'Arcadia', conseguir trabajo a tiros

Se ha estrenado entre nosotros la última película del siemre interesante Costa-Gavras, y como siempre en su cine hay una denuncia; en este caso es contra el desempleo y las drásticas soluciones que toman algunas grandes empresas para recortar gastos, mandando un montón de gente al paro. Pero el director no se centra en el problema en sí, su intención es concretar contando una estupenda historia sobre un hombre al que han echado de la empresa en la que trabajaba, y está desperado porque lleva más de tres años sin encontrar trabajo; su fijación es conseguir un alto cargo en una empresa llamada 'Arcadia', y para ello no se le ocurre otra cosa que ir eliminando a sus oponentes aspirantes al puesto. Lo que cuenta Gavras bien se puede definir con la frase promocional del trailer de la película: la historia de un 'asesino en serie social'.

Durante dos horas asistimos encantados a una película con un excelente guión, lleno de originalidad, y sobre todo bien tratado por su director, que con su habitual estilo nos muestra unos hechos de forma sincera, directa y brutal, puesto que son enormemente dramáticos, pero por momentos nos pone la sonrisa en la boca, pues inserta al film un sentido del humor nada exagerado encontrando un enorme equilibrio con lo que se está contando.

Corre el riesgo de resultar paródico y vulgar, pero no es así, nos hace pensar y nos divierte a partes iguales. Y a pesar de que parece que hay cierta frialdad en su tratamiento (sobre todo en sus escenas de violencia), hay ciertas situaciones en las que no podemos evitar reirnos, gracias a la inteligencia de Gavras de mostrarnos un hecho dramático con gotas de comedia, y sin faltar al respeto a la esencia de lo que cuenta.

Además el film tiene un ritmo impecable, no decayendo en ningún momento, a pesar de unas pocas bifurcaciones en la historia. Por otro lado, la resolución de la película, sus últimos cinco minutos, no están a la altura de lo que hemos visto previamente, es bastante desconcertante y uno se queda con una sensación de vacío.

Pero el gran acierto del film, lo más genial de todo, es su protagonista principal, José García, que está absolutamente impresionante en su papel. En una crítica ya publicada en otro medio se decía que este actor se parece a Jack Lemmon tanto físicamente como interpretativamente, y es completamente cierto, moviéndose entre el drama y la comedia como pez en el agua, o sea, como hacía Lemmon. García dota al personaje de la dureza, frialdad, humor y dramatismo necesarios comunicando al espectador de forma única todos sus sentimientos. Una auténtica masterclass de interpretación que merece estar entre los finalistas de tío Oscar.

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