Este próximo viernes 23 de septiembre llega a España ‘Captain Fantastic’, la aclamada película protagonizada por Viggo Mortensen y dirigida por Matt Ross, al que algunos quizá recordéis por dar vida a Gavin en la televisiva ‘Silicon Valley’. Ambos se pasaron por nuestro país para presentar la cinta y en Blogdecine pudimos asistir, junto a otros medios, a un encuentro con ellos. A continuación os reproduzco lo que nos comentaron.
Después de ver la película supongo que los dos habréis llegado al menos a alguna mínima conclusión de cuál debería ser la mejor educación hoy en día para los chavales.
Matt Ross: No creo que haya ningún camino correcto; hay muchos caminos. Creo que la forma en la que acaba la película responde a esa pregunta de alguna forma, pero es difícil discutir al respecto porque quiero que la gente la vea sin saber lo que pasa. Al final, el personaje logra un equilibrio en su forma de educar a los niños. Para mí esa es la respuesta.
Viggo Mortensen: Lo que me gustó del guion era que no era lo que parecía al principio. Parecía que iba a ser un modelo de familia contra el mundo, extremo, de izquierdas. Que los obstáculos iban a ser otros modelos, como el de los abuelos, más conservador, y que la familia se iba a enfrentar cuando saliera del bosque a obstáculos así. Que está bien, podría funcionar, pero es mucho más ambiciosa, más complicada y para más público, espero.
Todos tienen razón hasta cierto punto y todos están equivocados hasta cierto punto, como en el mundo real. No hay un padre perfecto, un abuelo perfecto ni un modelo perfecto de familia, y creo que eso se ve.
¿Cuánto hay de Viggo Mortensen en la película, puesto que también tiene una granja, hace quesos…?
Viggo Mortensen: Yo no hago quesos, eso sale de una mentira que contó Karl Urban hace tres años, que contó que yo tenía una granja en Segovia, que me encantaría.
Matt Ross: Él se hace toda la ropa y los zapatos. Voy a seguir creando mitos sobre ti.
Viggo Mortensen: Hay ciertas cosas que sí me iban mejor que otras. Ayudé a poner el jardín y crear el ambiente donde vivíamos en el bosque porque me gustaba y porque Matt me dejó hacerlo, pero a nosotros como actores cuando ven algo que hacemos a lo mejor bien y piensan que así son, y no siempre es verdad. Hay ciertas cosas en las que no tenía experiencia; escalar, tocar la guitarra, etc. No son conocimientos míos.
Mi forma de hablar con mi hijo no es como habla él con sus hijos, pero si la gente cree que soy yo, mejor.
Yo quiero preguntar por el gran mito de nunca trabajes con animales ni con niños. Usted se ha atrevido con seis y además son impresionantes. ¿Cómo los encontró y cómo fue trabajar con ellos?
Matt Ross: A veces es difícil porque son niños, pero en realidad fue una alegría trabajar con ellos, porque ellos no tienen ninguno de los problemas de los adultos. Nosotros queremos ser buenos en nuestro trabajo, pero ellos no creo que vengan ni con la idea de que es un trabajo. Ellos vienen a jugar.
Yo quería que vinieran y explorasen delante de la cámara para ver todo lo que podría ser la película y cómo podríamos llevarla más allá en lo narrativo. Los niños hacen eso de forma natural y a veces hasta se olvidan de que la cámara está encendida. Eso es hermoso, están viviéndolo realmente y nos permiten capturarlo en cámara.
A veces lo que hay que hacer es centrarles porque llegan y no saben ni cuánto tiempo van a estar, ni lo que van a tener que hacer. Hay que enfocar todo ese jugar de ellos en que hagan su trabajo, porque tampoco son muy conscientes.
La película llega a muchos límites, tanto físicos como emocionales, ¿fue un rodaje complicado?
Matt Ross: Sí, toda película tiene sus complicaciones, y todas tienen que ver con tiempo y dinero. Nunca hay suficiente de cualquiera de los dos. En esta película teníamos seis niños con Viggo y eso es mucho lenguaje diferente que capturar en pantalla. Cada día estábamos en una localización diferente y la mayoría de ellas estaban en mitad de las montañas, que es difícil llegar a ellas. Rodamos en dos estados, tenemos dos escenas musicales, dos escenas de acción y también hay un animal, un ciervo.
Emocionalmente, no me sorprendió Viggo porque ya sabía que no iba a ser un problema, pero con los niños sí por lo conectados que estaban. Creía que iba a tener que trabajar más con ellos, pero todos entendieron el guion a un nivel profundo. Si os fijáis en la escena en la que Viggo les dice que su madre ha muerto, los pequeños no saben lo que está pasando. No cambié eso porque era real; tienen siete años y no entienden el significado de la muerte. Los mayores estaban más vulnerables y lo entendían como un adulto.
Lo realmente importante es que los niños entendieron el guion y la intención de lo que estábamos haciendo, así que no fue tan difícil como podrías imaginar.
Viggo Mortensen: Yo diría que una cosa que, cuando leí el guion y conocí a Matt, dije que era un guion muy bueno, de los mejores que he leído en muchos años, y el problema era cómo encontrar seis jóvenes actores capaces de decir estos diálogos, de hacer estas cosas, de parecer que entienden intelectualmente lo que tienen que hacer y decir, y después la entrega física y todo lo que conlleva.
Yo pensé que iba a ser difícil y que seguro que haríamos una buena película, porque era demasiado bueno el guion como para no hacerla, pero una película excelente, como creo que es, sólo era posible si encontraba seis genios, seis niños muy especiales cada uno. Me di cuenta en el tiempo de preparación, las semanas antes al primer día de rodaje, que sí, que iban a poder hacer de todo y me sorprendían cada día.
¿Pero entendían los diálogos?
Viggo Mortensen: Sí, en serio, hablaban de la política. El más pequeño venía cada día con una sorpresa, como una obra sinfónica para el piano. Yo le pregunto cuándo y él me dice que ayer. Después la toca y la verdad es que no estaba mal.
Matt Ross: Charlie (Shotwell) está escribiendo una novela. No sé si es buena, pero está haciéndolo.
Quería saber un poco más sobre la preparación de los personajes. He leído que aconsejó que no se usara el móvil, que Viggo se fue al bosque un poco aislado. No sé si han trabajado con personas que llevan este tipo de vida
Matt Ross: Yo viví de una forma parecida cuando era niño, no exactamente así, pero sí tuve experiencias similares en el bosque con mi madre y mi hermano. Conozco a alguien que vive de esta forma ahora. Tras escribir el guion supe de su existencia por un amigo que me habló de él y tuve muchas conversaciones con él sobre cómo construyó su casa, cómo lidia con la comida, el agua, refugio, todo. Cuando comenzamos la producción investigamos mucho. También hablé mucho con Viggo sobre cómo mostrarlo, cómo hacerlo creíble.
Con los niños hicimos una especie de campamento militar antes de rodar, donde aprendieron un poco sobre supervivencia, a estar en la naturaleza, planes de alimentación, también hasta tuvieron que matar a una oveja para ver un poco cómo matas lo que luego te comes. Inmersión total. Aprendieron a tocar instrumentos, artes marciales, etc. Además les di unos libros, lo cual les enfadó porque era verano, que para ellos eran vacaciones, no querían estar leyendo libros.
Tampoco pretendía que ninguno dominase todas esas habilidades, era un poco una introducción y, sobre todo, una forma de relacionarse entre todos y crear un ambiente familiar para que luego ya se conocieran cuando comenzamos el rodaje. Se había creado también esa relación especial con Viggo como su mentor, su amigo, pero luego era el padre también.
Yo quería preguntarle a Matt el motivo de elegir la muerte como el pretexto para criticar todos los pilares del mundo occidental y a Viggo si cree que la muerte es la respuesta a todos los temas que se tratan en la película.
Matt Ross: La muerte no era un pretexto para criticar la sociedad moderna. En muchas películas algo cambia en los primeros 30 minutos con los personajes principales y aquí quería que iniciasen un viaje, que empezasen en un sitio y acabasen en otro, y el drama también lidia con los extremos. No recuerdo el origen de que ella muera, pero sí que algo tenía que cambiar de forma irremediable y así lo escribí. Fue una necesidad narrativa más que otra cosa.
Viggo Mortensen: Yo creo que la muerte o cómo reaccionar a la muerte, y qué se hace con el muerto, es sólo una de las muchísimas maneras en la que discrepa el modelo familiar de Ben y sus seis hijos con otros modelos que vemos. No creo que la muerte es el eje de la película. Si hay un eje, diría que es el amor por la madre, pero eso es algo que provoca el viaje, las diferencias de opinión con los abuelos, etc.
Tiene mucho que ver, es una persona que no vemos mucho, de lo que quizá Matt pueda contar más, pero en el guion sólo se ve a la madre una vez, en un sueño, y no dice nada. Voy a dejar que Matt explique los motivos de que se la viera más.
Matt Ross: Según íbamos intentando sacar la película adelante, pensé que quería meterla en la película todo lo que fuera posible, pero la primera vez que pensé en hacerlo fue cuando escogimos a un actriz local, una mujer llamada Trin Miller, y ella había leído el guion, lo cual me sorprendió, porque ni siquiera sabía que lo tuviera. Como ya conocía la historia, le pedí que simplemente hablase con Viggo y veamos qué sale de ahí.
Eran como las 3 y media de la mañana y rodamos hasta que salió el sol. Hablaron sobre su familia y fue precioso. De hecho, en un momento hasta Viggo empezó a llorar. Conectaron de verdad. Fue la primera vez que sucedió algo inesperado. Ni me lo predije ni lo creé yo. Por eso, ella aparece ahora dos veces en la película. Ahí fue cuando quise que apareciera todo lo posible, que estuviera siempre ahí aunque no aparezca.
Me gustaría preguntar por el título de la película, porque si no has oído hablar de ella, resulta inevitable pensar en el cine de superhéroes, ¿fue eso algo buscado?
Matt Ross: Pues no quería confundirles con el título, ni muchísimo menos, pero entiendo, y creo que todos sabemos, que la cultura cinematográfica de USA está domina por películas de superhéroes y por supuesto que es intencionado el título que le he puesto. Como dice Viggo, podríamos perfectamente añadir un signo de interrogación al final diciendo ¿lo es? Sí, ¿por qué? O no, ¿por qué? Es una metáfora con la paternidad como diciendo que también son unos superhéroes los padres.
Hay una cosa en la figura de la madre que no parece en absoluto improvisado, que es su enfermedad, sufre una bipolaridad. Eso tiene mucho que ver con la película, con el caos en el que vivimos, que no sabemos por dónde debemos tirar, ¿fue casualidad o se utiliza como una metáfora de todo lo demás?
Matt Ross: Puedes verlo así, yo creo que para mí tuvo menos que ver con eso que con el hecho de que es una enfermedad que hay en mi familia y que la conocía. Yo no soy bipolar, pero conozco a alguien que lo es. Dicho esto, me gusta tu idea porque es mejor que la mía. La verdad es que tú haces algo y luego la gente ve cosas que no son intencionadas. A veces son menos profundas de lo que pretendías, pero otras veces lo son incluso más.
Viggo Mortensen: No suele ser que piensen que es más profunda a menos que sea un buen guion y un cuento bien contado. Lo que pasa con una película como esta es que espectadores normales después de proyecciones se han querido quedar no para tener una firma, sino para hablar y a veces dicen cosas como es obvio que ella hace esto por eso o aquello o él hace esto por tal y nos quedamos impresionados. Eso no suele pasar a menos que tenga mérito. Si es una mala, pues porque te aburres y no sabes qué decir.
Me gustaría preguntar acerca de la selección musical de la película, como ‘Sweet Child O Mine’, pero, sobre todo, que de repente en una escena en el supermercado suene la canción de ‘Titanic’
Viggo Mortensen: Es bipolar. No lo admite, pero lo es.
Matt Ross: Escogí la canción de Titanic porque en Estados Unidos durante tres o cuatro años tras su estreno no podías ir a ningún espacio público con hilo musical sin escucharla. Me perseguía. Era absurdo. La puse porque me hacía mucha gracia. En lo otro, teníamos originalmente dos canciones diferentes de Prince que suenan al principio y al final. Él estaba vivo entonces y al final estaba dejando usar canciones suyas menos esas dos.
Viggo escribió el comienzo de la que suena al principio ante la hoguera y la última escogí ‘Sweet Child O Mine’ porque creía que encajaba con su edad, que probablemente la escuchó cuando estaba en el instituto y porque creía que reinventar una canción asociada a la imagen de rockeros malos Guns N’ Roses me ayudaría a crear un momento especial.
¿Cuáles eran las dos canciones de Prince?
Matt Ross: ‘Little Red Corvette’ y ‘When Doves Cry’.
Ver todos los comentarios en https://www.espinof.com
VER 2 Comentarios