Poco más de diez años después del final de 'El internado', Amazon Prime Video ha estrenado 'El internado: La Cumbres', un reboot situado en el mismo universo de la serie original pero que cambia el centro de la Laguna Negra por uno anejo a un monasterio en lo alto de unas montañas, rodeados por un bosque donde van chavales problemáticos y otros no tanto a vivir una disciplina seria.
Una serie que, como hemos visto, se mete mucho más en el halo de misterio y de qué pasa en esos bosques misteriosos que la anterior. Aunque esta es igual de generosa con los escarceos amorosos. Hemos hablado con tres de sus protagonistas, precisamente lo que (podríamos decir) viven sus tramas independientes (aunque entrecruzadas): Carlos Alcaide como Manuel, Daniela Rubio como Adèle y Claudia Riera como Inés.
Un reparto joven con todo lo que ello implica: «es la primera vez que vivo esto con todo el cuerpo que tiene, aunque sea presentación virtual. (...) Estoy impaciente, tengo nervios, tengo miedo, tengo todo.» Nos cuenta Claudia Riera, cuyo último papel televisivo fue en 'Vis a Vis: El Oasis', aunque ya venía apuntando maneras en 'Les de l'Hoquei'.
Tres personajes solitarios
Su personaje es Inés Mendoza, «es una fantasía para mi cerebro... flipo con ella», dice Claudia, «Yo soy completamente distinta a ella y lo era ya en mi adolescencia, pero sí que es cierto que en el liceo iba más aparte». El personaje sufre de amnesia severa y está recuperándose poco a poco en este lugar:
«Para Inés estar en el Internado es una obligación, aunque sea la hija de papá. Supone entrar en un contacto más directo con su soledad porque está en un centro donde la vida es un poco distinta a la del resto. También supone, a medida que vamos avanzando, el crecimiento y el descubrimiento de muchas cosas que igual pueden estar ahí.»
Para Carlos sí que este es su debut en televisión, aunque el mes que viene Movistar+ estrena 'Libertad', la ficción de Enrique Urbizu: «Grabar Libertad fue ya todo un proceso, una maravilla tener contacto con lo que es un rodaje ya profesional. Venía de hacer muchos cortos.» El actor empezó su formación hace tres años y medio, cuando vio que eso le llenaba, y ve 'El Internado' como una oportunidad gigantesca:
«[Supone] una alegría tremenda, una ilusión como de niño pequeño, saltando de alegría, quiere ya que la gente lo disfrute. Al final es un inicio de carrera, como el de los grandes intérpretes de Laguna Negra que son referentes para mí. Ver a Ana de Armas, que está en Hollywood y pensar que formo parte de un mismo inicio, pues qué quieres que te diga, estoy feliz y encantado de la vida.»
Para su personaje, Manuel, Carlos le infundió ese yo adolescente que tuvo unos años atrás: «Esa pureza y esa cosa tan de niño, tan de cabezota, con ese punto. Volver un poco a tu to de ir a clase. De ir a bachillerato con todas las movidas emocionales y hormonales que pasan por la cabeza...» Todo esto en un Internado que para él es un muro:
«Para Manu, que es un ser impulsivo, visceral e impaciente, supone un muro. Un muro contra el que se choca, se choca, se choca y hasta romper ese muro. Se ve sometido y eso le hace encontrar ese superviviente que tiene en él. Es un tipo muy individual, muy solitario pero luego se ve envuelto en más relaciones y conectando con el personaje de Albert, Paul, con el de Amaia... busca ese equipo y a partir de ahí ya puede evolucionar.»
«No sé cómo va a reaccionar la gente, qué éxito va a tener, pero sea el que sea yo estoy feliz porque he tenido mucho tiempo de esfuerzo en crear este personaje y estoy contenta con el resultado.» Dice Daniela, la más pequeña de los tres pero a la que hemos visto ya en multitud de pequeños papeles desde 'Bajo sospecha' a 'La caza. Monteperdido'. Su personaje es Adèle, muy niña buena, muy "modélica" pero que tendrá a su vez un arco de descubrimiento afectivo:
«Lo bueno de que esté en el internado es que tiene a su familia, que es su hermano y hay alguien que la está dando cariño y se crea ahí esa figura dentro del internado (...) Tengo cosas en común con ella, pero nunca se sabe lo que uno haría en una situación que no he vivido. Yo me considero buena niña.»
Es innegable que 'El internado' fue un fenómeno, pero de eso no pudo ser testigo Daniela, que acababa de nacer en esa época: «llegué un poquito tarde. Han pasado diez años y no se habla ya en clase de la serie. Los niños no la han visto.»
«Mis padres me enviaban rápido a dormir y como se emitía un poco tarde y era bastante oscura pues no pude verla» reconoce Carlos, «me acuerdo de llegar a clase y saber que la noche anterior habían emitido un capítulo de 'El internado: Laguna negra' porque había un montón de corrillos de colegas antes de empezar la clase comentando la jugada»
Algo similar ocurría con Claudia, que se reconoce fan de otras series como 'Los hombres de Paco'. Y luego, con los años y con este proyecto ya en su vida «Decidí voluntariamente no verla, de hecho. No quería que me condicionase, estamos haciendo un proyecto muy distinto.»
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