Hoy viernes 29 de abril llega a los cines españoles 'La noche que mi madre mató a mi padre', la nueva comedia escrita y dirigida por Inés París, responsable de cintas como 'A mi madre le gustan las mujeres' o 'Miguel y William', en la que el gran Eduard Fernández da vida a uno de los personajes principales. Con motivo de su estreno, tuve la ocasión de entrevistar a ambos por separado y más abajo encontraréis lo más interesante de ambas charlas.
- ¿Cómo surge la idea de ‘La noche que mi madre mató a mi padre’?
Inés París: El germen inicial es una cena de amigas. Durante la cual, una de ellas dijo: “Hace un año tuve la peor idea de mi vida, que fue invitar a una comida familiar a mi ex”. Desde ese momento yo ya no me enteré de qué pasaba en la cena porque empecé a pensar que ahí había una buena película.
Después me ocurrió que, dándole vueltas a por dónde tirar en ese tipo de película, pues mira una película francesa de relaciones, nuevas relaciones, que también en ‘A mi madre le gustan las mujeres’ hablé de eso, pero decía que tiene que haber algo, tiene que pasar algo en esta película que sorprenda al espectador y le enganche. A mí me gusta que una película me sorprenda, si no, me aburro. Además, los guionistas tendemos a saber qué va a pasar.
Le di muchas vueltas, pero hay momentos en los que te sientas, piensas y no se te ocurre nada. A mí se me ocurren muchísimas cosas cuando recojo la cocina y recuerdo perfectamente que estaba poniendo el lavaplatos cuando dije: “Ya está”.
- Eduard, ¿qué fue lo que te sedujo de ‘La noche que mi madre mató a mi padre’ para querer participar en la película?
Eduard Fernández: En primer lugar, que fuera una comedia. La gente tiene una imagen de mí muy seria, pero hacer reír a la gente también me gusta, y es de lo que más me atraía. Por otro lado, siempre es importante entenderse con el director, pero yo creo que con una comedia algo más, y me entendí muy bien con Inés y con los compañeros, que me permitía cada día estar muy creativo. La comedia es cansada, requiere mucha energía, y a mí me gusta aportar dentro del guion, de la partitura que tienes que tocar cada día.
- De tus sugerencias, ¿qué es lo que acabó llegando a la película?
Eduard Fernández: Muchas cosas. Decir esto así en general es difícil para la gente de fuera, porque son cosas muy pequeñas diarias, aunque también hay otras que no como ir media película con un pantalón de pijama. Eso no estaba en el guion. Me contó una anécdota Inés y yo dije que este hombre que está hasta las narices yo creo que en un momento dice: “Yo me pongo el pijama” Y se lo pone. Acordamos si una parte o las dos, al final me quedé con los pantalones. Como eso hay mil cositas.
- La película está protagonizada por personajes vinculados al mundo del cine, ¿te basaste en gente que conocieras para construirlos?
Inés París: Evidentemente, es una película que retrata un entorno que yo conozco, no solamente el cine, sino el mundo también de los escritores, los pintores, los artistas, etc. Pero sobre todo el mundo de las nuevas familias, es decir, la gente que es pareja pero ha tenido un hijo con el ex y tienes hijos con el uno y con el otro. Todo ese universo que conozco mucho.
Luego nunca te inspiras plenamente en alguien. Cada personaje tiene rasgos y cosas. Yo me acuerdo con la directora, que cuando estuve escaletando la película con Fernando Colomo decíamos mucho: “¿Pero ella cómo es? ¿Es como Isabel Coixet, es como tú…?” Pues mira, es una mezcla, por ejemplo tiene un rasgo físico, que ese pelo que le cae más oscuro, que es un mechón de Susan Sontag, porque para mí era un modelo de mujer que ha necesitado ser muy controlada para llevar adelante su vida.
En Isabel (el personaje de Belén Rueda) algunos de los rasgos son míos, como que yo soy para el trabajo muy organizada, pero para la vida doméstica soy un desastre. Esto de que la nevera de pronto esté vacía o quieras hacer tantas cosas que no llegas a recoger a los niños al colegio.. A mí me ha pasado. Pero todos tienen mucha mezcla de cosas de aquí y de allá.
- La relación entre los personajes está marcada por la desestructuración del modelo habitual, ¿cuál fue la clave para conseguir equilibrarlo con la historia y que la película no se resintiera?
Inés París: Yo creo que lo más importante al hacer un guion es tener una estructura muy bien hecha, que básicamente es una dosificación de información, pero todo esto no va a funcionar si los personajes no son muy de carne y hueso. Cuando yo digo no quiero decir que no pueda ser creíble un marciano, lo que quiero decir es que están construidos con mucha coherencia y que te crees que los actores son ellos. Personajes potentes y fuertes, pero creados orgánicamente y muy de verdad. Eso te permite ir a donde te haga falta.
- ¿Creaste a los personajes con todos los actores ya en mente o alguno fue a posteriori?
Inés París: Sí que escribí el personaje de Isabel pensando en Belén Rueda porque quería darle la oportunidad de demostrar lo buenísima actriz que es también en un papel de comedia. Creo que es un género muy difícil y es donde se mire realmente un actor o una actriz. También tenía en la cabeza a María Pujalte porque con ella he trabajado mucho desde mis cortos. Y Eduard Fernández también le tenía en mente.
En cambio, no Fele, no Patricia, que aparecieron después pensando en el casting, y no Diego Peretti, porque esta película incluso tuvo una primera versión para que el actor que hace de sí mismo fuera John Malkovich, y cuando esto no se consiguió lo incorporé a la película. Después fuimos pasando por diferentes alternativas buscando a ver quién nos respondía y le interesaba hasta que al final coincidimos la productora y yo en que Peretti era muy buena opción. Entonces tuve que estudiarme cómo era Peretti y cambiar el guion.
- En el caso de Eduard Fernández el público no está nada acostumbrado a verle en papeles cómicos, ¿qué te hizo pensar en él?
Inés París: En el caso de Eduard ya nos conocimos cuando hice ‘Semen, una historia de amor’ para ver si hacía el personaje que hace Ernesto Alterio, pero a mí no me parecía un buen personaje para él. Es un actor extraordinario, pero yo ahí no le veía. Eduard tiene esta cosa de un hombre intenso, lo es él, tiene una mirada fantástica, intensa, y para esto era ideal porque es alguien que se toma muy en serio todo, hasta a sí mismo.
Yo Eduard, además de que le admiro mucho, le conozco muy bien como actor. He seguido todo lo que ha hecho siempre. En aquella oportunidad no pudimos, y aquí yo ya quería verle.
- Eduard, ¿por qué crees que existe esa imagen de ti de actor intenso?
Eduard Fernández: Porque la gente cree lo que ve. Si me has visto siempre en papeles intensos, se cree que lo soy. Por eso me apetece también que se me vea en una comedia para decir “Ah, bueno”. No sé si también soy intenso en la comedia, pero me apetecía mucho tocar ese color, porque creo que tiene un ingrediente más. Yo creo que hay un punto de oficio que hay que tener, porque hay un tempo que tiene que estar en la actuación. La comedia tiene un tempo particular que es pam, pam, pam y ja.
- De tu personaje llama la atención que es el que está más comedido, sereno, ¿cómo llevaste eso para equilibrarlo con la comedia, con la necesidad de hacer reír al espectador?
Eduard Fernández: Porque el personaje es gracioso, un tío que piensa que todo el mundo es subnormal. Tiene mucha gracia, creo yo. Y que esté amargado, y que no soporte nada. Yo creo que es un buen personaje de comedia y que no había que ir hacia otro lado, sino incidir en eso, en que es que esto es un desastre. Había que ahondar en ese sentimiento, y cuando más, mejor. Y me lo pasé muy bien haciéndolo.
- Para preparar el personaje, ¿tuviste algún referente?
Eduard Fernández: No, yo no hago nunca eso. Me basé en el guion, lo que hablamos con Inés. Inés me dijo eso, sobre todo, piensa que para él todo el mundo es subnormal, todos los que están ahí. Y eso ya me hizo gracia.
- ¿En algún momento durante la escritura del guion estaba prevista la aparición del fontanero cuando la cena ya estaba en marcha?
Inés París: No, pero hubo versiones en las que llegaba la policía, pero lo del fontanero no, en ningún momento. Sí ha habido versiones en las que ha llegado de todo e incluso en la que la casa la quemaban al principio.
- Y en lo referente al trabajo de dirección, ¿cuál es la escena que más problemas te dio para ejecutarla como querías?
Inés París: La escena más complicada de rodar, por cuestiones de falta de presupuesto, es la de la caída del coche. Sólo podíamos tirar un coche, y ni siquiera podíamos rescatarlo, así que sabíamos que era todo a una. El coche tenía que caer al tiempo que ellos estaban hablando… si no llega a salir bien, no sé qué habría hecho. Hubo muchos nervios y angustia para que pasara bien… y pasó bien.
Además, disfruté mucho, mucho, mucho de la fiesta que hay después de la cena, porque ahí planificando es cuando empecé a pensar que íbamos con María Pujalte y que la cámara de alguna manera también danza mucho con los personajes. Con ella va recorriendo el salón, sale fuera para encontrar a Ángel, vuelve a entrar con él. Pasamos al punto de vista de él viendo cómo su mujer baila con Peretti. Cuando Belén llega y coge la bandeja, nos marchamos y nos convertimos en Belén..
Esa idea de que la cámara transitara al punto de vista de cada uno de los personajes me gustaba mucho cómo la pensé y cómo quedó.
- Mientras escribías el guion, ¿tenías en mente alguna película como referente?
Inés París: Yo normalmente no escribo pensando en eso. Yo escribo observando la vida y seguramente influida más por la literatura que por el cine, pero para esta película sí que había referencias claras para mí. Muy inicialmente dos, que eran ‘Misterioso asesinato en Manhattan’, por la ironía a la hora de retratar el mundo de la burguesía ilustrada, y ‘Un dios salvaje’, por unos personajes que empiezan siendo muy educados y luego se convierte en demencial.
En la búsqueda del tono de la película me revisé tanto ‘Arsénico por compasión’ como ‘Un funeral de muerte’, porque también eran personajes en una situación en la que había algo un tanto siniestro por el medio y, sobre todo, porque es una película en la que llega el más absoluto desmadre y te descojonas todo el rato. A mí me divierte muchísimo y me lo creo todo. Esa la volví a ver para animarme en que no tenía que cortarme.
- Antes mencionabas el cine francés, ¿por un casual te inspiraste en las comedias de ese país para la elaboración del cartel de la película?
Inés París: Bueno, los directores no solemos tener mucha influencia en los carteles. A mí el cartel me gusta mucho y alguien me ha dicho también que le recuerda al juego del ‘Cluedo’, que la película también tiene mucho de eso. Luego lo que sí es verdad es que mis películas han ido muy bien en Francia, sobre todo ‘A mi madre le gustan las mujeres’. Yo creo que es porque ellos hacen un cine muy de personajes y mucho cine irónico sobre su burguesía, y eso aquí lo hacemos menos.
Aquí la comedia normalmente es más sobre el mundo de los guardias civiles, los camioneros o las señoras de pueblo. En cambio, yo hago unas comedias en las que me tomo más a chirigota este otro universo urbano de gente neurótica y creativa.
- Han pasado casi diez años desde tu anterior película, ¿por qué ese parón?
Inés París: Por un lado, porque me empeñé en sacar adelantes dos proyectos que no eran comedias, y en este mundo te clasifican mucho. También eran dos proyectos arriesgados, uno de ellos cercano a la ciencia-ficción y no hubo manera. El otro era una historia de la poeta Rosalía de Castro que yo creo que es muy bonita, que es cuando ella estuvo viviendo sola en un bosque con sus siete hijos.
Es una película que, aunque sea sobre Rosalía, está muy cercana a un cine con elementos fantásticos y de terror, pero no la conseguí colocar. Durante ese tiempo también he hecho mucho documental, que creo que me ha servido para hacer esta película. Yo normalmente colaboro con una asociación que es Mujeres por África y he hecho documentales tanto allí como aquí enseñando a las mujeres africanas que viven en nuestro país.
He hecho series sobre mujeres que trabajan en trabajos tradicionalmente masculinos para Televisión Española. He dado muchísimas clases y he trabajado en televisión.
- En televisión has escrito guiones, pero nunca has llegado a dirigir, ¿a qué se debe?
Inés París: Yo espero que en la próxima, que estoy con Globomedia desarrollando algunas cosas, pueda dirigir. Yo creo que a veces los de la tele tienen el miedo de a ver si esta es del cine y entonces va como a tardar más… Además, cuando haces algo bien a veces se convierte en un encierro. Yo creo que soy buena y eficaz escribiendo. Resuelvo mucho y llevo bien equipos de guionistas. Entonces si les resulto muy eficaz en ese puesto y que tampoco hay tanta gente que lo haga, pues me prefieren ahí.
- ¿Hay alguna serie en emisión o ya acabada que te hubiera gustado dirigir o escribir algo para ella?
Inés París: De las que se han hecho aquí no, pero hay varias series norteamericanas que hubiera dado algo por dirigir yo aquello. Hay una que me entusiasma ahora y que no se podría hacer aquí nunca que es ‘Transparent’. Y luego he visto una que ya me parece el colmo de los colmos, con Jane Fonda, que se llama ‘Grace & Frankie’. Me encanta. No te quiero ni contar todas estas series noruegas como una que se llama ‘El puente’, con esta policía tan extraña, medio autista. Y luego aquella de la mujer que es política. Que además se parecen mucho los dos títulos.
- En el cine español las directoras y guionistas siguen siendo una minoría, ¿tú has encontrado algún problema a lo largo de tu carrera por el hecho de ser mujer?
Inés París: Yo fundé y presidí durante siete años la Asociación de Mujeres del Cine y la Televisión. Siempre digo que las que estamos, que somos además las fundadoras, Icíar Bollaín, Isabel Coixet, Patricia Ferreira, Helena Taberma y demás, somos las menos discriminadas porque estamos ahí, aunque tengo que decir que yo he saltado muchas barreras para estar ahí, eso es totalmente cierto.
Cuando la creamos pensamos más en las que no lo han conseguido y en las jóvenes que lo tienen que conseguir. Ahora, tú mismo lo has dicho, aún con todo yo me he pasado siete años hasta que he levantado una nueva película. Le ha pasado a mucha gente, pero las mujeres, en general, tenemos carreras más discontinuas, con presupuestos menores, etc. Y además entre medias cuidamos de nuestra familia, la mayoría divorciadas o con un divorcio detrás.
Es una vida dura y complicada, pero nos gusta y apasiona a lo bestia. Que poco a poco va a ir cambiando, también.
- Eduard, como actor ya tienes una larga carrera a tus espaldas y aquí interpretas a un guionista, ¿nunca te ha entrado el gusanillo de escribir o dirigir algo?
Eduard Fernández: No, me lo han dicho más de una vez, pero no. Puede ser que algún día, pero no lo sé. De hecho, estudié dirección de cine a los 18 años durante dos años en una escuela particular. Esa inquietud ya estaba ahí, pero de momento no. Sí me gustaría dirigir un corto, pero luego nunca insisto en una idea. Las tengo, pero las abandono enseguida.
- Y como actor, ¿te ha quedado la espina clavada de algún papel que no hayas podido hacer?
Eduard Fernández: Sí, pero eso no se dice nunca. Quiero decir, esa película la ha hecho otro o he dicho que no a una película porque no podía o no he querido y luego ha ido muy bien. De hecho, no me he arrepentido nunca de los nos que he dicho, que eso nunca se sabe.
- Has trabajado con algún director que ha trabajado en Hollywood, pero tú nunca has llegado a dar el salto, ¿por qué?
Eduard Fernández: Bueno, no hablo suficientemente bien el inglés y además creo que películas buenas se pueden hacer en todas partes, y aquí estoy, haciendo cine, teatro… a gusto.
- Durante mucho tiempo la comedia se ha visto como un género menor, ¿a qué crees que se debe?
Inés París: Porque entre los críticos, en general, debe de haber una preselección y sólo dejan entrar a crítico a quien no tenga sentido del humor. Es incomprensible. En la historia del cine hay grandísimas comedias, algunas de las grandes películas de la historia del cine lo son. La comedia se ha convertido en la favorita del público, pero hay un sector de los críticos que sigue pensando que es un género menor, una cosa muy tonta, etc.
Billy Wilder decía que si quieres que alguien se coma una píldora, tienes que hacer un gran pastel de chocolate. Yo creo que las comedias, en general, tienen algo que contar, pero es que el mismo hecho de que los seres humanos hagamos comedia ya es un gran mensaje. Somos el único animal que se ríe. Esa capacidad de distanciarnos ya es de una enorme inteligencia, salga luego el artefacto que salga.
- Pero luego parece que cuesta asimilarlo, por ejemplo, yo he oído muchas veces decir a alguien que se ha reído mucho, pero que la película era mala.
Inés París: Bueno, es verdad que a veces se hacen muchas comedias que hacen dos cosas que a mí me molestan mucho. La primera es que yo note que están haciendo el tonto para hacerme reír sin que aquello tenga mucha coherencia, aunque a veces igualmente me río. Luego también me molesta mucho cuando la comedia se hace a costa de tópicos y tabús. Hay mucha comedia machista, que se hace a base de insultar a las mujeres, o también insultando a los más débiles.
Ahí puede que me ría, pero no es lo que más me gusta. Siempre digo que los que hacen ese tipo de películas nunca piensan que si quieren ser políticamente incorrectos, porque se dice que eso lo es, hay que atacar al poder. Yo todavía no he visto comedias en España sobre el ejército, la monarquía y la iglesia. En el momento en el que veamos eso, veremos el poder transgresor real de la comedia.
- Eduard, como espectador, ¿qué es lo que más gracia te hace a ti en la comedia?
Eduard Fernández: A mí me divierte mucho el humor absurdo, me hace mucha gracia. Yo creo que tengo mucho sentido del humor y, no sé, me gusta una comedia que esté hecha con respeto. A mí no me gusta cuando todo vale. Me gusta que las normas estén muy claras para entonces poder romper una y que tenga gracia. Cuando es hacer el gilipollas no le encuentro la gracia. Monólogos de risa y tal… a mí no me hacen tanta gracia.
Me gusta más de situación, que la situación en sí sea graciosa, sobre todo porque ves apurada a la gente. Cuando tienes todos los conocimientos sobre esto, eso me causa mucha risa.
- Parece que el público está más interesado que hace un tiempo, pero ¿cómo ves actualmente la situación del cine español?
Eduard Fernández: En la época de la crisis dio muy duro en la profesión. Ahora parece que está mejor. Hay películas con tirón y la gente va, pero otras no. Yo creo que es importante apoyar la cultura, no como un coñazo, una película aburrida, sino como una buena película que no tiene que ser comedia o thriller, y que es importante educar o refinar un poco a la gente.
Las televisiones, en general, no colaboran mucho a eso porque yo creo que el drama de este país, y de todos probablemente, es que se ha instaurado en el inconsciente colectivo que hay que ganar cuanto más dinero mejor, todo el rato y todo el mundo. Eso es un horror, porque lleva a la taruguez y la falta de refinamiento. Además, hay mucha gente apoyando eso de una manera muy persistente y es difícil que salgan productos más finos y que la gente vaya a verlos.
- A eso también ayudan las campañas de promoción. Por ejemplo, estrenáis este viernes contra, entre otras, la nueva película del Capitán América, ¿cómo crees que influye la propia promoción para que la gente acceda a la película?
Eduard Fernández: Claro que incluye, por eso algunos se gastan tanto dinero en promoción, porque saben que eso tiene un fruto. Es machacar el cerebro de la gente. Hay algunos que tienen tanto tirón que si alguien va a verla y dice “Uy, es malísima” y le dicen “Sí, yo voy mañana a ver si me parece tan mala”. Hay fenómenos que son así. Por eso hablo del refinamiento, la cultura y promover el buen cine.
Inés París: Mira, se estrenan muchas siempre. En esta película hay una persona maravillosa, que es Nieves Maroto, la directora general de Alta Films, que ha buscado una fecha adecuada. Luego todos los elementos en general están en contra. El otro día decía María Pujalte: “Yo me siento una náufraga en mitad el mar gritando ¡Estoy aquí!” Bueno, pues claro, peleamos contra gigantes, contra molinos, contra el tiempo. No sabemos si es mejor que haga sol o si eso va a hacer que la gente se marche…
Lo único que podemos hacer es el máximo de ruido y meter a la gente en el cine inicialmente. Eso también está en vuestras manos. Yo lo único que le pido a la gente es que si la película le ha gustado, que lo cuente, porque creo que el boca-oreja va a funcionar muy bien. Ahora necesitamos un poquito de tiempo, que nos aguanten en los cines, porque no tenemos una gran campaña para competir contra esas grandes producciones..
- ¿Y qué es lo que sería necesaria para tener mejores campañas? Las producciones de Mediaset o Atresmedia suelen hacer mucho más ruido…
Inés París: Lo primero que habría que hacer es decirle a Televisión Española que apueste en serio por las películas que está haciendo. Si tú pones el dinero para que esa película se ruede pero no lo pones para que tenga una potentísima campaña publicitaria, como si no la hubieras hecho. Esto hay que repetirlo una y otra vez a ver si alguien lo entiende.
En Blogdecine: 'La noche que mi madre mató a mi padre', risas y cinefilia
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