"Todo por el juego es una serie sobre fútbol, no sobre hombres. Es una serie sobre el poder". Daniel Calparsoro

Movistar estrena la serie 'Todo por el juego' este domingo 18 de noviembre tras su exitoso paso por varios países de América Latina el pasado verano. El gran impulsor artístico de la misma es el director Daniel Calparsoro, quien estuvo implicado en su desarrollo desde el inicio y además de dirigir los ocho episodios de esta primera temporada también supervisó todos los detalles.

EL fútbol funciona como gran eje de 'Todo por el juego', un deporte con una inmensa popularidad en España, algo que luego raras veces se ha reproducido en la pequeña o la gran pantalla. En Espinof tuvimos la ocasión de asistir a la presentación de la serie hoy en Madrid y de participar en una charla con Calparsoro.

El director de cintas como 'Cien años de perdón' o 'El aviso' ya había trabajado previamente en series como 'Victor Ros' o 'Apaches', pero su implicación en 'Todo por el juego' se remonta a los propios orígenes del proyecto tal y como él mismo recordó:

Cuando me llega a mí el proyecto está Eduardo Sacheri como guionista jefe y querían un showrunner que incorporar desde el principio. Sacheri y yo nos juntamos y empezamos a hacer la adaptación de la novela. Es una adaptación libre, no seguimos la estructura de la novela. Digamos que parimos la serie, la inventamos teniendo esa guía. Otra muy importante fueron noticias sobre el mundo de las apuestas, la corrupción dentro del fútbol y juicios que estaban ocurriendo.

Calparsoro aclaró que "hemos intentado transmitir la universalidad del fútbol pero también hacer una serie muy entretenida, que te enganche, que tenga muchos giros." y para ello se centra en "el ascenso al poder de un constructor de provincias cargado de ambiciones que es en principio siente una pasión verdadera por su equipo". Para llevarla a buen puerto hubo mucho trabajo detrás, tal y como él mismo recordó:

Queremos hacer una historia de personajes, de ambiciones, de lucha de poder que tiene como trasfondo el fútbol. Esa es la base de cómo empezamos a trabajar y a construir la Biblia. Después incorporamos a un grupo de guionistas españoles y latiamericanos. Por ejemplo estuvieron Michel Gaztambide o Isabel Peña, que trabaja con Rodrigo Sorogoyen, porque también queríamos tener una mujer en el equipo. Es una serie sobre fútbol, no sobre hombres. Es una serie sobre el poder.

Una de las cosas que tenían muy clara desde el principio es que querían reflejar este deporte mostrando sus dos caras, ya que "es una serie que habla del lado oscuro del fútbol pero también de la pasión por el fútbol. Es un grandísimo negocio, pero también mueve muchísimas pasiones.". Por ello, su implicación fue total, mucho mayor que en anteriores producciones televisivas en las que había participado:

La gran diferencia es que ésta ha sido la primera serie que yo he estado desde el inicio, en la creación del concepto completo de la serie. He supervisado todos los guiones, trabajado en el diseño visual y he dirigido todos los capítulos salvo un par de días que no pude ir a rodaje por otros compromisos. Fui sustituido por Félix Viscarret, que lo hizo muy bien, pero todo el grueso lo he hecho yo. También el montaje y la musicalización. Nunca había hecho un trabajo tan gigantesco.

Como es normal, una de las grandes comparaciones a las que se enfrentaba 'Todo por el juego' es con las propias retransmisiones de los partidos, cada vez más elaboradas. Por ello, Calparsoro, que tuvo la ocasión de rodas multitud de escenas en el Vicente Calderón para conseguir una mayor verosimilitud, tomó una decisión muy clara sobre lo que querían conseguir:

Cuando haces una serie sobre fútbol estás compitiendo con un monstruo. Hay fútbol todos los días, se retransmite de mil maneras. Las imágenes de los partidos son espectaculares, es casi imposible competir con ello. Por eso tampoco lo hemos intentado recrear, hemos ido a lo que hay detrás del vestuario, lo que se mueve alrededor.

Eso sí, Calparsoro no ha cometido el error de querer contar demasiadas cosas en poco tiempo, por lo que de entrada se trazó un plan a largo plazo sobre lo que querían conseguir: "Nosotros hemos pensado una serie para cuatro temporadas.". Ahora es cuestión de ver cómo reacciona el público, aunque en América Latina ya ha funcionado muy bien:

La primera se estrenó en América Latina en julio y tuvo un gran éxito. Subió un 53% de share la cadena, estando por delante de series como ‘Juego de Tronos’ o ‘The Walking Dead’. Nos precede ese éxito, pero aquí no sabemos lo que va a pasar. No tenemos un lanzamiento tan fuerte porque no es de la casa, de Movistar. Es un producto híbrido.

Calparsoro también insistió en que "la serie no tiene un componente didáctico ni hemos pretendido dar lecciones a nadie" y no dudó en mojarse sobre las posibiles comparaciones con 'Club de Cuervos', la exitosa serie mexicana de Netflix:

No ha sido una referencia. ‘Club de cuervos’ tiene un desparpajo, un sentido del humor, es más una comedia ácida. Nosotros nos metemos en una historia mucho más de personajes, de thriller. Es el fútbol pero podría ser otra cosa, el petróleo o la venta de armas. Lo que pasa es que esto tiene un componente popular muy fuerte.

Un detalle que quiso aclararnos es que en esta primera temporada optaron por no incluir el aspecto que más le sorprendió durante el trabajo de documentación previo:

Lo que más me ha sorprendido son todos los viajes que se organizan desde Asia para apuestas en partidos de Segunda B. Van a donde sea a ver equipo incluso de tercera y vienen solamente a hacer apuestas millonarios en partidos que no están tan vigilados. Ahí hay unas historias increíbles.

Por último, no pudo faltar la pregunta sobre qué opinaba sobre el hecho de que uno de los autores de la novela original sea Javier Tebas, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, algo Calparsoro cree que lo hizo todo aún más interesante:

Que la novela sea de Javier Tebas es sorprendente y positivo, lo hace todavía más interesante cuando el propio mundo del fútbol quiere desvelar sus vergüenzas. Quizá es una manera de limpiarse por parte de los grandes involucrados. No son necesariamente suyas, pero saben que existen. Lo veo como un ejercicio de higiene.