Lo decía ayer en la crítica de 'Los días que vendrán', y hoy estoy más convencido: lo nuevo de Carlos Marques-Marcet es la gran película de esta 22ª edición del festival de Málaga. La más auténtica y emocionante, la que se te queda dentro y sigues pensando, recordando sus imágenes. Avalon la estrena en cines en el mes de junio, por cierto.
Pocas cosas más felices que ver una película que te encanta y, poco después, poder hablar con su director. A continuación podéis leer mi entrevista con Marques-Marcet, a quien admiro más después de nuestra conversación. Espero que la disfrutéis tanto como yo. Y no hay spoilers, tranquilos.
"El amor es siempre circunstancial."
- Algo que vincula tus tres primeras películas es el retrato de relaciones amorosas o de pareja, desde diversos ángulos. ¿Es algo de lo que te gusta reflexionar, algo que ocupa tu mente y necesitas explorarlo en el cine?
Realmente no es algo que me interese, lo que me interesan son situaciones donde se pone en juego la dificultad para entender al otro. Obviamente en una pareja a distancia, es muy difícil entender lo que le está pasando al otro; en una situación de embarazo, igual. Y lo mismo cuando uno desea tener un hijo y el otro no. Entender el deseo del otro. Y son situaciones que tengo en mi entorno, que vivimos. Me son más fáciles de hablar. Pero son excusas para explorar ese tema.
- Pero es llamativo que las tres películas, esta trilogía "accidental" como la has llamado, giren torno a relaciones de pareja. Parece que te motivan...
Creo que también es fruto del momento en el que estás. Yo siempre digo que no escojo las películas, las películas me escogen. A mí me urge hacer esta película, por un motivo u otro. Quizá '10.000 km' fue la que más me costó levantar, estaba en una situación donde muchas veces quería abandonarla, quería hacerla simplemente para sacármela de encima...
Pero sí, en 'Tierra firme' hablamos también de la movilidad del deseo, cómo en una sociedad donde nos han educado para ser felices, que encuentres tu propia felicidad, que es algo muy bueno, pero hace que sea muy complicado construir una vida con alguien. Por otro lado hay un cambio de paradigma, una transformación de una sociedad muy patriarcal a otra que todavía lo es pero que está cambiando en su forma, y donde hay dos sujetos que desean, aunque eso también está cambiando, y cómo congeniar el deseo personal con el del otro no es fácil, no es nada fácil.
- Desde luego, y luego cada uno tiene su propia visión de lo que debe ser una relación, o el amor...
A veces pensamos en las relaciones como algo abstracto, y en vacío, el amor... El amor es siempre circunstancial. Depende de un ahora y un aquí, y de unas determinadas circunstancias sociales. Te enamoras de alguien de un entorno, muchas veces. En el rodaje de 'Tierra firme' siempre decía que tu trabajo, tu modo de vida, dónde vives, cómo vives, cuáles son tus recursos económicos, cómo está planteada la estructura social, te va a marcar mucho cómo vives tus propias emociones. Siempre hay una intención política en las películas, aunque no lo parezca, de cómo a través de las intimidades, de los afectos, podemos explorar un macro, una estructura social y económica.
- Leyendo tus ideas del amor y las relaciones personales, o esa frase que te he leído de que nos inventamos el amor para perpetuar la especie, me llama la atención porque me suena a trama de ciencia-ficción. No sé si te has planteado ya hacer una...
[Risas] No, pero hablamos mucho de 'Alien' haciendo esta película.
"Me gustaría hacer ciencia-ficción."
- Ah, claro, esa escena centrada en el vientre...
Sí, ahí hay una referencia. El terror siempre recurre a nuestros temores más íntimos. Y esa es la grandeza de 'Alien'. Es capaz de transmitir la angustia de tener una vida dentro de nosotros. Creo que hay algo ahí que vivimos en nuestro subsconciente, y que no somos capaces de expresar pero creo que tanto la ciencia-ficción como el terror son capaces de sacar a la superficie de una forma muy directa. Me inspira mucho el cine de ciencia-ficción pero a veces lo encuentro teórico. Me gustaría mucho hacer algún día ciencia-ficción. Me encanta el género.
- Me alegra oírlo, espero que lo hagas.
Sí, pero creo que en el cine cuesta mucho. En la literatura funciona muy bien.
- Es más fácil crear mundos...
Claro, eso por un lado, aunque también tiene algo muy intelectual. Es un género muy filosófico.
- Pero tu película también lo es.
Sí. Pero supongo que parte de algo muy físico. Me gustó mucho, por ejemplo, la última de [Denis] Villeneuve, 'La llegada' ('Arrival'). Porque era capaz de convertir una idea muy abstracta, es una película sobre una lingüista, sobre un lenguaje. Claro, eso escrito muy bien pero como película suena a tostón... Y él consigue que funcione. Pero de nuevo, a través de una cosa muy corpórea.
- Eso me lleva de nuevo al conflicto de '10000 km'. Porque sí, en una relación a distancia alguien puede oír y ver a su pareja, pero no podemos tocar, ni oler, es algo que puede resultar muy frustrante y crear conflictos...
Claro, yo después de hacer '10000 km' tenía ganas de irme a todo lo contrario. Ya en 'Tierra firme' exploramos mucho los fluidos. Me interesaba mucho el cuerpo, como presencia, lo que se escapa de todas esas ideas abstractas que el cine sabe capturar muy bien, excepto los olores, que no puedes capturar. Pero hay algo en los fluidos que me interesa mucho. Que la gente viese todo eso, la mierda, la sangre, el vómito... Y está presente más que nunca en 'Los días que vendrán', por el cuerpo, porque la película al final es un documental sobre el cuerpo de la actriz.
- Ella [María Rodríguez Soto] está fabulosa. Es la película. Quizá por eso el personaje de David Verdaguer está más eclipsado, atrae menos... incluso él decía en la rueda de prensa, un poco de broma, que tenía un personaje soso.
Bueno, el personaje de David... es un retrato que no es fácil para los hombres, pero me interesaba mucho en ese sentido, ver a alguien atrapado en ese rol. También nos hace falta a los hombres hacer autocrítica. Si queremos replantearnos las relaciones de género y plantear otro tipo de estructura que no sea tan patriarcal, tenemos que revisar un poco nuestras posiciones.
"Me fascina el tema del paso del tiempo."
- Has dicho que hacer 'Los días que vendrán' os llevó un año y medio.
Sí.
- ¿Pero cuánto duró el rodaje? ¿Habéis estado filmando todo ese tiempo?
Bueno, algo menos pero fue un año y medio sí... Empezamos cuando aún estábamos con 'Tierra firme', y luego los ensayos, rodamos seis meses de embarazo, paramos pero luego seguimos rodando. Teníamos la cámara, compramos el equipo, y cambiábamos de gente, por ejemplo para el sonido, según su disponibilidad.
- Con eso de la trilogía y ahora rodar a la actriz durante su embarazo, no vas a poder evitar las comparaciones con Richard Linklater...
Sí, pero bueno, él estuvo muchos años, lo que hizo él es mucho más difícil.
- Claro, 'Boyhood'...
Y la intención es muy distinta. Me fascina el tema del paso del tiempo. Quizás es el que más me interesa a la hora de hacer cine. Pero en cambio, él lo convierte en la pura estructura narrativa de la película, y me parece fascinante.
- Supongo que estás al tanto de la nueva ola de talentos catalanes, de lo que están haciendo ahora mismo. Gente como Carla Simón, Carlo Padial, Elena Trapé, Elena Martín, Dani de la Orden...
Sí. A Elena Martín la conozco muy bien y tenemos muy buena relación, y con Carla Simón también. Has señalado directores muy distintos. Sí que es cierto que Neus Ballús, por ejemplo, que está aquí con su película, vino a ver el montaje y a darme notas y nosotros vimos su película y le dimos notas. Y Carla Simón también vino a darme notas. Mi primer trabajo al salir de la universidad en una productora fue con Neus Ballús. En realidad, curiosamente, me acabo rodeando mucho de directoras catalanas. Obviamente, con Clara Roquet, que ahora prepara su primera película, empezó con nosotros de guionista.
Hay mucha gente más, no sé, Liliana Torres, Mar Coll... Hay mucho talento. En nuestra peli está de ayudante de dirección Alba Cros, que es una de las directoras de 'Las amigas de Àgata'. Ha sido un lujazo. O Marc Sempere, que es otro director también que hace documentales y ha hecho una película de ficción, que hemos acabado de compañeros de piso. Hay una simbiosis realmente, sobre todo un ambiente de trabajo donde te ayudas mucho, no sientes que estás compitiendo. Ana Pfaff, que es la montadora de Carla, vino a ayudarnos al final del montaje.