Tras ver ‘Aislados’ me planteé que la definición de cortometraje como película de duración inferior a 60 minutos puede ser la oficial, pero que existen otros cortometrajes, por así llamarlos, que duran hora y media o incluso más. ‘Aislados’ es en todos sus aspectos uno de ellos. Es un corto alargado o no llega ni siquiera a ser un corto, pues éstos — salvo los que únicamente buscan la apariencia estética — suelen tener una idea bastante potente, un final sorprendente o un concepto que trata de destacar. ‘Aislados’ se grabó en el mismo número de días que un corto, probablemente costaría menos que la media de los cortos españoles, tiene la misma cantidad de equipo técnico, y un poco menos de equipo artístico. El propio director, David Marqués, declaró en una rueda de prensa del Festival de Málaga que se habían gastado más en cuatro camisetas que lo que alcanzaba el presupuesto del filme, rodado en Ibiza con cámaras mini DV.
En cuanto a lo que va a ver en la película quien se acerque a ella, lo mismo que lo que puede escuchar cualquier noche en un bar tomando unas cañas con los amigos. ‘Aisalados’ no consiste en nada más que las conversaciones banales y joviales de dos hombres de treinta y pico años sobre temas como los videojuegos, el sexo, el amor, el trabajo y poco más. Muchos chistes malos, como los que todos hacemos con nuestros amigos, muchas tonterías… La película hace gracia en momentos concretos y resulta muy natural y muy fluida, pero no consiste en nada más que en lo que ya he descrito. Quien vaya a verla que se dé por avisado: eso es lo que va a encontrar. Aunque la sinopsis hable de un tiburón y de un secreto que irá descubriendo poco a poco el personaje de Adriá y que le cambiará la vida, esto no es más que otro punto de la conversación y apenas sirve como giro de guión. Aunque el título pueda hacer pensar en una situación de thriller, nada más lejos de la realidad.
El mérito de este filme está en los actores, pues es bastante difícil conseguir una interpretación natural con diálogos tan forzados. Precisamente porque los diálogos parecen extraídos de cualquier conversación entre dos coleguitas, parecen retratados utilizando la técnica de la que se hablaba tanto en literatura en la época de ‘Historias del Kronen’, de Miguel Ángel Mañas, y del auge de Ray Loriga: la de la grabadora, es decir la técnica de plasmar la forma de hablar de los jóvenes tal como sucede en la realidad; precisamente al ser diálogos tan calcados del natural, resulta más difícil que los actores los suelten con autenticidad, que no dé vergüenza ajena escucharlos hablar, que nos lo creamos. Y así ocurre. Tanto Adriá Collado como Eric Francés logran unas interpretaciones bastante realistas. El trabajo del director con los actores habrá pasado probablemente por la improvisación, pues es la única manera de que estos diálogos resulten naturales. El tercer actor en discordia, Jean-Luc Ducasse, además es uno de los productores, junto con Enrique Gonzáles Macho, el distribuidor español por excelencia, dueño de los cines Renoir, Princesa y Renoir-Princesa.
‘Aislados’ tiene la gran honestidad de declarar abiertamente dentro de los propios diálogos lo que es. El personaje de Adriá le dice a su amigo que tiene la intención de escribir un guión porque estuvo viendo una película iraní en la que un niño tardaba cinco minutos de reloj en acercarse desde el fondo de un plano hasta el primer término. Dice que las películas en las que no pasa nada y la gente habla son las que ganan premios y que él podría hacer eso perfectamente. Y así, con esta declaración metalingüística y sincera, David Marqués hace exactamente eso: una película que no va de nada y que lo único que tiene son diálogos. Pues además, parece que le va a funcionar la franquicia y que puede seguir haciendo más con el mismo esfuerzo y la misma inversión. Prepara ya la segunda parte de ‘Aislados’, que se titulará ‘Gratis’. David Marqués Montes había dirigido ya en 2001 ‘Cualquiera’.
'Aisaldos' se estrena hoy, 21 de abril, ya puede verse su trailer.