Acaba de llevarse los dos premios gordos de la última edición de Nocturna Madrid y de recuperar el respeto del público de Sitges con su última película, 'Ghostland'. Aprovechando su visita al Festival de cine fantástico de Bruselas charlamos con Pascal Laugier sobre su nuevo thriller de horror, un título que vuelve a situar al director de 'Martyrs' en el foco del aficionado.
Kiko Vega (KV): ‘Ghostland’ cuenta la historia de una mujer que necesita regresar a su lugar seguro. ¿Tú también necesitabas regresar al tuyo después de ‘El hombre de las sombras’?
Pascal Laugier (PL): Bueno, no estaría muy seguro de que ninguno de los dos hayamos ido a un lugar seguro (ríe). En esta película he sacado toda la frustración que me ha acompañado en los dos últimos años. Durante ese tiempo estuve tratando de encontrar financiación a un guión que me ocupó mucho tiempo y que deseaba que fuera mi siguiente película. No era cine fantástico, ni de terror. Se trataba de un thriller con mucho sentmiento, pero no encontré a la estrella americana que necesitaba para sacarlo adelante. Las agencias de representación no se mostraron muy amigables. Y yo necesitaba rodar para tener dinero y sobrevivir. Escribí ‘Ghostland’ en un estado de total desesperación. Lo hice en algo más de dos meses.
KV: Da la sensación de que tenías muy claro por dónde querías ir con la película
PL: El proceso fue muy rápido. Mi energía estaba muy cercana a la del personaje principal aunque por razones muy diferentes (ríe). Tan pronto como tuve claro el momento clave de la película, todo fluyó rápidamente. Además, logramos el presupuesto que necesitaba la película muy pronto.
KV: ¿Crees que esos problemas que encontraste a la hora de levantar el otro proyecto se deben a que diez años después, la industria aún te ve como el loco aquel de ‘Martyrs’?
PL: No lo sé, es posible. Recibo muchos guiones de Hollywood, pero ninguno es realmente bueno. Llevo mucho tiempo evitando ese tipo de proyectos. Prefiero rodar menos que afrontar una mala película en Hollywood controlada por el productor de turno. Por eso vivo en París, por eso me considero un director de cine francés y por eso las cuatro películas que he rodado hasta la fecha son únicamente mías. Sus fallos y sus aciertos son decisiones mías, no de cualquier ejecutivo. Me encantaría rodar en Hollywood, claro, pero solo recibo malos proyectos. Ellos tienen una idea preconcebida de lo que puedes hacer allí, pero está muy lejos de la que pueda tener yo.
KV: ¿Tuviste la oportunidad de tomar las riendas del remake americano de ‘Martyrs’?
PL: No. Jamás. Ni siquiera estuve al corriente de que estaban haciendo ese remake tan horrible. No recibí nada por esa película, no tenía ningún control sobre los derechos de un posible remake. Me enteré de su existencia porque me lo comentó un amigo y no pude ver más de veinte minutos. Es horrible. Hollywood no puede hacer un remake de una película así. Es demasiado transgresora. Intentan hacerla limpia, pierde todo el sentido. Creo que nadie verá nunca esa película, estará perdida por ahí. A nadie le importa una mierda el remake de ‘Martyrs’.
KV: En ‘Ghostland’ hay mucho Lovecraft, está claro desde el principio, pero también ecos del género y hasta cierto emparejamiento con ‘En la boca del miedo’ de John Carpenter, con ese mundo de la creación. Incluso ‘El Resplandor’, pero al mismo tiempo luce como tu trabajo más personal. ¿Hay lugar para las influencias en un cineasta como tú?
PL: Cuando uno hace cine de terror siempre se preguntan por las referencias. Eso no sucede con otros géneros. Soy hijo de la sub-cultura del horror, como tú. Primero soy fan. He crecido viendo las más grandes de los maestros del género, y ahora está en mi sangre. Lo tengo tan interiorizado que en realidad nunca he pensado algo en plan “tiremos este plano o hagamos esta secuencia à la esto o à la otro”. Pero entiendo la pregunta, por supuesto. El género es una gran familia y compartimos mucha imaginería. Soy un director del género, y conozco los tópicos y nunca pretendo evitarlos. ‘Ghostland’ tiene viejos caserones, muñecos inquietantes… lo hemos visto toda la vida y lo seguiremos viendo.
KV: ¿Echas de menos la forma de rodar de aquella época dorada tan breve y tan intensa?
PL: En Francia no recibimos el apoyo que parecíamos tener. En realidad éramos unos marginados. Soy muy afortunado de formar parte de una industria como la francesa, pero el problema es que el cine francés de ahora se compone de malas comedias y basura artística. Para nosotros, sacar aquellas películas fue mucho más difícil de lo que parece. Estábamos apartados en un rincón, pero el reconocimiento de fuera, abrumador, hacía entender que en casa también nos apreciaban, pero no. Por eso no echo demasiado de menos aquellos días.
KV: Es algo bastante común, ser mejor recibido fuera que en casa
PL: Totalmente. Con ‘Ghostland’ he recibido las mejores críticas de mi carrera en la prensa francesa. Por lo general, en Francia nunca había gustado nada de lo que había hecho anteriormente, espero que ahora pueda optar a rodar más fácilmente. La película ha funcionado muy bien en taquilla.
KV: ¿Crees que de haber existido hace diez años algo como Netflix, el género y el cine de horror que representaban títulos como ‘Martyrs’ habría tenido un hogar?
PL: No tengo ni idea de qué va a pasar en el futuro. El sistema de distribución que yo conocía, con el que crecí, ha muerto. La cultura digital ha destrozado el cine tal y cómo lo conocíamos. Netflix ha llegado con un modelo económico, viable, lo están haciendo muy bien. Pero necesitamos la distribución en las salas. Las salas de cine desaparecen, llega Amazon, llega el otro… Es un futuro muy inquietante, pero también muy excitante.
KV: Hablemos (tranquilos, cero spoilers) del final de ‘Ghostland’. ¿Lo tenías claro?
PL: Sí, desde el primer momento. Tenía clarísimo cómo iba a terminar todo desde el origen de la historia. Lovecraft es un modelo, pero al final tenemos que encontrar nuestra propia voz. Toda la película es una metáfora sobre eso.
KV: ¿Es posible que el prólogo de ‘Ghostland’ incluya el primer atisbo de comedia en la carrera de Pascal Laugier?
PL: (Se ríe mucho el tío) Pues fue una improvisación de última hora en la sala de montaje. No estaba en el guión. Sí, es una broma pero creo que era necesaria. Es la historia de una joven aspirante a escritora y era un guiño que me pareció que reforzaba el mensaje.
KV: ¿Tenías claro el aspecto de los otros personajes?
PL: Me tomó un tiempo. Podrían haber sido así o podrían haber sido alienígenas. Buscaba una lógica enferma, maligna. Algo que no fuera divertido en absoluto, pero que en el fondo pudiera ser visto como tal. Es la mejor forma de llegar a la transgresión.
KV: Es tu trabajo más “italianizado”, ¿eres fan del cine de género italiano?
PL: Dario Argento es mi héroe personal. Él me dio la idea de hacer cine de terror. El giallo fue muy importante en mi educación.
KV: ¿Tienes algún proyecto en mente o quieres tomar un respiro?
PL: ‘Ghostland’ cierra un ciclo para mí. Después de cuatro pelis de género quiero hacer otra cosa distinta.
KV: ¿Quizás es la hora de hacer sufrir a los hombres y dejar a las pobres chicas?
Entre risas y buen ambiente, asiente.
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