"Rezo para que no me den premios". Carmen Arrufat ('La inocencia')

Este viernes 10 de enero llegó a los cines españolas 'La inocencia', la ópera prima de la directora Lucía Alemany que a su vez es la primera película delante de las cámaras de Carmen Arrufat, la gran protagonista de la función.

En Espinof tuvimos la ocasión de charlar con ambas, tratando temas sobre cómo surgió la idea para la película, el fichaje de Arrufat, el espacio que se dejó a la improvisación o las nominaciones al Goya de 'La inocencia'.

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Cómo surgió la película

¿Cómo surge la idea para la película y cómo ha ido evolucionando hasta lo que podemos ver en pantalla?

Lucía Alemany: La idea de la película surge cuando me encuentro a un productor, que es Juan Gordon, cuando yo era meritoria de producción y le cuento que yo quería dirigir. Él vio mi corto y acepto leer un guion que yo no tenía. Ocupé todo el verano en escribirlo, primero se llamaba ‘Lis de Alicia’. Surgió un poco de mirar en mi interior y ver de qué podía hablar yo que supiera hablar bien, que pudiera generar un discurso y tuviera un valor de producción llamativo, porque lo de rodar en mi pueblo también fue una especie de estrategia, porque nos infiltramos en las fiestas, con lo cual teníamos una película en la que no se tenía que recrear nada.

Yo podía contar la falta de intimidad en un pueblo, de sentirse como una prisión y lo que es un momento de la adolescencia en el que sientes que desde tu familia se te está impidiendo ser quien eres, se te está pidiendo ser otra cosa y sales al mundo con una falta de autoestima brutal. Te encuentras una amiga que ha abusado de ti con la que te tienes que enfrentar, un novio con el que tienes que darte cuenta que no funciona para tu vida y la historia del embarazo no deseado, y la falta de confianza que tienes con tus padres para decirles que necesitas abortar.

  • Además de la experiencia propia, ¿tenías algún referente concreto en mente a la hora de hacer ‘La inocencia’?

Lucía Alemany: Sí, llevaba mucho tiempo con un referente que siempre era el mismo. Que es ‘Fish Tank’ de Andrea Arnold. Y no estaba nada preocupada porque sabía que no me saldría una copia, porque llevaba desde tercero en la ESCAC intentando copiarla y siempre me había salido algo diferente. Al final el director de fotografía me decía “Lucía, ya está bien, estamos haciendo ‘La inocencia’, no ‘Fish Tank’, ¿puedes parar?”. No podía parar, estaba obsesionada con esa película. Ahora ya se me ha pasado.

El fichaje de Carmen

  • Habladme un poco del fichaje de Carmen. Lucía, ¿qué fue lo que te hizo decidirte por ella?. Carmen, ¿cómo viviste el proceso?

Carmen Arrufat: De verdad, muy inocentemente. Yo envié un vídeo pensando que ni siquiera me iban a coger y cuando me llegó la contestación de Lucía, yo me atreví a hacer el casting, pero no tenía ni idea de a qué iba. Sí, largometraje, pero de qué, cómo, cuándo. No me imaginaba nada, yo creía que era una película de YouTube. Imagínate, iba perdidísima. Ni rodando la película me imaginaba toda la repercusión que después iba a tener. Fue todo muy desde la ilusión, la inocencia, de querer aprender. De estoy haciendo algo nuevo que me encanta y estoy haciendo cosas que me llenan. Fue un proceso muy intenso.

Lucía Alemany: Yo estaba muy preocupada porque sabía que la película dependía de la actriz que interpretase a Lis. No solamente el resultado final, sino incluso si íbamos a rodar o no, porque yo tampoco me hubiera lanzado a rodar sin saber que tenía una actriz que soportaba ese papel. Estábamos a muy poco tiempo de rodar y tenía que encontrar a Lis. Estaba muy preocupada hasta que apareció Carmen, porque con todo lo que me había mostrado sabía que podía. Con lo cual, estoy más tranquila.

A partir de ahí ella fue como pasando castings y en cada uno demostraba más que podía. Entonces yo me iba relajando más, pero no del todo. En realidad, cada día de rodaje a las 9 de la mañana esa era mi preocupación, cómo estaría Lis hoy. Yo puedo escribir un personaje, pero quien lo da vida es ella. Muchas de las cosas que yo hubiera podido imaginar diferente son como son porque las interpreta ella. En esa justa medida es donde está la magia y el alma de la película, en respetar su manera de sentir. La Lis que yo creé ya no sé si existe, es la que creó Carmen.

  • ¿Hasta qué punto estaban fijados los diálogos de antemano, qué espacio se dejó a la improvisación?

Lucía Alemany: Estaba todo pautado y todo abierto a la improvisación. El guion estaba escrito y cada dialogo lo medíamos al milímetro. Sabía que íbamos a dejarlo a la improvisación, pero no dejaba una línea de diálogo sin hilar, pero yo no quería que se aprendieran un texto. Quería que respiraran esa emoción y dijeran todo con sus palabras. Sabían que sentía el personaje en ese momento y tenían que estar con el otro. Si eso se respetaba y había algo muy importante que tenía que estar, yo ya gritaba por algún lado.

  • Carmen, en la película se nota mucho la pureza de las emociones de tu personaje. En todo momento sabemos si está feliz, triste, ilusionada, enfadada… ¿cuál fue el que mas te costó sacar en el momento?

Carmen Arrufat: La rabia, mucho. Llorar también, pero la rabia fue muy complicado, hasta el punto de que me tenía que llegar a agobiar mucho y decirle a Lucía que no podía para poder sacarla. Ese mismo agobio de no poder sacarla era lo que me generaba rabia. Soy una persona que no la saco. Bueno, ahora sí, después de ‘La inocencia’ fue un desbloqueamiento total. Me sigue costando chillar mucho, no me gusta. Me costaba una barbaridad.

Lucía Alemany: Sí, me decías “¡Es que no me siento bien!”

Carmen Arrufat: Luego las escenas en las que saco la rabia son las que más me gustan, pero porque sé lo que me han costado. Fue duro, incluso en los ensayos. Me acuerdo perfectamente de la escena que tengo con Laia en las escaleras. Llegué a llorar del agobio al punto de decir “es que no me sale”. O la de Joel. Y es de mis favoritas, pero lo pasé muy mal.

La primera película de las dos

  • ¿Qué fue lo que más os impactó siendo vuestra primera película?

Lucia Alemany: Sabes que siempre será la primera película de tu vida y lo que vivas en ella siempre será lo primero. Es lo que vivirás desde el descubrir, desde ese inocencia. Pase lo que pase en mi vida, que no sé lo que será, ‘La inocencia’ siempre será mi primera película. Y San Sebastián el primer Festival.

Carmen Arrufat: Yo opino igual. A lo mejor hay más cosas, a lo mejor no, pero nunca será esto.

  • Me llamó mucho la atención la decisión de ella de estudiar circo, ¿hay algún motivo en concreto para elegirlo?

Lucía Alemany: El personaje tenía que tener un objetivo, son leyes de narrativa en realidad clásicas. El circo me parecía que respondía muchas cosas de ese personaje. Primero a ese carácter deportista, que es inquieto. Responde a algo de querer ser diferente, porque de haber querido ser administrativa o profesora no habría habido más historia, pero al querer hacer circo implica que tienes que empezar antes, te tienes que ir fuera porque no hay muchas. Y tiene otra cosa en la gente que quiere ese tipo de vida, la necesidad de moverse. Es muy humilde, pero de mucho viajar.

La vida en el pueblo

  • Además, se refleja la vida en el pueblo pero sin llegar a idealizarlo, ¿hasta qué punto eso fue una prolongación de que era lo que tenías o una decisión más meditada?

Lucía Alemany: Lo de la falta de intimidad fue una decisión totalmente de dirección. Yo sé que hay cosas muy bonitas en el pueblo como el criarse en la calle, pero no quería contar eso. Ese ambiente del pueblo está, pero lo que me interesaba contar era qué pasa cuando estás creciendo y no puedes ser tú misma porque no tienes intimidad.

  • Da la sensación de que los dos personajes masculinos más importantes, tanto el padre como el novio, vienen a representar lo mismo, ¿es algo buscado?

Lucía Alemany: Sí, es exactamente así porque mi punto de vista es que si los padres crían a los hijos con amor y respeto, quizá sería más fácil luego identificar una relación tóxica y salirnos de ahí. Si nos acostumbran a humillaciones, luego estás acostumbrado a tragar esa mierda y te enganchas a actitudes que no molan. En el guion sentíamos que al romper Lis la relación, estaba como rompiendo ese patrón, que no iba a ser la sumisa que era su madre.

Las nominaciones al Goya 

  • Por último, ¿cómo creeis que ayudan las nominaciones al Goya a la película y, Carmen, cómo viviste tú la tuya?

Carmen Arrufat: Yo sigo sin creérmelo. Estaba en casa y lo vi de casualidad, pero tampoco me lo esperaba. Fue verlo y flipé. Estuve como dos días en una nube y sigo sin asimilarlo. Si gano, espero no ponerme muy nerviosa y poder vocalizar. Soy una persona muy tranquila, pero cuando pienso en los Goya. El tener que subir a recogerlo… me entra pánico y no me gusta nada. Estoy muy nerviosa.

Lucía Alemany: A mí me pasa igual, Carmen, espero que no me den el Gaudí.

Carmen Arrufat: A mí tampoco me lo van a dar, y con el Gaudí lo pasó peor porque lo correcto y normal es dar un discurso en catalán. Encima de lo nerviosa que voy a estar, hablar valenciano… eso puede ser un desastre. Es una cosa que no debería decir, pero rezo para que no me den el Gaudí.   No está bien decirlo, pero me entra pánico. Me encantaría ganarlo y estaría súper agradecida.

Lucía Alemany: Hay una responsabilidad cuando se te reconoce algo desde un punto tan fuerte. Quizá en Madrid no lo percibáis así, pero el Gaudí es un premio que tiene mucho reconocimiento. Tienes como la sensación de tener que estar a la altura y eso lleva detrás una especie de vértigo y panico. Y la gente qué espera de ti.

Y para la película significa que irá más gente a verla porque se habla más de ella. Es la bomba estar ahí, es cumplir el objetivo final de que la gente vaya a verla.

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