"Al principio nos gustaba Tarantino, luego preferimos el cine europeo". David Pulido, guionista de 'Tarde para la ira'

David Pulido ha ganado el Goya al mejor guion original por 'Tarde para la ira' (Raúl Arévalo, 2016), la gran triunfadora de la última edición de los premios del cine español —aunque algunos soñábamos con la vencedora fuese otra—, y recientemente le han nombrado miembro de la Academia de Cine. Todo un subidón para un psicólogo y cinéfilo, de esos que hacen todos los años sus porras de Goyas y Oscars.

Pulido ha tenido la amabilidad de atenderme durante una hora para una entrevista que ha terminado siendo algo parecido a una charla entre colegas. Aquí os dejo parte de esa entrevista. Evidentemente en algunas preguntas se habla sobre aspectos importantes de la trama de 'Tarde para la ira'. Avisados estáis.

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  • ¿Cómo tomas contacto con Raúl Arévalo para el guion de 'Tarde para la ira'?

Pues de la forma más sencilla posible, él se entera de que yo soy psicólogo y me dice "oye, te voy a hacer una pregunta", y a partir de ahí, como estamos hablando tú y yo ahora, quedamos al día siguiente, al día siguiente, y empezamos a desarrollar 'Tarde para la ira'.

  • La idea de la película es de él, ¿qué es lo que busca en tu aporte?

Primero una visión realista del comportamiento humano, que yo, como psicólogo, le podía dar. Y en segundo lugar a alguien que entendía el cine como él, habíamos hablado tres veces, vimos que conectamos. O sea, mis conocimientos de psicología y la afinidad a la hora de hablar de cine. Hay que aclarar que en principio no era un guion, sino simplemente una idea sobre la que charlar para ver hasta donde nos llevaba. Nunca fue "vamos a escribir una película", cualquier día podíamos cansarnos y dejar de escribir. Eso sí sucedió al cabo de año, año y medio, que ya tenía cierta forma y había que seguir para adelante.

'Tarda para la ira' sufrió cambios de todo tipo

  • Desde que empieza a gestarse 'Tarde para la ira' hasta el resultado final, ¿cambia mucho?

La historia sufre la manera de contar y mostrar la información, sufre la ambientación. La película, al principio, estaba ambientada en los años noventa —por las referencias que él tenía del cine de aquellos años con determinadas texturas—, Santi era un yonqui en un barrio de chabolas, luego se nos ocurrió que no queríamos caer en el cliché, y era mejor hacer un ser despreciable desde otro lado.

Luego la estructura de la película, con la información que se le va dando al espectador. Maduramos mucho en esos ocho años, no fuimos los mismos los que la empezamos que los que la acabamos. Al principio buscábamos giros o final sorpresa, y luego no nos gustaba eso tanto, o nos gustaba mucho más que no fuera una película de sorprender, sino de que la gente fuera llegando a ese punto.

Cambió la información que damos, cambió el orden y la estructura, pero la historia en sí, la venganza, el viaje en coche de dos personajes, y la búsqueda de otros tres delincuentes, es la misma y eso no ha cambiado en ningún momento. Y luego hemos pulido [nos reímos, el chiste estaba a punto de caramelo] los diálogos, la historia se vuelve mucho más sutil. Los diálogos largos y explicativos los fuimos sustituyendo.

  • ¿Se quedó algo fuera y que por problemas presupuestarios o de ritmo en la historia no pudierais incluir?

Es una buena pregunta. Aquí la suerte es que el guionista es también el director. Raúl ha puesto todo lo que quería. Yo me he dejado guiar. En mi caso el primer acto de la película era más largo, con escenas aclaratorias del porqué de Ana enamorándose de este tipo. Pero era demasiado largo y podía engañar al espectador que tal vez pensaría que estaba viendo un drama social de un triángulo amoroso que luego derivaba a otra cosa, y eso no podía ser así.

Había un diálogo entre Curro y Jose, que a mí siempre me gustó, pero que luego no encajaba en ningún lugar. En el guion publicado puede verse ese cambio.

  • Supongo que en el rodaje trabajasteis mano a mano, tú eres Ethan Coen y Raúl es Joel Coen, ¿no?

[Risas] No, porque yo no dirijo. Más bien Matt Damon y Ben Affleck, aunque luego nos peleamos por ver quién es Matt Damon, nadie quiere ser Ben Affleck.

Yo he sido un privilegiado, y tengo que contarlo. Siendo la profesión de guionista tan ingrata como es y el mal trato que se le da desde la industria, todo lo que yo he vivido han sido privilegios y lujos. Yo he estado en rodaje, que normalmente un guionista no está, a mí me han llevado a los festivales, yo he subido a presentar la película, yo he estado en todo momento en todo el proceso. ¿Por qué? primero porque tanto Raúl como Bea Bodegas, la productora, creen que no dar su sitio al guionista es algo como muy antiguo. Nosotros somos otro tipo de cine. Y segundo, pues porque soy muy amigo de Raúl; yo he participado en el proceso de que él me preguntaba que me parecía tal actor para hacer de determinado personaje, sobre la banda sonora, el cartel, etc. He sido como el paño de lágrimas de Raúl, el psicólogo, etc., he estado en todo el proceso, pero yo dirigir nada, eh, que además no tengo ni idea.

  • No tienes ni idea, pero sé de buena tinta que eres bastante cinéfilo, ¿qué supone para un psicólogo cinéfilo, que no se dedicaba a esto, ese contacto tan directo y tan de primera mano, de primera liga diría yo, dentro del cine?

Yo creo que es lo que habíamos soñado los cinéfilos. A cualquiera que lea la entrevista yo le haría este ejercicio de imaginación, ¿qué pasaría si a ti, que estás leyendo este artículo, dentro de dos semanas te dijeran que si querías escribir, o dirigir o actuar, en un rodaje que no tenías ni idea, y dentro de unos años estás recogiendo premios? Pues no sé, es como si a un futbolero va a jugar en la Selección y va a marcar un gol.

Yo lo he vivido con mucha ilusión. Mis vacaciones fueron ir al rodaje. Yo, si tenía que ir al festival de Venecia, y me tengo que comprar un traje, ¿cómo no voy a ir a Venecia? Luego también ayuda también el que soy un invitado en este mundo. El otro día le comentaba a alguien que yo hago excursiones al mundo del cine, y en las excursiones todo es muy bonito, luego permanecer en ese mundo y vivir en él, a lo mejor ya es más complicado. Pero yo puedo estar en Venecia, hablando con algún actor, pero luego estoy en mi consulta, donde nadie sabe nada de esto, estoy con los pies en el suelo. Para mí es un lujo tener esta otra doble vida.

Toda la cinefilia personal en la película

  • Creo que Raúl también es bastante cinéfilo, ¿no?

Sí, a Raúl le gusta muchísimo el cine. A Raúl le gusta Peckinpah, yo soy más de Clint Eastwood, pero coincidimos en los hermanos Dardenne. Coincidimos mucho en el cine europeo. También es cierto que nuestras referencias han cambiado. Al principio nos gustaba mucho Tarantino, y luego nos gusta algo mucho más sutil como son los Dardenne o Haneke. Han ido cambiando nuestros gustos en estos ocho años.

  • Todas estas referencias que me estás citando, ¿están presentes del alguna forma en 'Tarde para la ira'?

Sí, sin que estuvieran presentes en la escritura del guion. Evidentemente bebemos de ello. Tras el "descubrimiento" de Haneke al leer el guion sí te das cuenta de que eso está ahí.

  • Me refería a las referencias que teníais en mente durante el rodaje, las personales de Raúl y tuyas según vuestros gustos, y luego están las referencias que le surgen al espectador, que es donde termina la obra de arte, en su recepción. A mí me venía a la mente el género western, por el tema de la venganza, por ejemplo 'El vengador sin piedad' de Henry King. Salvando las distancias, evidentemente, pero el esquema argumental me la recuerda. Me recuerda también algo al cine negro de los años cincuenta. Pero es algo que veo yo, no digo que sea intencionado por vuestra parte.

Pues fíjate, es muy interesante lo que dices porque, por ejemplo, cuando acabamos de escribir el guion y tenemos que cambiar el título —la película se iba a llamar 'Agosto', en un principio—, dándole vueltas, yo le decía a Raúl: "Es un western lo que tenemos", y Raúl me decía: "¿Qué dices?". Ahora creo que claramente mucha gente lo ve, pero que cuando lo estás escribiendo eres consciente de ello, es que es un western, vamos. El que viene de fuera al pueblo, hay una venganza, etc. De hecho 'Tarde para la ira', escrito así, es una referencia de western, y luego creo que en el rodaje, e incluso en el montaje, ya eso sí que está más presente.

Alguna gente nos ha dicho que le recuerda mucho a 'El secreto de sus ojos'. Yo, que es una película que me encanta, jamás diría que tiene que ver con ella, salvo cierto elemento de venganza, pero que no tiene nada que ver.

  • Me imagino que aportarías muchísimo a la idea del comportamiento del personaje de Antonio de la Torre, tan callado, semejando una bomba de relojería a punto de explotar.

Eso tiene más que ver en el guion, y entendiéndolo desde un punto de vista psicológico y realista, a un hombre tan obsesivo le habíamos puesto ciertas manías, ciertas conductas compulsivas que mantuvieran esa ira constante. Esto nos chirriaba en el primer acto, porque daba la sensación de que nos llevaba al típico desquiciado. Entonces lo fuimos quitando, lo fuimos quitando, mientras Antonio iba aportando mucha más humanidad al personaje de lo que nosotros pensamos en un principio, con lo que no hacía falta que le pusieras a golpear una pared para entender el dolor que está viviendo. Todo eso Antonio lo ha destilado hacia una contención. Yo añadiría que Antonio ha hecho un Jose muy humano, que es mucho más fácil empatizar con él en la película que lo que era en el guion.

  • ¿Cuál es tu personaje favorito?

Curro [Risas]. Yo soy el padre de Curro. En esa primera idea que tiene Raúl de la película, que son dos hojas, Antonio de la Torre era mucho mas psicópata, mataba a todos, incluido a Curro y se quedaba con su mujer. Yo, desde ese primer día, 21 de septiembre del 2007, yo le digo a Raúl que Curro no puede morir, y además Curro no puede ser simplemente un rehén de este hombre. Tenemos que darle mucha más fuerza. Y Curro sube de ser un personaje secundario a uno protagonista, el espectador va con él continuamente. Nos quedamos con él intentando poner al espectador en su piel.

Yo soy fan de Curro, además a mí me encantan los personajes antipáticos. Curro es violento, salvo a Jose, no pega a nadie.

  • Decías ahora algo muy interesante, que creo es lo mejor de la película, que ésta te invita a la reflexión. Más que ofrecer respuestas, te plantea una serie de preguntas en las que se hace partícipe al espectador y se llega a plantear un poco lo que haría cada uno. Me imagino que iría surgiendo en la preparación, creo que es de lo más difícil que se puede hacer en cine, invitar a la reflexión al público, invitarle a pensar, y tú ya sabes que hoy en día lo de invitar a pensar, en cierto tipo de cine, donde te lo dan todo masticadito, historia muy cerradas, giros, etc... entiendes lo que quiero decir, ¿no?

Totalmente. A nosotros no nos interesa eso, nos interesa tratar al espectador de tú a tú y que el espectador aporte, interprete, reflexione, desarrolle, etc. De ahí lo que te decía, que lo hemos ido cambiando. Lo que tienes que hacer es pillar al espectador por sorpresa, esa mentalidad de 'El sexto sentido'... que... de hecho cuando leo críticas negativas de la película, que también las hay, y leo lo de "es que es un guion previsible", yo...

  • Bueno, la previsiblidad existe desde que se inventó el sonoro, todas las historias ya están contadas. La historia de venganza de un hombre dolido la hemos visto mil veces, pero a mí me interesa el viaje, el cómo. La previsibilidad no me parece una razón para atacar o defender una película.

Claro. A mí tampoco. No hay nada más impredecible que 'Perdidos', y nada me parece tan malo como 'Perdidos' [risas de ambos, aunque él no sabe que yo defiendo esa serie]. Yo ahora estoy viendo 'The Crown', y ya se sabe qué va a pasar, pero me parece fascinante. Por eso cuando me dicen que el guion es muy previsible pienso que estamos en dos formas diferentes de entender el cine. Lo que me interesa es que me acompañen en ese viaje. Creo que eso los dos lo compartimos y no intentar provocarle emociones. A mí el hacer llorar al espectador, hacerle reir, dándole al botón, no me interesa.

A mí me encanta toda la escena del gimnasio. ¿Qué te da esa escena? Te da risa, a otra gente le da hasta ternura y pena...

  • ¿Te han comentado personalmente que esa escena les produce risa?

Sí, sí...

  • Yo creo que es una de las secuencias más tensas de la película

Hombre, por supuesto, yo creo que la mayoría está ahí.

  • Creo que está muy bien medido el tiempo interno de la secuencia. Como espectador yo estoy muy intranquilo. Pienso que alguno va a perder los estribos. Evidentemente tienes la vista puesta en el personaje de Antonio de la Torre, pero para mí es muy tensa. No me río con esa secuencia, en ningún momento, al contrario.

Pues hay gente que se ríe en la pantalla. A lo mejor es otra manera de liberar la tensión a través de la risa. Hay gente que nos ha dicho que necesitan que lo que ocurre, ocurriera antes porque ya no aguantaban más, y hay otra gente que no. A mí eso es lo que me parece chulo, y es lo que hemos perseguido en la peli; o la comida en el pueblo también. Ahí tienes un eco parecido de risa, ternura, miedo...

El montaje fue la peor parte del proceso

  • ¿Estuviste en el proceso de montaje?

Fue la parte más oscura y terrible de la película. Toda la ilusión de novato y responsabilidad que tenía Raúl en el rodaje, y al comenzar el montaje Raúl se hunde. Todas las inseguridades, todos los errores, su propia presión, todo eso le pudo. Raúl es exigente y en esto se puso muy autodestructivo. Si hasta ese momento no hacía más que compartir, ahí se cerró sobre sí mismo. Ángel además de montar la película ha hecho de psicólogo de Raúl. Cuando empezó a tranquilizarse es cuando se atrevió a mostrar cosas.

  • ¿Hay cosas que se hayan quedado fuera en el montaje?

No se dejó casi nada fuera, sino que simplemente es cuando te das cuenta que determinadas escenas deberían haberse filmado más desde otras perspectivas.

  • Esa parte del principio de hacerla por capítulos...

Ahí nos vas a pillar, ahí nos vas a pillar

  • Es lo que menos me convence a mí y creo...

Tu crítica [aquí puedes leela] he de decirte que fue horrible. Por contacto con mi hermana, que fue la que me lo dijo, pensé "joder, qué duro está siendo"...

  • ... para mí la película va hacia arriba, el único problema que tengo es esa cámara dentro del coche al principio, y esa fragmentación por capítulo. Luego me olvido completamente de eso.

La fragmentación por capítulos no es una cosa de guion, es una cosa de montaje.

  • Creo que no eran necesarios los rótulos. De la misma forma que invitáis a la reflexión con temas, vamos a decirlo claramante, jodidos, como es la violencia, creo que la película es perfectamente entendible sin esos rótulos.

No te doy la razón, mira. Porque esto se probó con títulos y sin ellos. No es una cuestión de ir explicando y dando información al espectador, que también, sino fíjate qué curioso —digo curioso porque no tengo ni idea—, de ritmo. Cuando tú ves ese primer acto, y lo ves en forma de capítulos, tu cabeza, o tu percepción de la película, ya empieza a decir, ah vale, hay una pieza, ahora otra, y eso hace que, mientras estás viendo ese primer acto, sepas bien colocar la información. Cuando no tenía títulos la sensación de ritmo, eh, no de información, era extraña. No entendías porque de repente había una escena muy larga, otra escena muy corta. Había algo rítmico y de percepción del acto que fallaba.

Esa estructura capitular del primer acto consiguió dar un empaque y un ritmo al primer acto que, sin él, no tenía. Un primer acto que es muy complicado, tenemos que dar información sin dar demasiada, tenemos que ir uniendo y luego sorprender con la peli yendo de otra cosa a la que parece que iba, sin engañar al espectador. Era complicado.

La estructura capitular no es una cuestión de dar información, sino de estructurar la percepción del espectador para conseguir un mayor empaque y un mejor ritmo. Y esto, que yo no lo entendería jamás porque no soy montador, era así.

  • Pues sigo sin estar de acuerdo, pero es lo bonito del arte

Lo que te diría es...

  • Que la vuelva a ver, ¿no?

No que la vuelvas a ver, pero no puedes comprobar lo que nosotros comprobamos. El saber que va a venir otro capítulo tras el primer te hace sentir de otra manera el ritmo, y lo enlazas mejor.

  • Para terminar la pregunta que solemos hacerle a todos. Como psicólogo/guionista/cinéfilo ¿qué referencias tienes tú dentro del cine?

Yo soy muy seriéfilo. De esta última hornada hay unas cuantas referencias de cómo se cuentan historias que a mí personalmente me han fascinado. Me fascina el escritor de 'Mad Men, que también estaba en 'Los Soprano'. Me fascina Vince Gilligan. Me gusta esta nueva forma de contar historias que han introducido las series modernas en el cine. Me gusta mucho Alfred Hitchcock. Me gusta mucho Clint Eastwood. Como clásicos te diría esos.

Donde confluimos más Raúl y yo es en el cine europeo. Es el que nos gusta más contando historias.

  • ¿Estáis trabajando en algún proyecto?

Nos hemos propuesto hacer algo más luminoso, y según vamos escribiendo nos volvemos a meter en mundos oscuros.

  • Bueno, son los lugares más interesantes del ser humano

Sí, no puedo adelantar mucho, pero sí que queremos seguir haciendo reflexionar sobre cosas que nos flipan, y nos flipa mucho el mundo de los adolescentes, y nos flipa cómo en el mundo de hoy en día se ha normalizado, o mediatizado, el horror.

  • Bueno, David, un placer, y muchísimas gracias por tu tiempo

De nada, a ti. Un abrazo.

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