Hoy 27 de octubre llega a los cines españoles 'El secreto de Marrowbone', la ópera prima de Sergio G. Sánchez, guionista de títulos como 'El Orfanato', 'Lo Imposible' o 'Fin'. En ella vuelta a apostar por el suspense en un drama de terror que ya pudo verse durante los pasados festivales de San Sebastián y Sitges. Con motivo de su lanzamiento tuvimos la ocasión de charlar con él y a continuación os reproducimos el resultado de esa conversación:
- ¿Por qué ‘El secreto de Marrowbone’ es tu primera película y no alguno de tus anteriores guiones?
Cuando escribí el guion de ‘El orfanato’ tenía la intención de que fuera mi primera película. Hice un cortometraje que se llamaba ‘7337’ para intentar conseguirlo, pero acabo de en manos de J (Bayona), la película fue un éxito y entonces empezaron a llamarme como guionista. En todo ese tiempo estuve intentando encontrar una historia que dirigir y siempre me pasaba que cuando llevaba un guion a una productora me decían: “Está muy bien y tenemos al director adecuado”.
Creo que tuve que tener tres películas con éxito para llevar el cuarto y decir esto es oro y lo puedo dirigir yo, imponerme un poco.
- ¿Por qué habéis decidido rodarla en inglés?
Yo me fui a vivir a Estados Unidos con 15 años. Entonces mis primeros recuerdos están un poco mezclados entre España y Estados Unidos. Me salía esa historia así porque mi adolescencia transcurrió allí. Luego también por una realidad de mercado, porque llevamos el guion al mercado de Cannes y se prevendió a 40 países a condición de que fuese en inglés.
Por otro lado, para mí como director si la película es en castellano tienes un mercado más reducido, lo que equivale a menor presupuesto y menos semanas de rodaje. Yo lo recibí con los brazos abiertos.
- Eso también suponía un reparto diferente, ¿en qué te basaste para elegir a los protagonistas?
Son como personajes muy puros. Jane es la bondad y la indefensión, Billy es la rabia pero también el coraje, Sam es la inocencia y el miedo y Jack es un poco todos ellos y algo más. El reto era doble, porque tenía que encontrar el actor más adecuado para cada uno, pero también tenía que creérmelos a todos como una familia. Cuando hicimos el casting tenía opciones para aburrir y en parte fue porque eran idóneos y porque me los creía como hermanos.
- ¿Y en el caso de Anya Taylor-Joy, que sí es un personaje más externo?
Quería alguien muy luminoso y a mí me había gustado mucho en ‘La bruja’ (‘The Witch’). La había visto antes y fui a Sitges cuando me enteré de que iba a ser la película de inauguración para conocerla. El día del estreno la vi enfundada en un vestidazo, con sus tacones y demás y pensé que era demasiado mayor.
Luego empezamos el casting y nuestra directora nos mandó una prueba que había hecho Anya en su estudio y a la media hora me llegó otra prueba que se había hecho en su casa porque no se había quedado contenta. A priori no la veía porque la verdad es que la prueba que hizo no iba del todo bien encarrilada, pero me había sorprendido tanto en ‘La bruja’ que quise hablar con ella.
Hicimos un Skype y cuando conocí a Anya dije que ésta es Allie. Había hecho una prueba como para un personaje más oscuro. Ella solo tenía las separatas, le mandé el guion, tuvimos una conversación y lo tuve claro a la primera. De hecho, fue la única a la que le ofrecí el papel sin hacer una prueba en persona.
- Ya habías dirigido varios cortometrajes y una Tv Movie, pero con un largometraje para cine imagino que la cosa es más complicada, ¿notaste mucho el salto del guion a la dirección? ¿Tenías algún referente?
Mis referentes son todos de cine de suspense clásico, es un poco el cine que me marcó de pequeño. Yo las películas que veía eran de suspense, de finales de los 60, principios de los 70. Cosas como ‘A las nueve cada noche’ (‘Our Mother’s House’), ‘El otro’ (‘The Other’), ‘La semilla del diablo’ (‘Rosemary´s Baby’), ‘Suspense’ (‘The Innocents’), aunque ésta es anterior, pero ese tipo de cine que creo que ya no se hace, más pausado, con el terror fuera de campo, más subterráneo.
En la película no hay ningún momento de gritar con alguien persiguiendo con un hacha y muerta en cámara. Es más recomponer el puzzle y darte cuenta de lo que no has visto. El terror está en cuando comprendes a los personajes a través de las cosas que no te enseñan.
- ¿Cómo llevaste como director los sacrificios que tuviste que hacer respecto a tu propio guion?
Tuvimos que eliminar mucho. El guion era excesivamente ambicioso. Lo rodamos entero y luego sí que tuve que hacer un ejercicio en montaje para comprimirlo un poco porque se nos iba por todas partes. Yo creo que mis tres secuencias favoritas de la película, como secuencias aisladas, no están en ‘El secreto de Marrowbone’, pero a base de esa reorganización creo que la película es mucho mejor que antes.
- ¿Podrías contarnos algo de alguna de esas escenas?
Sí, de hecho hay una que creo que va a salir esta semana como una especie de teaser. Era la escena que abría originalmente la película. Es un plano secuencia de cuatro minutos en el que Jack se despertaba con su cuaderno y oía unos ruidos en la casa. Iba pasando de habitación en habitación despertando al resto. Huían a refugiarse en la fortaleza y cuando ya sentían que la presencia era real salían a enfrentarse y lo que pasaba es que había entrado un oso en la casa.
Era una escena muy chula y espectacular, pero pesaba demasiado. Para llegar a la película que hicimos ese arranque nos llevaba a una estructura en la que lo que es el inicio ahora se convertía en tres flashbacks aislados y, al ponerlos en la película, era tirar de freno y parar la película. Decidí remontarla para quitarme todo el pasado de en medio en los diez primeros minutos y luego contar la historia de forma lineal.
- La casa en la que viven los protagonistas tiene mucha importancia en la película, ¿Cuánto tardasteis en localizar la adecuada y hasta qué punto tuvisteis que transformarla?
La casa que encontramos no tiene mucho que ver con lo que sale. El elemento que me hizo decidirme por el Palacio de Arango fue la escalera. Nos fuimos a ver la casa y la original tiene una torre de vigilancia medieval y alrededor de la torre se fueron convirtiendo diferentes salas. La casa es una especie de Frankenstein que tiene como cuatro lados muy distintos incluso arquitectónicamente que me parecía que encajaba perfecto con la historia.
Pero sobre todo esa escalera que da como tres vueltas y lleva a la nada pensé que era el tipo de elemento imposible de reproducir en un set. Quería una casa que crujiese y poder moverme de dentro afuera, estar en un entorno idílico de verdad. Una de mis grandes frustraciones con ‘El Orfanato’ fue tener que rodarla en plató. No quería una película con cromas en las ventanas y quería que todo tuviese luz natural. Xavi Jiménez, el director de fotografía, hizo un trabajo sensacional para que casi toda la película estuviese rodada así.
Nos recorrimos toda Asturias, no fue la primera opción. De hecho, yo creo que ya podría hacer como un catálogo entre lo que busqué para ‘7337’, ‘El Orfanato’ y ‘El secreto de Marrowbone’ creo que todo catalogados todos los caserones abandonados en Asturias. Ésta tenía el tamaño necesario para rodar la película como yo la quería rodar.
- Imagino que la ubicación de la historia iría cambiando a través de las reescrituras
Bueno, en la ficción la película transcurre en algún lugar indeterminado de la costa noreste de Estados Unidos. Escogí Asturias porque cuando haces tú primera película intentas poner de tu parte todo lo posible para que sea algo personal y esos son los paisajes en los que yo me crié. Los sentía muy míos y creo que, de alguna forma, me iba a sentir en rodaje que yo conocía ese mundo.
Bueno, y si te fijas, la línea de latitud es exactamente la misma que en Maine, que es donde transcurriría en la ficción. Luz similar y paisaje no exactamente. El universo real de mi infancia y de la ficción de películas que me interesaban de pequeño se parecían mucho. Ese punto ‘Cuenta conmigo’ (‘Stand By Me’) que tiene. Me recordaba todo ese mundo y me parecía adecuado.
- Mencionabas antes la utilización de la luz natural, ¿hasta qué punto fue eso un reto para Xavi Jiménez?
Xavi es hipermeticuloso con la luz y hay unas determinadas horas de luz del día en las que le gusta rodar. Lo hacíamos muy pronto por la mañana. Los momentos que buscábamos eran cerca del amanecer y el atardecer. En las horas en las que el sol caía de lleno nos movíamos a interiores o a plató para no utilizar esa luz tan dura.
Él utilizó un sistema de toldos en las ventanas, por arriba y por abajo, con las que podía bloquear la luz o rebotarla al interior. Lo más que utilizábamos era alguno de estos toldos o pantallas para reflejar luz, pero todo era la luz que teníamos ahí.
- El apoyo de Mediaset también debió ser fundamental, que es además la compañía que luego da un mayor apoyo publicitario a sus películas, ¿hasta qué punto fue determinante su presencia para que se hiciera ‘El secreto de Marrowbone’?
Completamente determinante. Llevaban mucho tiempo deseando respaldar mi debut en la dirección y siempre estuvieron ahí. El tipo de cine que me gusta está muy cuidado en lo visual y lo sonoro, y no quería hacer una película a cualquier precio, sacrificando así ciertos elementos. Tardó en llegar, pero una vez que entramos sabíamos que íbamos a por todas.
Muchas veces digo que me encantaría hacer una película de terror como si la hubiese rodado David Lean. Eso necesita un tiempo y un nivel de ambición. Ya me gustaría a mí, porque es un ídolo, evidentemente no me estoy comparando, aunque le he intentado hacer algún guiñito como el plano en el que Porter está espiando a Jack y Allie en la playa, con la arena deslizándose, que es mi pequeño homenaje a ‘La hija de Ryan’ (‘Ryan’s Daughter’).
- Teniendo en cuenta que las películas con el apoyo de Mediaset suelen funcionar bastante bien en taquilla, ¿por qué crees que el resto no se implica tanto en la promoción?
Es el gran misterio. Muchas veces a Mediaset se le critica promocionar en exceso sus películas, pero tenemos muy pocos outlets donde dar a conocer lo que hacemos. Muchas veces te encuentras a gente que va a promocionar la película a ‘El hormiguero’ y se habla de todo menos de la película, es como una anécdota. Viene aquí Cara Delevingne que tiene ‘Ciudades de papel’ (‘Paper Towns’) y luego hace su show, que es muy entretenido, y se te olvida que viene por una película. Luego se estrena y no pasa nada.
A mí lo que me da pena es el caso de televisión española, que se involucra con otro tipo de perfil de películas quizá más arriesgadas y personales porque las películas que hace las pagamos entre todos. Y deberían darse a conocer. Yo no sé por qué un canal público no crea ese espacio para que como mínimo se conozcan. El espectador nunca va a ir a ver una película que no sabe que existe. Eso es muy triste.
Sí, hablan de la película en el informativo, pero todos los días nos comemos 20 minutos de fútbol como si fuese lo más normal del mundo. ¿Por qué te resulta chocante que se hable de cine, danza o literatura pero nadie protesta por esta invasión constante del fútbol? No sé, creo que habría que perder un poco el pudor a lo que promocionamos y no necesariamente entenderlo como algo invasivo. Lo que sí hacen es dar a conocer el productor y en tu mano está si quieres verlo o no.
- No quiero entrar a hablar de los detalles de su final para quien no la haya visto, pero sí que en este caso va a influir especialmente para la lectura que la gente haga de la película, ¿hasta qué punto crees que es bueno que el final marque tanto todo lo demás?
Marca porque te puedes acercar por primera vez a la historia y leerla como un relato de fantasmas y cuando llegas al final la puedes volver a leer otra vez y es otra cosa. Mi mayor reto en todo momento era contar una película que en realidad eran dos. La película está trufada de pequeños detalles que quizás no aprecies la primera vez y un segundo visionado te lleve a entenderlo mejor cuando centres toda tu atención es casi otra película.
Una de las cosas que me sorprende es que se hable de ella como una película de giro cuando es una especie de muñeca rusa que no tiene uno, tiene cinco. Cada vez que crees que entiendes de qué va a ir la historia pasa algo que te descoloca, pero está todo pensado para que la película funcione como un espejo roto, un puzzle que has de montar para entender cómo funciona. Y cuando ya lo sabes es cuando la película es convierte en otra historia.
Para mí es el reto de la película, es arriesgado y, bueno, la he visto ya siete veces con público y notas que hay gente que quiere entrar en el juego y la película acaba emocionándoles mucho, pero también hay quien prefiere una narración más lineal y se sienten como abrumados, en plan de para ya, no hace falta tanta vuelta.
- Apuntas que hay varios giros ahí, ¿no crees que hay espectadores que llegarán a un punto en el que simplemente se salgan de la película?
Puede ser, sí. Yo quería contar esta historia y contarla así. Lo que no he querido hacer, contrario a la percepción que siento que se tiene, es crear un artefacto pensado para agradar a todo el mundo. He hecho una película con una estructura que no había visto antes, llevándola a un sitio que siento muy personal. Lo que te cuenta es cómo la gente que quieres pasa a formar parte de quien tú eres y eso no hay nadie que lo pueda romper.
En ese sentido estoy muy contento. He tomado muchos riesgos que entiendo que haya gente que no entre, pero había una frase que decía mucho en el rodaje: “Los errores que cometa quiero que sean mis errores”. No quiero hacer una película que sea menos ambiciosa de lo que me gustaría por intentar llegar a todo el mundo.
- Hay otro detalle sobre el personaje de Anya Taylor-Joy que llama la atención porque la película también tiene algo de cuento y su personaje es el que parece guardar más puntos de contacto con ese tipo de relato
No lo basé en nadie. Allie es un personaje casi mágico, casi un hada. Ella es la guardiana de los cuentos y ha improvisado una biblioteca que no es una biblioteca de verdad, pero le interesa la ficción. Su encuentro con los niños lo disfraza casi como un cuento de hadas en la Roca de la Calavera haciéndose pasar por una prisionera de una bruja roja que luego no tiene nada que ver con lo que viene después.
Esta figura de como guardiana de los cuentos que al final toma una decisión de preferir esa ficción al mundo real la convierte en un personaje especial que vela por preservar la magia en un mundo que no tiene nada.
- ¿Estás trabajando en algún otro proyecto?
Sí, estoy con una película que quiero rodar el verano que viene y en una serie. Sigo en el fantástico pero mucho más luminoso, entre aventuras y comedia. De la serie no te puedo decir nada, pero lo sabréis muy pronto. Son dos internacionales inmensas que no quieren que se sepa nada.
- ¿En emisión o estrenos?
Todo estreno, nada preexistente.
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