Seguimos charlando con los responsables de 'El reino', una de las películas españolas más esperadas del año. Tras llevarse todo tipo de parabienes en San Sebastián, esta historia de un político corrupto en la escalofriante España de principios de este siglo refuerza la idea de que dentro del cada vez más poblado género del thriller ibérico, las propuestas con más fuerza tienen su origen en la realidad.
Sus dos protagonistas, Antonio de la Torre y Bárbara Lennie, nos hablaban de la dificultad de encarnar a personajes nada positivos, asi que hemos trasladado las mismas dudas al director y coguionista de 'El reino', Rodrigo Sorogoyen, así como a su coguionista habitual, Isabel Peña, con quienes hemos charlado de los intríngulis de esta mezcla de suspense castizo y crítica social.
- ¿Cuando escribíais el guión erais conscientes del riesgo de romantizar al delincuente y de los peligros a la hora de empatizar con el espectador?
RS: Eramos muy conscientes de ambas cosas: de que era un riesgo romantizar, y me acabo de acordar de que en algún momento pensé "Quizás lo estamos entendiendo demasiado". Pero era un miedo que hace mucho que desapareció.
IP: Teníamos ese miedo, y a la vez, el de "No vamos a conseguir que la gente empatice". Vivimos en el miedo (risas)
RS: Hemos sido conscientes del riesgo, pero la reacción que nos ha llegado en ese sentido a mí me satisface. Creo que la mayoría de la gente con la que hemos hablado del tema ha "leído" lo que queríamos contar, que en una frase -que es una generalización y, por tanto, injusta- podría resumirse en "Me jode que este hijoputa me caiga bien". Mucha gente nos ha comentado que se sentía incómoda con lo que contaba la película, pero siempre para bien. Es una película que puede llegar a agitar al espectador por dentro, y eso siempre se agradece.
IP: Pero es que esa empatía es parte temática de la propia película, así que nos esforzamos mucho en conseguir que conectara con el espectador, porque si no la tesis de la película se viene abajo. Eso sí, a mí me gustaría hacer un matiz: romantizar nunca, pero empatizar, a tope.
- Es una película donde la influencia de los clásicos está muy clara: ¿cuáles han sido vuestras grandes inspiraciones en 'El reino'?
RS: Siempre tenemos presentes muchas películas, algunas de ellas muy obvias temáticamente. Pero por ejemplo, 'El profeta', que para nosotros es una película de cabecera total en el cine moderno, y no tiene nada que ver en la ambientación o el argumento, pero sí en la estructura de seguir todo el rato la epopeya de un solo personaje sin separarnos de él. La revisamos para ver cómo funcionaba, cómo iba repartiendo momentos de trama y de personaje, cómo se sostiene la narración. Y luego, las políticas tipo 'Todos los hombres del presidente', 'JFK', donde hay que dar muchos datos, lo que siempre es un riesgo.
IP: Sí, y 'Uno de los nuestros', no solo porque a fin de cuentas es la historia de cómo funciona una organización, criminal en este caso. Es que también cuenta la historia de un personaje, el de Ray Liotta, que hace un viaje similar al de nuestro protagonista.
RS: Por eso volvemos a la idea de romantizar a los personajes protagonistas. En 'Uno de los nuestros' estás todo el rato al lado del protagonista, no quieres que le pase nada malo, pero al final no es más que un cabrón...
- Sois el estandarte del nuevo thriller ibérico que está arrasando en taquilla y también entre la crítica. ¿Estáis cómodos con la etiqueta?
IP: Suena muy bien (risas)
RS: Toda etiqueta tiene sus matices, pero esta nos parece estupenda. No me parece extraño que nos la cuelguen.
IP: En cierto modo, yo me siento contenta de formar parte de esa etiqueta, porque casi todas las películas que entran en la categoría me gustan, así que es una alegría.
- ¿Cómo preparasteis el trabajo con los actores, manejasteis referentes reales o preferisteis que fuera todo una creación aislada?
RS: Con Antonio es muy sencillo trabajar en ese sentido, porque es un apasionado de la veracidad y la realidad, y llega un momento en el que deja de lado la técnica y se centra en encontrar el alma de su personaje. Pero para llegar hasta ella necesita conocer mucho, entender mucho, vivir mucho... Por eso para prepararlo nos entrevistamos tanto con políticos que podrían estar cerca de nuestro protagonista como gente, tipo periodistas y demás, que podían ayudarle bien en el trabajo de composición. Cuando escribimos el guión sabíamos que iba a ser Antonio de la Torre y por eso no nos tuvimos que preocupar demasiado por los matices en los diálogos y demás, porque él es un genio de la expresión.
- Llevas trabajando desde tu primera película con el mismo director de fotografía, Alejandro de Pablo. ¿Cómo es vuestro proceso de trabajo, os ayuda llevar tanto tiempo colaborando?
RS: Muy a gusto, llevamos tres películas, ahora vamos a hacer la cuarta, y todo es muy fluido. Él para trabajar necesita referencias, primero necesita entender lo que yo tengo en la cabeza, y cuando lo comprende me va dando opciones que descartamos o escogemos. Creo que cada vez hay menos diálogo entre nosotros dos en el buen sentido, y lo noto mucho ahora en la película que estamos preparando. A los dos nos gustan los retos, que nos fijamos constantemente, nos gusta salir de la zona de confort.
Hay directores que prefieren ir cambiando siempre de colaboradores, pero aunque yo encuentro lo positivo de cambiar, y entiendo que te enriquece, estoy tan cómodo trabajando con los mismos socios (también lo hago con el guión, en montaje, en música...) que prefiero crecer con ellos antes que hacer cambios.
IP: Es verdad que cuando empezamos a colaborar, éramos todos completamente nuevos (salvo tú, que habías hecho ya '8 citas'). Pero desde fuera veo la evolución de todos tus colaboradores habituales (y la tuya, por supuesto) y se ve cómo habéis madurado, buscando cosas nuevas y nuevas formas de expresaros.
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