, la muerte ya no es esa presencia invisible y amenazante que no sabes por donde te va a salir. Aquí, el espectador va por delante de ella, y los asesinatos son muchos más rebuscados, más pensados y orquestados, perdiendo así toda espontaneidad.
Una película muy floja, con alguna cosa divertida, que para nada está relacionada argumentalmente con las dos anteriores, pero que sin duda hará las delicias de los fans de la saga, entre los cuales no me incluyo. Por cierto, vistos los resultados en taquilla de esta tercera parte, es lógico pensar que habrá una cuarta.