Hablar de Haneke dos veces en una semana está suponiendo demasiado para mí. Quizá yo no sea el más adecuado para hablar sobre su cine, porque algunos me dirán que mi crítica no es válida ya que no me gusta el director. Claro que si fuera el caso contrario, esos mismos dirían que soy un fan de Haneke, y me ciego con sus películas, como se me ha achacado cuando hablo de Eastwood o Spielberg. No se puede contentar a todos, opiniones y argumentos hay de todos los estilos. Asi que diga lo que diga estoy perdido, y no sólo yo, muchos. De todos modos, yo siempre intento dar mi más sincera opinión sobre cualquier película, y que simplemente es eso, una opinión. Con ella no trato de convencer a nadie, ni sentar cátedra, ni provocar, ni manipular la voluntad de nadie para ir a ver tal o cuál película...
Provocación y manipulación son dos términos que debe de conocer muy bien Michael Haneke. ¿Es Haneke un director original y distinto? digamos que no es convencional. ¿Es su cine incómodo? digamos que propone temas incómodos, de acuerdo. Acepto todo eso, y alguna cosa más en la que ahora no caigo. Lamentablemente, su forma de hacer cine, a mí no me convence lo más mínimo.
Georges y Anne son un matrimonio con un buen nivel de vida, que de repente un día, comienzan a recibir cintas de video en las que se ven grabadas imágenes de su casa, que han sido filmadas por alguien que les observa. Pronto empezará a crisparse el ambiente que les rodea, mientras intentan averiguar quién les está 'acosando' de esa forma.
Ambos personajes están interpretados por dos de los actores con más relevancia en el panorama francés. Por un lado, Juliette Binoche, una actriz que a mí casi nunca me ha gustado, salvo en un par de ocasiones, y ésta no es una de ellas. Su personaje, aunque de peso, permanece en segundo plano en favor del que interpreta Daniel Auteuil, quien está enormemente natural en su papel. Sencillamente es lo mejor de la película. Lo que en un principio parece una original propuesta de suspense, termina diluyéndose para dar paso a las particulares obsesiones de Haneke, entre las que se encuentran la culpa y su ausencia, las bajezas a las que puede llegar un ser humano, y la utilización del Cine para manipular al espectador. Es en esto último donde el director se pasa de listo. Su excedida visión del séptimo arte termina desvirtuando la esencia del mismo. Como queriendo demostrar que en el cine, todo vale, desde el momento en el que puede considerarse a este arte como un medio en el que se puede manipular a las grandes masas. Perfecto. Pero es que, que todo valga, no significa que todo sea bueno, y que sea original, tampoco.
Una vez más Haneke juega con el espectador, y evidentemente depende de nosotros el entrar en su juego o no. Intenta incomodarnos con una curiosa fusión entre tema (a priori muy incómodo) y una forma tediosa de narrarlo, con extrema lentitud y quietud, pero que no resulta efectivo. Bueno sí, incomoda, pero de lo coñazo que es. Se vuelve inaguantablemente pretencioso al recalcar el hecho de que la gente se traga todo lo que le echen por una pantalla, asi que tenemos que creernos su historia. Es como insinuar que el 99% de los espectadores son imbéciles e ignorantes, cosa de la que no dudaría. Pero una cosa es creerlo, y otra aprovecharse de ello para intentar colarnos esta majadería, que se ha llevado premios (supongo que dichos galadornes serían dados por un jurado en el transcurso de una enorme juerga nocturna, que duró hasta altas horas de la madrugada). Bueno, creo que el Oscar no lo va a ganar.
Un bodrio insultante, por el que no me pienso dejar manipular, como tampoco me dejo manipular por el Eastwood de 'Infierno de Cobardes', el Spielberg de 'El Mundo Perdido', el Scott de 'La Teniente O`Neill', el Welles de 'Macbecth', el Ford de 'Maria Estuardo', el Hitchcock de 'Atormentada', el Truffautt de 'El Último Metro', el Huston de 'La Burla del Diablo', el Amenábar de 'Abre los Ojos', el Kurosawa de 'Madadayo', el Preminger de 'Primera Victoria', o el Burton de 'Mars Attacks', por citar los primeros que me vienen a la mente.
Por cierto, la película e tan mala, que sus propios responsables han incluido sus nombres en unos títulos de crédito tan pequeños, que apenas pueden leerse. Han tenido vergüenza de que se les relacione con semejante engendro.