'Aniquilación' está dando mucho que hablar, tiene enamorada a la crítica y posiblemente acabe siendo una de las películas más relevantes de 2018. Gracias a Netflix, va a disfrutar del impacto del que no tuvo 'Ex Machina', la ópera prima de Alex Garland. Es 'La llegada' ('Arrival') de este año, aunque su discurso sea, realmente, muy distinto.
Por todo eso, y como absoluto fan de la ciencia-ficción, me he llevado una tremenda decepción. Es genial que Garland haya podido realizar la película que le ha dado la gana pero nunca me atrapó; puede que en pantalla grande me habrían impresionado más algunos momentos, sin embargo, creo que el gran problema son los personajes. Como hice recientemente con 'Black Panther', voy a exponer los motivos por los que no comparto el entusiasmo general que está despertando este film:
Una misión científica con un "Escuadrón Suicida" de mujeres brillantes
'Aniquilación' nos presenta a Lena (Natalie Portman) como una profesora de biología que casualmente está enseñando a sus alumnos algo importante que va a servir a los espectadores para entender posteriores eventos; la exposición "sutil" de información continúa cuando Lena se cruza con un compañero (David Gyasi) que la invita a una fiesta en su casa. Ella prefiere pasar el fin de semana pintando su dormitorio. Lo normal, lo que hacemos todos cuando estamos tristes.
Por si no fuese suficiente con la actitud de la protagonista, la preocupación de su compañero o el lapsus al hablar de la habituación, vemos fotos de Lena abrazada a Kane (Oscar Isaac) y unos flashbacks con esas típicas escenas irreales del cine o la televisión donde los personajes son súper-felices, se ríen con todo y adoptan poses perfectas ante la cámara; que entendamos rápidamente cuánto le echa de menos. Ha perdido a su marido. Y entonces aparece justo detrás de ella.
Kane está raro. No es el mismo. Ella le pregunta dónde ha estado durante el último año, cuál era su misión (Kane es militar) y en medio de un interrogatorio que no lleva a ninguna parte, él empieza a sangrar. Tras intentar llevarlo al hospital, la pareja es secuestrada por una agencia gubernamental y Lena (junto con el espectador) descubre qué está pasando: el meteorito, la Zona X, "El Resplandor", y cómo nadie hasta ahora había logrado salir con vida de allí.
Lena descubre que se está preparando una nueva expedición para adentrarse en esa misteriosa área en constante expansión, con el objetivo de conocer sus secretos. Y se apunta. Sin pasar por ningún tipo de prueba física o psicológica, sin proceso de selección. Es bióloga y fue militar así que perfecto; dos en uno. La acompañan otras cuatro mujeres: Ventress, psicóloga (Jennifer Jason Leigh); Anya, paramédico (Gina Rodriguez); Cass, geomorfóloga (Tuva Novotny); y Josie, física (Tessa Thompson).
Y ellas también saben manejar armas. Puede que sea el equipo más indicado para tomar el relevo, pero nunca se dice por qué, nunca se muestra, da la sensación de que la psicóloga las eligió a dedo con la excusa de que los hombres fracasaron demasiadas veces. Sorprendentemente, las cinco sufrieron experiencias traumáticas o demostraron comportamientos autodestructivos; una de ellas incluso tiene cáncer y, al parecer, no le importaba morir en la misión.
Lomax (Benedict Wong) acusa a Lena de mentir a dos compañeras para llevarlas al faro, y cuando ella alega que fue idea de Ventress, él responde: "Tenía cáncer, no iba a regresar". ¿Sabían eso y aun así dejaron que fuera? ¿Qué clase de expedición era esta? Por otro lado, se dice que al llegar a la costa, hasta el faro, es más fácil salir de la zona; en ese caso, ¿por qué no entraron por la costa desde el principio?
En todo caso, cuando las protagonistas se disponen a cruzar el umbral, preparadas con sus armas y sus mochilas, yo desconecto de lo que está pasando porque no me parece creíble que así sea como piensan emprender la misión. No vemos un mínimo de preparación, cuál es el plan, cómo van a coordinarse, sin máscaras o trajes especiales. Van a entrar a un sitio que, por lo que saben, posiblemente las mate o las vuelva locas; no veo que tomen todas las precauciones posibles.
Es decir, si es que piensan salir con vida de allí, claro; si su idea es morir, pues sí, van listas. Si todos los que entraron antes que ellas murieron o enloquecieron, ¿no es razonable pensar que respirar el aire de esa zona puede ser peligroso? ¿Y llevar algo más resistente en caso de recibir ataques de "animales" o lo que sea que haya ahí dentro? Si yo voy a entrar a un sitio tan peligroso, quiero estar lo más seguro posible. Quiero ser lo más parecido a Iron Man.
Luego, una vez dentro, ¿por qué no regresan, evalúan lo que han visto, lo que han recogido, hacen pruebas, y piensan en entrar de nuevo sólo después de comprobar que están bien? Se despiertan, descubren que deben llevar unos días ya ahí dentro, sin recordar nada de lo que han hecho, y la decisión es continuar. Más increíble aún: sufren el ataque de un enorme cocodrilo con dientes de tiburón. Y siguen adelante. ¿Por qué no volver? ¿Por qué tiene que ser: "entramos y no salimos hasta que sepamos todo"?
Siguen adelante, encuentran una grabación ("extrañamente" sigue intacta, no ha sufrido alteraciones) donde Kane abre el estómago de un compañero... y lo que es peor, dentro de éste hay algo fuera de lo normal. Luego encuentran a otra persona destrozada y convertida en un macabro mural. Y NO SE DAN LA VUELTA. No, pasan la noche en ese recinto. Oyen algo raro, se dividen, y aparece un oso mutante que se lleva a una de ellas (de pronto no parecen tan hábiles disparando).
A la mañana siguiente comprueban que, como era de esperar, su colega ha muerto. Tampoco entonces piensan: "Oye, deberíamos retroceder, no estamos preparadas para estas amenazas y la idea era encontrar respuestas, no morir". Entiendo que Alex Garland pretende justificar la actitud temeraria (o suicida) a través de los diálogos sobre la autodestrucción, que todos buscamos formas de arruinar lo que tenemos.
Es una reflexión interesante, pero como respuesta para todo es muy simplista, no me convence. No me resulta verosímil que desde el inicio los cinco personajes no piensen en proteger más sus vidas. O que tarden tanto en proponer abandonar la misión, o simplemente huir de allí sin las otras locas que quieren avanzar pase lo que pase. Por otro lado, ¿por qué no dejar un rastro claramente visible tras proponer que, transcurrida una semana o dos sin noticias, se enviase a un equipo de rescate?
'Aniquilación' repite ideas de 'Ex Machina', cambiando robots por alienígenas
Soy consciente de que las actitudes de estos personajes son habituales en la ficción; la cuestión es qué tipo de película nos están proponiendo, el tono de la historia, la ambición o las pretensiones del director. Garland está intentando hacer una película de ciencia ficción seria, inteligente, compleja, y sin embargo, sus personajes no están a la altura, acaban siendo marionetas que van cayendo en las trampas que les pone el cineasta.
Si esto fuera 'Aliens' o 'Depredador' no tendría problema alguno con que los personajes se preocupen tan poco por sobrevivir a la misión. Por otro lado, muchas de las ideas que plantea Garland ya estaban en su debut, 'Ex Machina', más sencilla y eficaz. El cineasta insiste en el declive del ser humano y el alzamiento de una alternativa más desarrollada. Incluso los dos relatos terminan igual, con el "enemigo" libre. No me malinterpretes, aplaudo que existan películas como 'Aniquilación', que los cineastas intenten ser atrevidos, originales, que el cine vaya más allá de franquicias, secuelas y remakes.
Pero el mero hecho de que no forme parte de una saga, se apueste por mujeres como protagonistas o el final sea enigmático, no debería llevar a sobrevalorar esta película, cuyo guion no se corresponde a la ambición de su autor.
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