Sin hacer ruido, 'Adoration', la última película del cineasta belga Fabrice Du Welz, se llevó cuatro premios de la última edición del Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña. Aún sin una fecha concreta ni distribución en España (su obra maestra, 'Alléluia', nunca llegó a nuestros cines fuera del circuito de festivales), es justo y necesario reivindicar a un cineasta de raza, arriesgado y con un gusto exquisito que se apoya constantemente en la fuerza de sus imágenes.
El amor loco
Aprovechando su presentación de cara al estreno francés, que llegará junto al belga el próximo mes de enero, nos citamos con el director y con su protagonista y revelación de su película, la joven Fantine Harduin, para charlar sobre el amor, la vida, el cine y los rodajes más o menos placenteros.
Kiko Vega (KV): La mayoría de tus historias son relaciones complicadas entre ambos sexos, pero tu fijación por ese amour fou arrancó con 'Calvaire', donde no hay ni rastro de mujeres. ¿Qué problema tienes con el amor?
Fabrice Du Welz (FDW): No lo sé. Para mí es un punto de partida realmente fuerte. Es todo lo que tenemos. En un principio no era nada personal, era casi inconsciente, también en mi cortometraje ('Quand On Est Amoureux C'est Merveilleux'). Me parecía una manera sencilla de hablar de lo que necesitamos, de lo que perdemos y lo que queremos y proyectamos. Así que creo que lo construí desde ahí. Creo que en 'Calvaire' incluso era divertido y profundo al mismo tiempo. El balance entre profundidad y oscuridad, esa ceguera, el proyectar algo en otra persona, me pareció excitante.
En 'Alléluia' fue un paso más allá. Ahí trato con una obsesión real, la forma en que puedes entregarte a otra persona, la idea de la posesión más visceral, física, sexual. Es mucho más brutal. En 'Adoration' la idea era apreciarlo desde el lado más puro de todos estos aspectos. El absoluto sentimiento dorado del amor. No tengo respuesta a la pregunta "a quién podemos amar". La pregunta que me hago es "cómo podemos amar de una manera más pura". Por supuesto que la locura y el amor van muy unidos en mi trabajo, pero también la fe.
KV: Cierras una trilogía espectacular sobre el amor y el dolor en las Ardenas. ¿Es el final de una etapa?
FDW: En primavera rodaré mi nueva película, 'Inexorable', donde tendremos de vuelta a Gloria (los personajes femeninos de 'Alléluia' y 'Adoration' responden a ese nombre), ahora con 24 años, y volveremos a las Ardenas, pero probablemente sea algo diferente. Rodaremos con un nuevo equipo y un estilo algo diferente, ¡creo!. Pero sí, con 'Adoration' creo que se cierra una etapa que me ha servido para crear algo nuevo.
KV: Durante buena parte de su metraje 'Adoration' luce como tu película de terror más clásica, de las que ya no se hacen. ¿Cómo ves el género de horror ahora mismo?
FDW: Estoy dispuesto a caer rendido ante el género siempre, como cuando era un adolescente. La gente habla de 'Midsommar' y cosas así, que me gustan mucho, están realmente bien, pero no me vuelan la cabeza como las películas de entonces. 'Amenaza en la sombra', 'La matanza de Texas', 'Rojo oscuro'... ese cine cambió mi vida. Quizás ahora es que soy demasiado viejo para volver a sentir lo que sentí con 'La noche del cazador', de la que algo hay en 'Adoration'. Es como el primer amor. Es tan brutal que luego nunca es lo mismo. Cuando vi la película de Hooper no pude dormir en una semana. Joder, yo quería hacer esas cosas. Por entonces yo siempre esperaba que las películas me llevasen al límite. Igual que con el amor.
KV: Y lo hiciste, porque 'Calvaire' se miraba en ese espejo.
FDW: Puede que no como cineasta, pero sin duda como cinéfilo, sí. Quería hacer películas que me transmitieran esa misma sensación. Y me pasa lo mismo cuando me enamoro. Quiero caer en una locura total, como la primera vez. Pero hoy no puede ser, todo ha cambiado. Como cineasta intento hacer algo que se meta bajo la piel, algo que puedas apreciar con todos los sentidos.
KV: Has mencionado 'Amenaza en la sombra', una de las películas que más resuenan en tu cine, especialmente en 'Vinyan'. Tras ella estuviste desaparecido seis años, y ahora has rodado cuatro películas en cinco años. ¿Estás recuperando el tiempo perdido?
FDW: 'Vinyan' fue una gran decepción personal. Adoro haber podido hacerla, me siento afortunado. Fui más allá de mis límites, hice algo especial. Pero también fue algo realmente inconsciente. La recepción fue realmente mala, horrible. Fue muy doloroso, empecé a pensar que no sabía qué cojones estaba haciendo. No quería ser un director "maldito". Joder, ¡quería ser un director mainstream! Por supuesto que eso era un sueño de juventud, sé que nunca lo seré. Intenté hacer una película francesa y salió mal. Luego me fui a Hollywood. ¿Sabes? llegó el momento de ser yo mismo. Ahora tengo experiencia, conozco la decepción y soy más fuerte que nunca. Ahora puedo hacer la exactamente la película que quiera. Con un rango de presupuesto bajo, pero puedo hacerlo. Y eso es algo que en Estados Unidos no pude hacer. Aprendí muchísimo, pero nunca volveré a los putos Estados Unidos en esas condiciones. Quiero tener el corte final y no reunirme con el editor una y otra vez para que me cuente qué han decidido los productores. Quiero trabajar en con mi propio material. Eso es exactamente lo que quiero hacer.
KV: Creo que tu película para Netflix era muy valiente a la hora de abordar un tema tan escabroso como el Hollywood que muestra.
FDW: Créeme que podía haber sido mucho, mucho mejor. Tenía el material para que fuera así, pero los productores comenzaron a tener miedo de todo, especialmente del presupuesto, y pensaron que lo mejor era hacer algo mucho más anodino y estándar. Y ese no fue el trato al que habíamos llegado. Íbamos a hacer algo realmente fuerte. No estoy contento con la película. Trabajar con ese reparto fue asombroso. Chadwick Boseman, Luke Evans, Alfred Molina... es increíble trabajar con esa gente, pero el proceso de montaje fue una locura. Prefiero estar aquí, trabajar más y mejor. Me siento fuerte y ya no me importa cómo pueda verme la gente como director. Quiero ser yo mismo, jódete. No me importa la opinión de los demás. Mi madre decía que elegir es renunciar, y yo ahora he decidido elegir.
KV: Los personajes de 'Adoration' podrían ser la versión joven de los de 'Alléluia', ¿es muy diferente la forma de dirigir a unos y otros?
FDW: Es igual. La forma de trabajar con Lola Dueñas o Fantine es la misma, porque ambas son actrices llenas de pasión y compromiso. Y eso es lo más importante para mí. Creo que la locura de Lola canibalizó aquel rodaje. Lola estaba jodidamente brillante, y Fantine también, pero a un nivel distinto, porque su locura no es la misma. Nunca he visto a Fantine como una niña. La elegí y al empezar a trabajar hubo voces que temían un rodaje complicado, porque saben que soy exigente, pero no fue doloroso. Fui muy exigente con ella, mucho, pero a ella le gusta y supo manejarlo. Es una jodida artista. Una gran actriz.
KV: ¿Crees que Thomas Gioria necesitará unas vacaciones después de encadenar 'Custodia compartida' y tu película?
FDW: ¡No! Si estuviera aquí lo entenderías. Es un chico que lo tiene clarísimo. Sabe por lo que está luchando y lo que quiere. Es otro jodido artista. No quiere una casa en Malibú, quiere interpretar. Quiere pelear y expresarse.
KV: Finalmente te encuentras con Benoît Poelvoorde. ¿Estaban condenados a cruzar sus caminos el director y la estrella más potentes del país?
FDW: Adoro a Benoît. Llevo quince años queriendo trabajar con él, pero siempre decía que no, siempre pasaba. "No quiero, no quiero". Pero me ha encantado trabajar con él. No siempre fue fácil, tengo que reconocerlo, y probablemente volvamos a trabajar juntos. Es un actor duro. Tienes que pelear contra sus demonios, pero yo también tengo los míos. Creo que su interpretación es realmente conmovedora.
KV: Sin duda, y hace mucho por convertir tu película en tu historia más amable y tierna, aunque sea 100% Fabrice Du Welz.
FDW: Es la vida. Siempre es dolorosa, lo sabes. Va a doler. Pero creo que es liberadora cinematográficamente hablando. Incluso 'Alléluia' lo era en un sentido más oscuro. O 'Calvaire'. Es una liberación a través de la locura, pero qué es la locura. No lo sé. ¿Es amor, es fe? No lo sé. Estamos vivos, joder. No estamos aquí para ver las noticias tirados en un sofá. Tenemos una vida y tenemos que quemarla.
KV: ¿Ha sido tu rodaje más ligero?
FDW: Absolutamente. El más sencillo. Aquí, no sé si por los chicos, que tienen la edad de mis hijos y jugaban juntos en el set y se han hecho amigos, no sé, o por el verano. He tenido rodajes horribles, realmente jodidos. Pero esto fue un verano de amor. Fue muy exigente pero teníamos la sensación de estar construyendo algo juntos.
KV: Repites con Vincent Cahay en la banda sonora y con Manuel Dacosse, un director de fotografía descomunal.
FDW: Vincent es un amigo cercano y sé que puedo tener lo mejor de él. Estaba muy obsesionado con las primeras bandas sonoras de Guillermo Del Toro. La idea del cuento de hadas estuvo muy presente desde el principio de la producción.
KV: Te permites un cameo sorpresa en la película
FDW: Sí, ese es mi ego haciendo su trabajo.
Tras un rato de charla informal sobre las últimas películas de Quentin Tarantino y Ben Wheatley llega el momento de hablar un ratito con una de las dos estrellas de la función. Con tan solo 14 años, la increíble actriz belga Fantine Harduin (FH) tiene un increíble futuro por delante.
KV: Empezaste con 'El viaje de Fanny' y ahora te encuentras en otra huída, más adulta, más dolorosa y cercana. ¿Cómo afrontas el papel de Gloria?
FH: Cuando rodé 'El viaje de Fanny' tendría 10 u 11 años, ahora he crecido, soy una persona más madura. Es normal, ahora no podría rodar el papel de una chica de esa edad, ya no soy esa persona. He dado este paso con ayuda de Fabrice. Él ha sido de mucha ayuda para dar sentido a todo y estoy muy feliz por ello.
KV: Has pasado de Michael Haneke (‘Happy End’) a Fabrice Du Welz. ¿No crees que va siendo hora de pasar a una comedia agradable?
FH: Nunca he hecho comedia. Creo que todo el mundo piensa que soy una asesina. Aquí quiero matar a todo el mundo, quiero matarme a mi misma... me encantaría hacer una comedia, sí, para cambiar un poco el tono de mis personajes. Pero adoro hacer dramas, creo que son un reto enorme para mí. No me gustaría estar con la agenda llena de cosas sencillas, me gustan los retos.
KV: ¿Hay mucha diferencia a la hora de trabajar con dos directores tan personales como Haneke y Du Welz?
FH: Sí, desde luego. Michael Haneke fue realmente amable conmigo, pero sabe qué es lo que quiere, y lo que quiere es algo que debes hacer exactamente como él quiere que sea. A veces eso lo complicaba un poco, porque tal vez yo no veía con claridad qué es lo que quería, y podía ser algo difícil. Con Fabrice tampoco ha sido fácil, pero sí ha sido diferente. Haneke no habla nunca, y Fabrice habla incluso durante la escena. Eso es realmente extraño comparado con otros directores, sobre todo con Haneke. Y creo que eso realmente me ayudó mucho a saber qué es lo que él quería.
KV: Ok, o sea que los dos están locos.
FH: Oh, sí, puedes escribir eso.
KV: ¿Te daba miedo el personaje de Gloria?
FH: No, no tenía miedo de ella. Sé que puede ser peligrosa, pero también sé que no es una persona malvada. Ella no quiere herir a Paul, de hecho es la única que lo entiende, solo que está enferma y por eso hace esas cosas. Creo que ama a Paul de verdad.
KV: ¿Cómo fue tu relación con Thomas Gioria?
FH: Es un actor con un talento increíble. Me impresionó mucho su trabajo. Nos hicimos buenos amigos desde el momento en que nos conocimos. Creo que es un gran actor con grandes inquietudes.
Imágenes cortesía de The Jokers Films
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