El estreno de 'Deadpool 2' nos lleva, como sucede como con cualquier otra secuela, a preguntarnos si está a la altura de su predecesora. ¿Es igual de divertida, de trepidante? ¿Es una mera repetición o aporta algo? ¿Al perder la originalidad o el factor sorpresa pierde también algo del estilo que la hizo única? ¿Importa eso realmente, o estamos ya tan contaminados por el espíritu de las franquicias, que cuantas más entregas mejor, y ya nos preocuparemos después?
Con 'Deadpool' hay, además, un elemento extra en la ecuación, y es que son películas construidas sobre el exceso. ¿Es humanamente posible aumentar el ratio de chistes por segundo? Y si se hace... ¿tienen menos gracia? En el mundo de las parodias, ¿más es siempre mejor? (Respuesta rápida: no, y a las secuelas de 'Scary Movie' me remito).
Aún así, son preguntas naturales, así que después de ver la segunda parte de las aventuras del mercenario mutante de Marvel, hemos decidido dividir cada una de las dos partes en sus aspectos más relevantes, y compararlas. Hay gente que te dirá que la segunda es mejor, y gente que te dirá lo contrario, pero solo aquí te damos las razones una por una.
Personajes: La familia crece
Uno de los grandes atractivos de 'Deadpool 2' es la incorporación de nuevos personajes, básicamente la mutante con el poder de "tener suerte" Domino y el arsenal andante del futuro Cable. Lo cierto es que entre los tres se conforma una dinámica estupenda, con tres personalidades muy extremadas y una química muy especial, aunque al final se acaba echando de menos algo más de tiempo en pantalla para la encantadora Domino y su especialísimo sentido del humor.
En ese sentido, Cable y Dominó vencen a los Coloso y Negasonic de la primera parte por estar algo más extremados y definidos, y aunque ambos, sobre todo la adolescente, funcionaban muy bien en la primera entrega como contrapunto a 'Deadpool', aquí el cóctel es más explosivo. El regreso de Coloso y Negasonic, por cierto, no es gran cosa: el chiste del mutante acorazado se agotó en la primera parte, y Negasonic ya no es tan sorprendente, aunque viene de la mano de su novia Yukio, que tiene unas líneas ciertamente tronchantes.
Finalmente, los miembros de la primera encarnación de X-Force son otro de los puntos a favor de la secuela, y cargan con los chistes más memorables. Especialmente Peter (Rob Delaney), que no tiene poderes e inyecta una saludable dosis de desconcierto e imprevisibilidad a una película que a veces ametralla chistes con el piloto automático. Estos nuevos mutantes son lo más memorable de la secuela, aunque no se puede decir lo mismo de otro recién llegado Firefist, quizás la incorporación menos interesante, y que propicia los peores momentos de la película.
La acción: por debajo de las espectativas
Siendo una película dirigida por David Leitch, responsable de 'Atómica' y co-director no acreditado en la primera 'John Wick', aparte de experimentado stuntman, cabría esperar explosiones de acción mejor planteadas que en la entrega inicial, que salvo en algún punto concreto no eran gran cosa fuera de los desparrames de CGI que se han convertido en moneda común en el género. Sin embargo, Leitch no parece estar cómodo en el entorno blockbuster y apenas deja secuencias para el recuerdo. Que el propio Deadpool sea el primero en señalar lo feo que es todo no ayuda, salvo que tengas el cínico subido.
Sin duda, el personaje más desaprovechado en ese sentido es el de Domino, cuyos poderes habrían podido propiciar auténticas maquinarias de destrucción casual, pero solo da pie a un par de chistes. Ni el arsenal de Cable ni los poderes de los X-Force llevan tampoco a ninguna secuencia de acción que pase de anecdótica, y secuencias que podían haber dado más de sí, como las ambientadas en la cárcel o el orfanato, no resultan destacables. 'Deadpool 2', en este sentido, no queda por debajo de su precedente, pero tampoco la supera.
El argumento: dramitas superheroicos everywhere
'Deadpool 2' peca del mismo problema que su precedente: en ningún momento olvida que su protagonista tiene un componente de héroe trágico. Como si no se atrevieran a lanzarse en brazos del disparate total, los chistes abundan, pero lo que mueve a los personajes (en la segunda parte, nada menos que a tres: Deadpool, Cable y el villano) son motivaciones mortalmente serias. Es algo que desequilibra el tono de la película y que nunca se habrían permitido grandes spoof movies como los clásicos de Mel Brooks o de los ZAZ.
De hecho, 'Deadpool' llega a ceder a la tentación de hacer una película superheroica "convencional" con el personaje de Firefist, que entabla una relación paternofilial con 'Deadpool' que propicia las soluciones argumentales más arbitrarias y los comportamientos más inexplicables. Una pena: es un aspecto que, si 'Deadpool' se convierte en una franquicia superheroica ligera cuando Disney tome las riendas creativas de Fox, solo puede ir a peor.
Los actores: carisma y vis cómica
Nada que objetar aquí porque todo sigue tan estupendo como en la primera película. Ryan Reynolds y su capacidad para la auto-demolición (ojo a la increíble secuencia post-créditos, una ristra de chistes salvajísimos que hacen añorar que la película entera hubiera tenido ese tono imposible) es la mejor elección posible para dar vida a Deadpool, pero los excelentes secundarios no le van a la zaga. Empezando por Josh Brolin (Cable) y Zazie Beetz (Domino) y terminando por el excelente plantel de ases (alguno insospechadísimo) que dan vida a los X-Force.
El humor: avalancha de gags
Finalmente, no hay mucho que juzgar aquí: o entras en el juego o las 'Deadpool' serán una soporífera ametralladora de referencias que no van a ninguna parte. En esta ocasión las citas random a personajes del Universo Marvel sin demasiada chispa abundan tanto como en la primera entrega, pero lo cierto es que, en términos generales, quizás porque no hay que perder mucho el tiempo con presentaciones, 'Deadpool 2' se desmelena un poco más. Como en cualquier película de este tipo, hay baches en el humor, pero en general el paseo por la Mansión Xavier y las sorpresas que encierra son estupendas, así como todo lo referente a X-Force.
Cuando surge algún chiste de cierta sofisticación es cuando 'Deadpool 2' demuestra que podría ir a más: es el caso del desternillante gag de la regeneración, uno de los pocos chistes sostenidos durante más de tres segundos y que hace muy buen uso del espléndido timing de todos los actores. O el ambicioso arranque, con un buen uso cómico de la narrativa en espiral. En general, los chistes más sofisticados llevan a 'Deadpool 2' un paso más allá de la mera sucesión de citas para que los fans vean acariciado su ego.
Aún así, reconozcámoslo: 'Deadpool 2' es divertida, con momentos genuínamente hilarantes y, en general, un acabado más compacto que la primera entrega. Si tan solo no estuviera tan perdidamente enamorada de sí misma...
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