El pasado viernes 14 de julio llegó a Netflix 'Bird Box Barcelona', el spin-off de la exitosa 'A ciegas' protagonizada por Sandra Bullock que traslada su escenario apocalíptico a la Ciudad Condal de la mano de los hermanos Álex y David Pastor. Con motivo de su estreno, he tenido la oportunidad de charlar con su pareja de directores, que vuelven a desolar la capital catalana tras 'Los últimos días'.
A continuación tenéis la conversación en la que hablamos, entre otras cosas, sobre el reflejo de la realidad en la ficción, algún que otro aspecto técnico de esos que tanto me gustan, y cómo es el trabajo de dirección a cuatro manos en un set de rodaje.
Ficción real
Víctor López G.: En 2009 estrenasteis 'Infectados (Carriers)', en 2013 'Los últimos días'... ¿Qué tiene el fin del mundo y los escenarios apocalípticos que es tan atractivo para contar historias y que hace que gente como yo disfrute tanto?
Álex Pastor: Bueno, hay varios temas. Uno es el narrativo, el de poder coger personas normales y corrientes cercanas a nosotros y meterlas en situaciones extraordinarias. No son personajes a los que mandan de misión especial a Corea del Norte porque tienen entrenamiento con armas y esas cosas, sino que son gente normal y corriente que tiene que sobrevivir. Nos parece muy interesante poder retratar quiénes somos en circunstancias extremas.
Por otro lado, ya llevamos mucho tiempo con la sensación de que es difícil imaginar un futuro optimista. No hay un nuevo 'Star Trek'. No hay una visión optimista de futuro, sino que todos los futuros que imaginamos ahora tienden hacia la oscuridad, aunque sea por culpa de cosas como el cambio climático. De aquí a 20 años no estaremos colonizando Marte, sino intentando sobrevivir y encontrar agua.
Víctor: Le pregunté también por el tema a Mario, y quería vuestro punto de vista como directores. ¿Haber vivido nuestra propia pandemia influyó en vuestra perspectiva a la hora de narrar este tipo de historias? ¿Qué ha cambiado en los últimos 10 años a la hora de abordar un guión y una película como esta?
David Pastor: Cuando todo el mundo pasa una pandemia, no sólo tú como director sino todo el mundo como el espectador... la gente lo ha vivido. Sabe lo que es real y lo que no, no aceptan que les den gato por liebre tan fácilmente. Uno ha presenciado desde el comportamiento heroico hasta el detestable, desde la gente egoísta a la sacrificada. Uno ha visto que no todo es blanco y negro, sino que cuando suceden cosas así, la reacción de un ser humano es tan variada como lo vimos durante la pandemia.
Creo que es importante que, cuando haces una película, no te centres solamente en una cosa o la otra, sino tratar de reflejar realmente, de manera mucho más fantástica, lo que todos sabemos que es cierto porque lo hemos vivido. Como directores, esto pasa por buscar que la experiencia visual de la película sea lo más visceral posible y que el espectador la sienta como cierta. Que no tenga la sensación de que esté viendo algo demasiado impostado, peliculero... La clave es que se crea lo que está viendo.
Técnica y libertad
Víctor: Me acabas de hacer muy feliz abriendo la veda, porque yo soy muy de técnica y quería entrar en el tema. Habéis repetido con Daniel Aranyo después de 'Los últimos días', y quería saber qué pautas visuales marcásteis con él y cómo se diferencia de lo que hicísteis en 2013. Vi algún pequeño vínculo en la gestión de interiores y exteriores, pero no es exactamente igual...
Álex: Es una película más... no sé si sucia es la palabra, pero un poquito más vivida y un poquito más realista en el tratamiento de cámara, que consigue meterte en la historia con los personajes de manera distinta que en 'Los últimos días'. 'Los últimos días', tal vez por su premisa un poquito más alegórica y poética, era una película con un tratamiento de cámara más estudiado, más milimetrado, hasta el punto de que quizá alguien pueda decir que en exceso.
Aquí hemos buscado una manera de ser precisos con la cámara, pero a la vez con una soltura y una utilización de la cámara al hombro que te permite romper un poco con una sensación demasiado anquilosada y que te permite sentirte estar en esas mismas calles que los protagonistas.
Víctor: Ahora que mencionas las calles, rodar en 2.35 es una gozada para los exteriores. Para los interiores es más complejo, pero me sigue encantando cómo los gestionáis... Quedándonos fuera, ¿Cómo fue vuestra aproximación a la ciudad de Barcelona en cuanto a diseño de producción y qué importancia disteis a que los exteriores fuesen reconocibles?
David: Por un lado creo que esta película se ha beneficiado tanto de Dani como dire de foto como de Laia Colet como diseñadora de producción, que aportaban visiones no diría opuestas, pero sí un poco distintas. Dani es más de la escuela de la espectacularidad y de que todo luzca bonito, y Laia es de la escuela del realismo y de la verdad. Creo que la película se ha beneficiado de las dos voces y de que nosotros, como directores, sepamos coger lo mejor de cada opción en cada momento. Te la tienes que creer, porque es una película que sucede en Barcelona y no en Massachusetts. Es una película que se ha beneficiado mucho de la tensión entre estos dos polos.
Respecto a las localizaciones, lo que no queríamos era caer en los tópicos de la Sagrada Familia y la Pedrera, y agradezco mucho a los productores que no quisieran imponernos nada. Ellos confiaban en nosotros y lo importante era encontrar los espacios que mejor funcionaran para la historia, que para la gente de Barcelona fuesen reconocibles y que para la gente de fuera sirviera para descubrirlos por primera vez y no ver la postal de siempre.
Víctor: ¿Esta libertad creativa se extendió a otros aspectos? Siendo un spin-off de una película y estando ambientada en un universo preexistente, ¿como guionistas y directores tuvisteis manga ancha para hacer una propuesta amplia?
Álex: La verdad es que sí. Creo que la gente de Netflix y los productores de la película original tuvieron una idea muy buena y muy original de hacer spin-offs internacionales, historias paralelas y no secuelas directas. Más allá de eso, estaban abiertos a propuestas sobre cuál era la historia, quiénes tenían que ser los personajes, incluso en qué ciudad o país del mundo ambientarla. En eso nos dieron mucha, mucha rienda suelta. Lo único que no podíamos hacer era vulnerar las reglas del universo marcadas por la película original. Las criaturas son las mismas, operan de la misma manera, las vulnerabilidades humanas son las mismas... Mientras no hicieses nada que contradijese la película original, tenías libertad para contar tu propia historia.
Víctor: Lo llegaba a imaginar, porque precisamente el punto de vista que ofrecéis en la película a través de Sebastián es muy delicado y un ejercicio de empatía muy complejo. Por eso el arco funciona tan bien. Supongo que sois de los que pensáis que el núcleo de la película está en los personajes y en la emoción...
David: Si la película original funciona tan bien, más allá de concepto, era por la emoción y por los personajes. Si la gente no hubiera conectado con el personaje de Sandra Bullock y su viaje como madre, seguramente la película no hubiera funcionado tan bien. Creo que la emoción y el drama son parte esencial de la franquicia, por llamarla de alguna manera. Odio la palabra franquicia.
Pero sí que es cierto que en este caso era un arco complicado. Para nosotros, sin entrar en spoilers, sí que había un arco de personajes delicado, que les honra a los productores que apostaran por él, porque hubiera sido más fácil que un estudio tradicional americano dijese, "Uy no, hazme una fotocopia de la película original, que es más sencillo, más seguro y no nos arriesgamos". Les honra haber dicho, "Pues no, lancémonos a la piscina".
Dúo dinámico
Víctor: Para ir terminando, siempre que hablo con parejas de directores, me gusta preguntar por la dinámica en set. Me he encontrado de todo, con división de roles, con los dos remando en la misma dirección... ¿Qué preferís vosotros?
Álex: No nos repartimos tareas, la verdad. Nos gusta hacerlo todo juntos. Somos muy conscientes que el que haya dos directores puede dar dolores de cabeza al equipo si no vas con un mensaje unificado y con una visión conjunta coherente. Lo que hacemos es prepararlo mucho, desde la preproducción hasta el rodaje, hablarlo todo mucho. En parte, por eso también somos de hacer muchos storyboards. Vas con un plan muy definido que, obviamente, estás dispuesto a cambiar en el set improvisando algunas coas, pero siempre con una base que dé seguridad al equipo y también al actor. Obviamente hay momentos de divergencia, pero lo más importante es no volver loco al equipo.
David: Aunque a veces sí que es más rápido en rodaje ser dos directores. Te ayuda porque puedes decir, "Oye, yo voy a hablar con el actor y le comento que en la siguiente toma lo rebaje un poco y tu ve a hablar con el dire de foto y dile que el travelling un poco más lento. Uno va por aquí y el otro va para allá, pero no lo tenemos dividido. A veces en uno, a veces es el otro.
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