Después de su estreno el pasado 4 de enero, 'Memorias de un hombre en pijama' continúa su periplo en cines con una atípica adaptación de la colección de tiras cómicas homónima creada por Paco Roca que, como ya os conté en mi crítica de la película, conectó conmigo de forma prácticamente instantánea y me dejó completamente encandilado con sus personajes y su gran sentido del humor, honesto, directo y real como la vida misma.
Para indagar un poco más sobre el proceso de creación y los entresijos de la producción de 'Memorias de un hombre en pijama', he podido charlar con su director, Carlos Fernández de Vigo. Una conversación en la que no hemos podido evitar hacer también un pequeño balance sobre el estado del aún algo denostado —por suerte, cada vez menos— cine de animación.
Para comenzar, y aunque sea una pregunta de las básicas, me gustaría preguntarte cómo nació la idea de convertir el 'Memorias de un hombre en pijama" original de Paco Roca en un largometraje, porque más que un cómic, no deja de ser una recopilación de tiras cómicas.
La película sí es verdad que es un proyecto un tanto peculiar, porque, como dices, 'Memorias de un hombre en pijama' no es una novela gráfica, y esto obligaba a todo el equipo a abordar la adaptación cinematográfica desde una perspectiva muy diferente a la que se pudo tomar con 'Arrugas'. Uno de los factores que empujó a que se hiciese 'Memorias...' fue que, precisamente, los productores de 'Arrugas' quedaron con ganas de más; debieron disfrutar mucho haciendo la película, que les quedó estupenda, y quisieron continuar con otra.
De alguna manera, creo que les apeteció más pasar al mundo de la comedia y dejar atrás el drama social. Para mi es una gran idea, porque dramas sociales en animación para público adulto hay muchos, y a mi me atrae meterme en proyectos que supongan cruzar ciertas fronteras; entrar en algún terreno poco explorado, y la comedia romántica en cine de animación 2D es muy inusual —de hecho, no encontramos referentes claros—.
Caminar, como dices, por terrenos "poco explorados" no tiene que ser una tarea demasiado sencilla.
En las primeras fases de adaptación, tanto productores como guionistas tuvieron que hacer un esfuerzo importante. El punto de partida en forma de tira cómica exigía mucho sacrificio para extraer una historia de perfil cinematográfico y, para mi, personalmente, en el apartado de dirección, ha sido una gran oportunidad para poner un granito de arena explorando nuevos géneros dentro de la animación para adultos.
Si es cierto que, viendo la película, cuesta pensar en un proyecto similar en cuanto a tono, género y técnica narrativa.
Todo el tiempo teníamos esa sensación en la cabeza. Parecía que estábamos haciendo algo que realmente no se había visto, pero siempre con la prudencia de entender que, a día de hoy, con toda la producción que hay a nivel internacional, es muy difícil estar al día de todo lo que se está haciendo. Tampoco me sorprendería que hubiese por ahí un proyecto que desconozco y que tuviera características similares.
Al mismo tiempo, también hay que contar que el punto de partida del trabajo de Paco Roca también le confiere unas características propias y una personalidad que hacen al proyecto bastante más original. Al final, lo que queda es una película que no trata de revolucionar nada, pero que sí ofrece unas propuestas nuevas dentro de lo que es el cine de animación para adultos.
¡Eso sí, siempre con mucha humildad! Siempre hemos intentado ofrecer algo que pudiera entretener de otra manera y que ofreciese tonos y matices diferentes a lo que solemos ver en la animación para adultos, pero siempre con humildad.
Personalmente, pude notar esta humildad que comentas en el modo en que la película se dirige al espectador, es muy honesta, te habla "de tú a tú".
Creo que esto es, en parte, porque todo el equipo hemos hecho el mayor de los esfuerzos por preservar los muchos talentos que tiene Paco Roca como autor. Tiene muchas cosas buenas, pero hay una en particular que la veo muy presente en sus tiras de 'Memorias de un hombre en pijama', y esa es su capacidad para conectar de forma casi individual con el lector con pequeños mensajes, como hilos invisibles, con los que va pescando la atención del lector, que termina sintiéndose un poco cómplice de lo que va contando Paco. Es un talento especial que genera una empatía directa.
Hablando de los talentos de Paco, ¿cuál fue su nivel de participación en la película? ¿Cómo fue el proceso de trabajo con él?
La primera relación importante con Paco es a través de su obra. Había leído alguna cosa antes de ver 'Arrugas', pero después devoré toda su bibliografía. Debo reconocer que fue un proceso muy especial; vi que había ciertos leitmotivs en su obra con los que conecté muy bien, fuese del tema que fuese. Luego hubo una fase muy bonita, cuando estuvo trabajando en el guión; cuando yo llegué había unas cuantas versiones escritas, pero a partir de ahí pude ir viendo todo el proceso y participando en él...
Paco participó en muchos niveles. Para la directora de animación Lorena Ares, hicimos alguna lectura de guión con él —después de todo el personaje principal es su alter-ego—, y de esas lecturas, Lorena cogió referencias de expresión y lenguaje corporal de Paco para luego aplicarlas en el personaje. También participó en la fase de diseño de algunos personajes, para ver que estábamos yendo por el buen camino, todo con un sentimiento de responsabilidad hacia sus lectores y con la idea de mantener esa conexión con ellos. En la fase de pre-producción estuvo muy presente y fue esencial para todo el proyecto.
Me ha sorprendido mucho que se tomasen referencias de Paco para dar forma al protagonista de la película.
En otras obras no tanto, pero en 'Memorias de un hombre en pijama', el tempo de la obra se convierte en un elemento subjetivo del lector, pero realmente sí que lo tiene. En los cómics se establecen niveles de ritmo de lectura y todo esto, y en particular, 'Memorias' tiene uno, que está asociado a un personaje que tiene una serie de gestos, de tics y expresiones.
Si tienes la suerte de contar con la persona en la que está basada ese personaje es algo crucial, porque te puede ayudar a entender y interiorizar el ritmo que el autor quería darle al protagonista dentro de la novela gráfica. Por esto utilizamos ciertas grabaciones para crear expresiones y gestos. Es el ADN del personaje y da sensación de continuidad mientras ves la película.
Luego, cuando le tocó a Raúl Arévalo interpretar, tuvo que hacerlo poniendo voz al personaje y también físicamente durante el prólogo y el epílogo en imagen real. Ahí es donde Raúl sumó su talento interpretativo, tomando muchas claves de estas referencias. Fue un proceso muy interesante ver cómo iba evolucionando el personaje según se iban sumando estos diferentes talentos.
Respecto al casting de voces, ¿tuvisteis desde el primer momento a Raúl y a María como la pareja protagonista?
Raúl estaba en la mente de los productores desde las primeras fases del proyecto; físicamente conecta perfectamente con el personaje de las tiras cómicas. De hecho, hubo un conato de hacer una versión más parecida a Raúl del personaje animado y no funcionaba, se diferenciaban aún más. En el caso de María, apareció en una fase intermedia; como actriz es es estupenda, pero a mi y a todo el equipo lo que nos fascina es su energía, es una auténtica bomba e hizo del personaje de Jilguero algo estupendo y con el que te quedas rápidamente.
El otro día recordaba el día en que grabamos las voces en una jornada maratoniana sin bajar el ritmo; hubo una parte más dramática entre los dos personajes y el take salió a la primera o a la segunda. Estaba todo el equipo con los ojos llenos de lágrimas. Esa es la energía que necesitas para que los animadores tengan un material de primera con el que puedan dar vida al personaje y para que, al mismo tiempo, el espectador pueda conectar con él.
Conforme vamos hablando, va quedando claro que dar forma a una película de animación es como una máquina que funciona gracias a muchísimos engranajes. De hecho, tengo entendido que 'Memorias de un hombre en pijama' ha sido un proyecto muy sacrificado. ¿Es algo relacionado únicamente con la animación?
Cualquier proyecto cinematográfico exige su pago en salud, pero la animación, si realmente lo das todo, te lo va a coger todo y te va a pedir más. Para el que no conozca el proceso de animación, suelo poner un ejemplo de la complejidad; imagínate que una película tiene cerca de 900 planos, y cada uno de esos planos pasan por entre diez y doce fases distintas —storyboard, layout, intercalación, color, composición...—, y cada una de ellas tiene algún tipo de corrección.
Si estamos en una media de diez fases con unos 900 planos y unas dos correcciones de cada plano, fíjate en la cantidad de archivos que da. Calcula que las correcciones, en planos que han salido bien, dure unos quince o veinte minutos. Y esto sin contar diseño de personajes, de vestuario, de escenarios...
Lo apasionante de la animación es que empiezas con un folio en blanco. Cada fotograma es un folio en blanco en el que hay que decidir lo que va a pasar. Es entrar por la puerta del estudio un día y salir tres años más tarde. No hay ninguna fase del proceso de animación, si se hace con corazón, que no exija mucho sacrificio y, repito, pago en salud. Es la moneda más cara del mundo. Pero si te apasiona lo haces con gusto.
Para concluir, me gustaría que me dieses tu visión sobre el estado de la animación, porque parece que aún continúa siendo una técnica —que no un género— muy denostada.
Estoy completamente de acuerdo en que la animación es una técnica al servicio de la historia que te está contando, siempre al servicio del espectador. En ese sentido sí creo que están cambiando cosas. Me gusta empezar siempre viendo el lado positivo, y creo que la industria cinematográfica tiene cada vez más personas que ven de esta forma la animación.
Dos síntomas de esto relacionados con 'Memorias de un hombre en pijama' son sus selecciones en sección oficial en Festivales como de Málaga o Tarazona junto a películas de acción real; esto e un síntoma de que la animación y su estado está evolucionando. Al mismo tiempo, desde una perspectiva más amplia, es una buena noticia que festivales de cine —no de animación o imagen real, sino de cine— estén apostando por películas como estas.
Creo que aún nos queda recorrido, nos queda mucho recorrido, pero la cosa está avanzando bien. ¿Me gustaría que fuera más rápido? Por supuesto, pero me aferro a la sensación de ver que se está avanzando por el camino correcto, y hago lo que puedo para ayudar a que continúe por aquí. A día de hoy hay muchísima oferta de animación para todo tipo de público, y esto era impensable hace diez o quince años.
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