Si vine al Festival de Sitges fue, entre otras importantes razones, para ver cuanto antes la nueva película de Park Chan-wook, y tener la oportunidad de entrevistarle. El gran problema fue que el director sólo habló en coreano, y como podéis suponer, ese idioma no es precisamente uno de mis puntos fuertes. Así que resultaba imprescindible la participación de una intérprete, que aunque hizo estupendamente su trabajo, alteró bastante el encuentro; yo pregunto, luego ella debe traducir lo que he dicho, de forma que el director lo entienda, y luego toca explicarme a mí su respuesta, lo más fielmente posible. Pasaron volando los quince minutos.
‘Thirst’ fue la primera película que vi aquí, y por ahora sigue siendo una de las mejores, con diferencia, siendo muy improbable que la supere alguna otra de las que me quedan (mañana domingo se acaba el Festival). Me citaron para la entrevista por la tarde, a las cinco y cuarto, pero tuve que esperar hasta las seis, hasta que por fin pude saludar al director de la impresionante ‘Old Boy’. Cuando preguntaba, en español, él me miraba fijamente, como si tratara de entenderme; luego, cuando le tocaba responder, se giraba un poco, sin mirar a ningún sitio en concreto. Habla lentamente, en voz baja, y da la impresión de que reflexiona cada frase, cada palabra, aun cuando no me van a llegar directamente. En la rueda de prensa de por la mañana hacía lo mismo, y aunque me consta que entiende el inglés, sólo respondía en su idioma.
La historia de ‘Thirst’ es muy retorcida, el protagonista es un sacerdote que se transforma en un vampiro, y entonces todo en lo que cree se derrumba. ¿Por qué pensó en un sacerdote?
-En primer lugar, debo decir que mi familia es católica. Crecí en un entorno católico, así que siempre me ha interesado el pecado, el sentimiento y el sufrimiento que podría vivir un sacerdote. Pero hay una cosa con la que tenéis que tener mucho cuidado, la gente de la prensa. El sentimiento que llevamos dentro los católicos surcoreanos no tiene nada que ver con el que se tiene aquí. En Corea, el catolicismo es muy distinto, desde la dictadura los católicos han estado siempre en primera línea, para luchar. Entonces, yo diría que el catolicismo de Corea es progresista. El sentimiento allí es muy diferente al de otros lugares.
Es un progresismo ambiguo, en todo caso, ya que en su película muestra cómo el protagonista se golpea a sí mismo, cuando ve que tiene pensamientos impuros, porque desea a una mujer.
-Sí, puede interpretarse como usted ha dicho. Pero yo creo que la tentación que él siente es muy grande, y muy creíble, muy posible. En realidad, la cuestión del autocastigo viene de otra idea. Yo quería mostrar que el instrumento que usa, una flauta, también podía ser empleada como un arma de castigo. Y también hay una escena al principio, en la que se derrama y se salpica sangre a través de los agujeros de esa flauta, que quise incluir para mostrar que el instrumento se podía utilizar de varias maneras.
-La música tiene mucha importancia en sus películas, creando una atmósfera concreta que ayuda a sentir lo que viven los personajes. ‘Thirst’ comienza con la música de la flauta del protagonista, y parece evocar algo antiguo, sonidos del pasado. ¿Incluyó esta música para relacionarla con las raíces de la religión, o fue más bien para caracterizar al personaje?
-La flauta que aparece aquí se utiliza, en primer lugar en la película, para tranquilizar a los enfermos del hospital, y también para meditar, le sirve al sacerdote para rezar. Pero además también suenan cantatas de Bach, así que podría ser interpretado como ha dicho. Puede verse desde diferentes puntos de vista. Por otra parte, la flauta también simboliza el pene del protagonista, tiene la forma [risas]. Incluso, de la flauta se expulsa sangre, por lo que también puede simbolizar el órgano sexual femenino. También, la sangre está infectada por un virus, entonces cuando la cara del protagonista llega al extremo de la enfermedad, se ve llena de sangre, por lo que también se puede relacionar la flauta con esto que aparece en el rostro del protagonista.
Los vampiros de su película son muy particulares, tienen sus propias reglas. ¿Se inspiró en alguna película para crearlos?
-Mi idea era no repetir los clichés. Hay muchos tópicos alrededor de los vampiros, y yo quise buscar algo nuevo. El crucifijo, por ejemplo, no podía usarlo como arma, porque el protagonista es católico. Leí mucho, hice mucha investigación, pero finalmente me puse a cuestionar cada uno de esos tópicos, hasta llegar a un tipo de vampiro que me resultara creíble y apropiado para lo que quería contar. Por otro lado, debo decir que mi película favorita de vampiros es ‘Martin’, de George A. Romero, pero no sé hasta qué punto ha podido influir en mi historia. Intenté hacer algo nuevo, nunca visto.
‘Thirst’ está llena de giros. Cuando parece que todo se va a acabar, aparece un nuevo conflicto y se toma una nueva dirección, y luego vuelve a pasar lo mismo. Me pregunto si todo estaba cerrado desde el principio, o si quiso extender la historia durante el rodaje.
-No, todos esos giros estaban en el guión, desde el principio. Cuando ruedo, todo está previsto por escirto. No se improvisa y no se añade nada.
Ha contado con el actor Song Kang-ho en tres de sus películas [en cuatro, si tenemos en cuenta su cameo en ‘Sympathy for Lady Vengeance’], ¿qué busca en él?
-Yo lo considero el mejor actor de Asia. Creo que es el mejor de toda la Historia de Corea. Y además es mi mejor amigo. Lo interesante de él es que no es guapo, su cara es muy normal, corriente, por lo que puede interpretar a cualquier persona. Puede ser cualquier cara. Aparte de eso, a mí me gusta mucho su estilo de interpretación. Es muy seco y frío. A mí me gusta.
Kim Ok-vin es una actriz muy diferente a Song, ¿la eligió por eso?
-Sí. Pero también porque Kim no es una cara conocida en Corea. Al menos, no lo era antes de esta película. Quería esto porque no es un personaje familiar, parece que salió de repente de algún sitio, e incluso que su interpretación es un poco improvisada, cuando no es así. También tiene un toque extranjero, al menos en Corea lo pueden ver así. Busqué a alguien que no se conociera, para que no se supiera en absoluto cómo se iba a comportar su personaje, y también que su interpretación no fuera muy racional.
Y se acabó. Me quedé con varias preguntas por hacer, por lo que comenté más arriba y también por no ser más concreto. Pero bueno, no todos los días se tiene la oportunidad de hacer preguntas a uno de los mejores directores del planeta. Me quedo con la experiencia, que me ayudó para las siguientes entrevistas, y con la foto que os he dejado arriba.
Fotos | Kitty´s y La web oficial de Sitges 09