Este viernes 22 de febrero llega a Movistar+ la segunda temporada de 'Mira lo que has hecho', la serie de televisión creada y protagonizada por Berto Romero. En ella se retoma la historia donde quedó al final de la primera temporada para ofrecernos otros seis nuevos episodios en los que abordar con más profundidad la relación entre sus dos protagonistas.
En Espinof tuvimos la ocasión de charla tanto con Berto como con Eva Ugarte, la actriz que da vida a Sandra en 'Mira lo que has hecho'. Durante esa conversación ahondamos en algunos aspectos de la segunda temporada como la mayor presencia del drama, la llegada de un nuevo director o qué era lo que se buscaba exactamente conseguir con ella:
- Muchas series en la segunda temporada se atascan al perder el factor sorpresa y pierden la frescura, ¿cómo se manejó eso para que no sucediera en ‘Mira lo que has hecho’?
Berto Romero: Desde la propia concepción. Yo en la primera ya me obesioné con hacer una serie que no se hubiera visto, que era como el leitmotiv de la preparación: por favor, no vayamos a repetir esquemas que ya hemos visto en ‘Seinfeld’, ‘Larry David’, ‘Louie’, etc.
En la segunda yo me obsesioné con cómo no traicionar el espíritu de la serie, porque me da mucha rabia cuando ves una segunda temporada y dices que es otra historia, se han chiflado, entran personajes nuevos rarísimos… Y también cómo no explicar lo mismo, porque daba una pereza enorme volver a más situaciones con bebés ahora con tres.
Todo nace de ahí, esa doble energía. Explicar una historia con los mismos personajes, el mismo universo, pero vamos a cambiar un poco el foco, romper la expectativa. Que imaginas que tendremos tres hijos, pues no, nos colocamos tres meses antes del parto. Y vamos a ver embarazo, que no lo vimos en la primera, y en flashback el embarazo de la primera para contraponerlo con el de la segunda.
Eva Ugarte: Y que el tono estaba muy claro. Lo conseguimos muy claro en la primera temporada y en la segunda todos los actores se incorporaban porque estaba claro el tono y a naturalidad. Eso permite que la frescura no se pierda.
- ¿Va un poco también que por ahí que en la primera temporada hubiese visiones del futuro y aquí se eche la mirada al pasado?
Berto Romero: A nosotros nos gustan mucho las películas de viajes en el tiempo. Yo creo que intentábamos hacer ‘Regreso al futuro 2’ sin poder. Ahí está eso de revisar la primera temporada, es otra forma de viajar en el tiempo, porque nos chifla.
Ya lo hacíamos en la primera, intentar descolocar por un momento al espectador que tenga que hacer un breve ejercicio de ver dónde estoy. Es como lo de volver al flashback de la primera temporada, que la historia acaba aquí pero no, continúa. Ese tipo de ideas nacen de la voluntad de querer estar sorprendiendo constantemente al espectador y de contar la historia de una forma menos lineal y más libre.
Es verdad que en esta hay menos salidas de tono de repente, tipo el futuro o la ensoñación, pero porque esta historia la queríamos contar más a pie de calle, más emocionalmente abajo.
- Eso también hace que se sienta más dramática que la primera temporada, ¿eso cómo lo manejasteis a nivel interpretativo?
Berto Romero: Nos escribimos un poco para pasárnoslo bien a nivel interpretativo. Cómo nos los pasamos con la discusión de la primera.
Eva Ugarte: Brutal. De hecho, terminamos y dijimos “hay que discutir más, yo no quiero hablar contigo sin discutir”.
Berto Romero: Ella ya me hace peticiones a la carta: “me ha encantado esta discusión, nos lo hemos pasado bien ¿sí? ¡Hay que tener otra!”. Yo también, que quiere una discusión, pues te vas a cagar. La bronca de la segunda es increíble.
Eva Ugarte: Y es necesaria.
- También ha habido un cambio de director, ¿qué es lo que ha aportado Javier Ruiz Caldera respecto a Carlos Therón?
Berto Romero: Aquí no vamos a desvestir un santo para vestir a otro. A Carlos Therón hay que reconocerle un mérito que es increíble: encontrar la serie, ese tono tan específico que luego nosotros hemos cogido y hemos desarrollado. Eso hay que dárselo a Carlos. Yo creo que Javi es uno de los directores más completos. Planifica de la leche, explica de forma visual todo de una forma muy clara, casi invisible, pero tú bes la temporada y está rodada de la hostia.
Eva Ugarte: Una sensibilidad, parece que no, siempre destacaba mucho en la comedia, pero te hace llegar a ese punto justo.
Berto Romero: A la gente normalmente se la encasilla enseguida. Javi siempre ha hecho comedias y hay la sensación de que este tío solo sabe hacer esto, pero se mete en terrenos de hondura dramática con la misma ligereza y facilidad. Yo estoy como un niño con zapatos nuevos.
- Eva, una novedad en tu caso es que en esta temporada sale Belén Cuesta interpretándote a ti interpretando a otra persona, ¿cómo te sentiste al verlo?
Eva Ugarte: Berto desde la primera temporada nos abrió la idea de que si hubiese una segunda, Berto va a estar rodando la serie dentro de la serie. Ya me comentó que para pasar la crisis de pareja iban a pasar por eso y yo era muy cómplice del juego. Estando ya rodando y una vez viéndola me acuerdo que una vez vino mi hermana, yo no tenía que rodar y viví de fuera la escena del restaurante, la del casting.
Estaba con mi hermana y con Caldera viendo ahí a Belén, a Carlos y a Berto en el mismo restaurante y de repente hace lo de meterse el guion en el culo y me digo yo a mí misma “¡Pero yo no hago eso!”. No me puedo creer que haya sido víctima del juego de confusión. Está muy bien hecho, incluso para nosotros.
Berto Romero: Toda la segunda temporada está construida sobre ese discurso, de la confusión y el miedo a confundirte. Toda la temporada actúa como otro ejemplo de eso y creo que lo provoca en el espectador. Eso le está pasando a Berto, una persona que tiene la oportunidad de crear su mundo y dictar sus reglas, ser un Dios ahí y reescribir su vida. Tener una discusión en casa y luego irte con tu otra mujer y cambiarle su frase final. Me encanta eso.
- Sobre lo que mencionas de la discusión me da la sensación de que al personaje de Berto también le sucede en otros aspectos como ese miedo a que otro padre le pegue, ¿iban por ahí los tiros?
Berto Romero: Todas las historias que se explican en la segunda temporada hablan de gente que tiene miedo, a equivocarse, no desempeñar bien su papel. Todo es una amenaza. El rodaje es una amenaza, es un lugar al que la gente va a fumar porros y darle patadas a bebés de plástico. Es una presencia ominosa. Y los propios padres del cole también. Todo el rato están buscando enemigos.
En esa trama, como todas las verticales, se intenta aligerar un poco para que no estés todo el rato con la cabeza hundida en el fango.
- Eva, tú de verte en un caso similar al de tu personaje en esta segunda temporada, ¿crees que reaccionarías igual que ella?
Eva Ugarte: Yo le pediría consejo a mi personaje. Es alucinante. Nada más empezar se le ha muerto el padre, ya con todo eso tengo para los seis capítulos. Todo lo que le pasa es tan extremo y Sandra mantiene una energía y un arranque tal que yo le pediría consejo.
Berto Romero: Es un personaje muy fuerte, a nosotros nos encanta. Es nuestro personaje favorito, de los otros dos guionistas y yo. Es el personaje al que le dedicamos más tiempo. Yo siempre pienso que estoy escribiendo una serie para Berto Romero y en realidad lo estoy haciendo para Sandra. Es muy de verdad. Nos gusta llevarlo a sitios donde lo pongamos al límite.
- Por último me gustaría saber cómo surgió el número musical y si fue más complicado de rodar que el resto.
Eva Ugarte: Fue el último día de rodaje, un sueño.
Berto Romero: Cuando nosotros empezamos la primera temporada, teníamos un capítulo escrito sobre el embarazo. Íbamos a empezar antes y luego vimos que era mucho mejor empezar con el parto. Nos había quedado alguna idea de hablar sobre el embarazo y era muy potente la idea de comparar un embarazo cuando no tienes ningún hijo, que es maravilloso, con otro en el que estás ya hasta el coño.
Esa escena es la forma más clara de enseñar eso. El primer embarazo es un musical en el que ellos están preparadísimos y se lo saben todo. El segundo es un cuesco en la noche, un cuesco oscuro y siniestro. De ahí viene, y de la voluntad de hacer arranques de capítulo que te descoloquen, que lo hacíamos más en la primera que en la segunda. Y también que si yo espero que alguien me escriba una escena musical ya me puedo quedar sentado esperando.
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