La película de multiversos de 2022 no tiene hechiceros con capa, presupuestos multimillonarios ni los engranajes industriales a su entera disposición. 'Todo a la vez en todas partes' se estrenó sin hacer el mismo ruido que su contrapartida marvelita para convertirse en todo un fenómeno indie que ha recaudado casi 60 millones de dólares en Estados Unidos y que ya lleva más de 10 embolsados en su periplo internacional.
Con motivo del desembarco del largometraje en España, he tenido la oportunidad de charlar con los Daniels —Daniel Scheinert y Dan Kwan—, los dos directores responsables de esta fantástica locura apadrinada por el estudio A24. Un dúo realmente encantador que destila pasión por el medio en cada una de sus palabras.
Creatividad sin límites
- ¿Cómo haces un pitch de semejante locura a un estudio? ¿Fue complicado levantar el proyecto?
Daniel Scheinert (D.S.): Fue difícil, pero el pitch inicial fue bastante sencillo porque nuestra primera película iba sobre un cadáver que se tira pedos, y era un “drama de pedos”. Así que esta vez fuimos en plan “Es una película de kung-fu con multiversos”, y su respuesta fue “Eso suena mucho más sencillo de vender, nos interesa”.
Pero, ya sabes, como has visto, la película es muy ambiciosa. Y en cada paso del camino estábamos constantemente yendo un poco más allá, en plan, “¿Cómo de loca debería ser?” y ajustando el pitch. Pero siempre decimos que las películas raras atraen a la gente rara, así que no nos importaba que nos rechazasen, porque sería sólo “Okey, no estás interesado en viajar en esta montaña rusa”. Está bien. Afortunadamente para nosotros, gente como Michelle Yeoh y A24 estaban muy emocionados por los motivos correctos.
- Acabas de mencionar a A24… ¿Cómo ha sido trabajar con ellos como productores? Actualmente son como una especie de tótem de la creatividad y la libertad en la industria.
D.S.: Fue genial. Y están muy contentos, porque la película está vendiendo entradas. Todo el mundo está feliz.
- Sí, me sorprendió lo bien que ha funcionado siendo tan… peculiar.
Dan Kwan (D.K.): ¡Sí! También nos está sorprendiendo a nosotros. Las películas independientes están pasando por un momento difícil en las salas de cine, así que te enfrentas a estos lanzamientos cruzando los dedos y sabiendo que podría ser un fracaso absoluto. Pero esta ha sido una sorpresa maravillosa, y creo que en parte se debe a A24.
Todo su modelo de negocio se centra en encontrar a creadores, artistas y cineastas interesantes, darles medios y dejarles hacer lo suyo. Hubo muy pocos ajustes creativos por su parte. Por supuesto, nos dieron notas e indicaciones y tuvimos muchas discusiones creativas, pero, finalmente, sabían que era nuestra película y nuestra visión. Fueron muy atentos en ese aspecto, dejándonos ser nosotros mismos. Ha sido maravilloso ser parte de la familia A24 y experimentar de primera mano lo que es trabajar con un estudio que, ya sabes, confía.
- Y hablando de creatividad, ¿cómo veis a la industria ahora mismo? Se habla mucho de una falta de creatividad por parte de los grandes estudios...
D.K.: Diría que una de las cosas más interesantes ahora mismo es que hay mucha creatividad. Se están haciendo muchas cosas interesantes y extrañas en este momento. El problema es el alcance que tienen. ¿Cómo encuentran a su público? ¿Cómo lo hacen para colarse entre el ruido? Creo que están pasando tantas cosas que lo único que trasciende es lo que obtiene mejores números, y lo que obtiene mejores números son las franquicias, las cosas que la gente ya reconoce. Puedes decir “Sonic”, y todo el mundo te dirá “Sí, yo también conozco a Sonic”. No creo que haya falta de creatividad. Creo que lo que falta es la sinergia necesaria para liberarla.
Algo de lo que siempre hemos sido conscientes es de combinar todas las cosas que amamos con las cosas que ama el público en general, e intentar encontrar un término medio entre ambas en el que pudiésemos crear algo que pudiese destacar. Y, después, además de destacar, sobrevivir al exámen de esas personas. Ya sabes, hacer algo lo suficientemente bueno, con suficiente profundidad; una historia personal y emotiva que, además, fuese una película de acción muy extraña y de la que hablase la gente. Cuando combinas esas cosas, sólo es selección natural.
Sólo intentamos crear a una criatura modificada genéticamente que intentase sobrevivir en el clima actual. Creo que eso es algo de lo que los cineastas se dan cada vez más cuenta. No creo que la gente tuviese que pensar tanto antes de que apareciese internet. Una vez que llegó internet, es cada vez más difícil destacar, incluso aunque seas el más creativo.
- Sí, internet ha cambiado radicalmente las reglas del juego. Internet, y el streaming...
D.S.: Yo adoro ir al cine. No sólo por el sonido a todo volumen o porque la pantalla sea muy grande. Adoro, ya sabes, sentarme y hacer el viaje que me propone una película con un grupo de desconocidos. Y adoro hablar sobre ello antes y después, me gusta encontrar un bar cerca en el que puedas hablar sobre ello. Cada vez que un cine lo hace más sencillo, estoy muy agradecido; y cada vez que una película me da esa experiencia, me hace muy feliz.
Mi esperanza es que, con nuestra película, haya gente que piense, “Oh, será una película de acción y tendré mi pequeña experiencia de un par de horas”, pero que después vaya dispuesta a correr riesgos como parte del público en una película muy extraña y personal. Ver a la gente llorar o reír juntas cuando ven la película es muy emocionante. No sé si esto cuenta como una opinión, pero sólo quiero más cosas como esa.
Concibiendo lo inconcebible
- Me gustaría hablar sobre vuestro proceso creativo. ¿Cómo fueron vuestras sesiones de brainstorming para crear el multiverso de la película? Porque pienso en ellas y pudieron ser divertidísimas y una pesadilla al mismo tiempo.
D.S.: ¡Totalmente!
D.K.: Diría que fueron un 80% pesadilla y un 20% diversión.
D.S.: ¿En serio? ¡¿En serio, Dan?! ¡Me lo pasaba bien contigo!
D.K.: Da la sensación de que te estás ahogando en un mar de ideas y no puedes escapar. Y sientes que quieres enfadarte con el mundo, pero te das cuenta de que es culpa tuya. Eres tú el que lo convierte en una pesadilla.
En términos generales, nuestro objetivo era hacer una película de multiversos que fuese hasta el infinito, que rompiese completamente toda lógica y que rompiese la narrativa para conseguir cualquier cosa. Y saber que ese era uno de nuestros objetivos hizo el proceso aterrador, porque teníamos que averiguar cómo conectar con la película, cómo hacer que la gente sintiese ese miedo existencial de alguien que está experimentando algo demasiado grande como para poder comprenderlo. Ese fue el punto de partida, y el viaje hasta llegar ahí fue un grano en el culo.
D.S.: Había ciertos aspectos de la película que nos entusiasmaban y que eran prioridades tremendamente grandes, y teníamos que asegurarnos de que las hacíamos bien para que todo se viese y se sintiese increíble. Pero para buena parte de la película, hablábamos con nuestro equipo y nuestro reparto mientras escribíamos. Teníamos estas conversaciones logísticas sobre cómo podríamos tener diez universos en una hora, tal vez jugando con el vestuario y con los movimientos de cámara.
Al final, es muy divertido ver cómo el producto final conecta con la gente sabiendo la cantidad de trucos que nos tuvimos que sacar de la manga para hacerlo. Supuso enormes cantidades de trabajo duro para mucha gente. A veces la logística fue la que nos dijo cómo hacer las cosas.
- La verdad es que, viéndola, se nota que es una película complicadísima de ejecutar. Pero por encima de todo, creo que los personajes son su verdadero corazón. ¿Cuáles fueron vuestras bases para crearlos?
D.K.: Creo que una de las cosas de las que nos dimos cuenta desde el principio es que, cuando haces una historia maximalista con tantos elementos, existe la amenaza de que todo se desmorone constantemente mientras trabajas en ella. Necesitábamos un núcleo realmente fuerte, y ese fue la familia, que lo iba a unir todo. Aún así, nuestra primera versión del guión tenía 240 páginas.
Poco a poco nos encontrábamos con pruebas de fuego al hacer avanzar la narrativa de Evelyn, el personaje de Michelle [Yeoh]. Si había algo que no la hacía avanzar, teníamos que considerar eliminarlo, pero de vez en cuando hicimos trampas y dejamos cosas que no la hacían evolucionar demasiado.
Me gusta tener una historia tan personal en el centro hace que todo sea universal. Creo que la película podría haberse convertido fácilmente en una obra de nicho para los amantes de la ciencia ficción, o tal vez para los aficionados de las películas de kung-fu, pero como en su núcleo está esta historia sobre la familia, se convierte en algo de lo que nuestra suegra o nuestra abuela pueden decir “me encanta”. Ha sido una gran sorpresa ver quién conecta con ella, y creo que es por lo que Michelle, Key y Stephanie pudieron dar a nuestros personajes.
- ¡Y por eso ha funcionado tan bien en taquilla!
D.K.: ¡Exacto!
- Para terminar, siendo dos directores, me gustaría que me comentásteis cuál es vuestra dinámica en el set. ¿Os repartís tareas según departamentos? ¿Hacéis los dos un poco de todo?
D.S.: ¡Sí! Dan hace casi todo el trabajo y yo me llevo la mitad del crédito.
D.K.: Sí, más o menos así es…
D.S.: Ha ido cambiando un poco con cada proyecto. Nos usamos el uno al otro como orientación cuando intentamos solucionar un problema y, después, dividimos tareas en función de nuestras pasiones. Algunas veces se reduce al personaje con el que tienes una mayor conexión, así que trabajas más con el actor que lo interpreta. Todo depende.
Yo me preocupo mucho por el horario y el plan de rodaje. Corro a hablar con el departamento de arte, y después con los especialistas sobre lo que vamos a rodar más adelante ese mismo día para asegurarme de que no se ha quedado nada en el tintero. Mientras tanto, Dan está en el monitor revisando cada plano para asegurarse de que le gusta cómo ha quedado todo.
Es una colaboración muy divertida que marca el ambiente en el set, en el que nos gusta que haya buen rollo, buena comunicación y que sea colaborativo. Como tenemos que repartir responsabilidades, hace más sencillo incorporar en el proceso al director de fotografía, al diseñador de producción, al productor o a los actores, y no ser un par de ególatras en el monitor que están a cargo de todo.
- Tiene sentido y parece hacer todo un poquito más sencillo.
D.K.: También nos turnamos para estresarnos.
D.S.: ¡Sí! ¡Eso también! Yo me voy desquiciado y Dan puede quedarse rodando mientras estoy fuera dando un paseo.
D.K.: Hay muchas historias sobre directores perdiendo la cabeza, y eso también nos pasa a nosotros-. Pero creo que la razón por la que podemos embarcarnos en proyectos tan ambiciosos es porque podemos compartir el estrés, y podemos repartirlo de un modo que es un poquito más sano. Y nos da el valor para probar cosas que otros realizadores no han hecho antes porque somos dos para poder cargar con ello.
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