Comienzo hoy con las entrevistas realizadas en los estudios de animación de Pixar. Ya os relaté mi experiencia allí, con motivo del estreno de ‘Up’ en DVD y Blu-ray, y os comenté que pude hablar, entre otros, con Pete Docter, el director de la película (un tipo altísimo), y Jonas Rivera, uno de los productores.
Aunque imagino que todos los que tenéis interés en la entrevista habréis visto la película, no importa que no sea así, esta vez no hay spoilers, podéis leerla todos sin problemas. Espero que os resulte entretenida:
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¿Es cierto que el origen de ‘Up’ es la imagen del protagonista con el carrito de los globos?
Pete Docter: Sí, todo empezó con ese personaje. Es un personaje brusco, un poco como mi abuelo, que te dice las cosas tal cual las piensa, no trata de decirlas de buena manera, sino que te suelta: “¡así son las cosas!”. A Bob Peterson [co-autor del guión y co-director de la película] y a mí nos parecía interesante pensar una historia con un personaje así. Y luego está el contraste con los globos, que son alegres, de colores. Nos gustó y empezamos a trabajar con eso.
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¿Cuánto tiempo os llevó tener la historia terminada, el guión completo?
P.D.: En total han sido cinco años trabajando en la película, y de ellos, creo que fueron tres dedicados únicamente al guión. Mucho tiempo. Pero si le preguntas a cualquiera, es un proceso en constante cambio, estás todo el tiempo trabajando, escribiendo ideas nuevas. Haces algo y lo enseñas a los demás, y eso puede llevarte a otra parte. Es un largo, orgánico y caótico proceso.
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Y cuando tenéis terminado el guión, ¿dejáis de retocarlo, de hacer cambios?
P.D.: No. Hacemos cambios hasta el último minuto. Ya sabes, conforme vas avanzando vas cambiando menos. Al principio cambiábamos muchas cosas, luego menos, y al final sólo algunos retoques, detalles.
Jonas Rivera: De hecho, recuerdo estar sentado en la sala, la noche del estreno, muy emocionado, y me giré hacia Pete y le dije: “Por fin, está acabada”. Pero Pete llevaba una libreta y se llevó toda la proyección haciendo anotaciones [risas].
P.D.: Cambiamos cosas incluso después del estreno, para el DVD y el Blu-ray. Pero muy poco, sólo efectos de sonido.
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¿Os esperabais el éxito que ha tenido ‘Up’?
P.D.: No, en absoluto.
J.R.: Debes saber que al principio fue muy difícil vender este proyecto. No es una historia como la de la mayoría, y había desconfianza. Ni siquiera sabíamos cómo contar la historia para que creyeran en ella, así que nos dijeron que sí, pero… sin creer realmente que era una buena idea. Yo lo tenía muy claro desde el principio, desde que me la contaron ellos [Pete y Bob]. Nada más leer el primer borrador llamé a mi esposa y le dije “¡te amo, cariño!” [risas]. Pero fue complicado empezar a andar.
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Parecía que tras el éxito de ‘Wall-E’ lo teníais difícil para seguir en esa línea, pero al final incluso podéis presumir de que ‘Up’ inauguró Cannes.
P.D.: Sí, aquello fue una locura. Recuerdo que Jonas me preguntó si estaba nervioso, y yo le pregunté que por qué debería estarlo, y entonces empezó a meterme miedo, a decirme cosas como: “Es que allí son muy críticos, abuchean a la mínima, especialmente si la película es norteamericana”. Entonces me puse algo nervioso. Todo estaba lleno de gente importante, había muchísima expectación, las luces se apagan, y de pronto me encontré sentado, hundido en la butaca, y pensando: “Oh, Dios mío, ahora van a proyectar nuestra película”. Pero por fortuna salió todo bien. Hubo una gran ovación. Creo que la clave es hacer siempre algo diferente, ‘Up’ no se parece en nada a ‘Wall-E’.
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¿Sentís que debéis superar a la competencia, a otros estudios de animación? Y, ¿hay algún tipo de competencia entre vosotros, aquí en Pixar?
P.D.: No. No nos planteamos superar a otros estudios. Es decir, vemos las películas que hacen los demás, tenemos varias salas de proyección y vemos sus películas, pero… Nosotros nos centramos en nuestro trabajo, en las nuestras. Nos detenemos en lo que hacemos nosotros y tratamos de hacerlo lo mejor posible. Constantemente estamos mostrando nuestro trabajo a los demás, para que aporten ideas y nos señalen qué se puede mejorar. Pedimos consejo y nos ayudamos mutuamente. Y el grupo sale fortalecido. Así que si la película de Brad Bird o de John Lasseter obtiene éxito, eso me va a beneficiar a mí.
J.R.: Nuestro objetivo es hacerlo lo mejor posible, no mirar a los demás. Tenemos la suerte de que Disney nos da la oportunidad de hacer ‘Wall-E’ o ‘Up’, y nosotros no pensamos en si tendrá éxito o si va a ser la más taquillera en su estreno. Pensamos en hacer la mejor película que podamos. Ya sabes, que esté en cartelera y puedas irte a casa con la satisfacción de que hiciste todo lo posible. Es fundamental tener muy clara la dirección, qué quieres contar y cómo lo quieres hacer. Yo crecí viendo las películas de Disney, adoraba sus historias, y me siguen encantando ahora. La gente sigue hablando de estas películas tanto tiempo después, y creo que es porque están hechas para cualquier persona, y porque no son cínicas, no dan una visión cínica del mundo. Nosotros intentamos hacer lo mismo.
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Y las películas de los estudios Ghibli, ¿las tenéis en cuenta para vuestro trabajo?
J.R.: Claro. Nos encantan. En concreto, intentamos enfocar la historia del mismo modo que lo hacen ellos, centrarnos en los personajes y que la película respire, ya sabes, que no haya cortes todo el tiempo, que el público pueda estar tranquilo observando y sintiendo. No como lo que se suele hacer ahora, en otras películas.
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¿Cómo funciona en Pixar el inicio de un proyecto?
P.D.: Tenemos reuniones creativas todo el tiempo, pero también tenemos en cuenta a los demás, y hacemos proyecciones para ver si la idea funciona o no. Invitamos a todo el mundo, los cocineros, los directivos, los animadores… y les pedimos que nos den su opinión. No es que nos pongamos a leer todas las notas y tenerlas en cuenta, sino que buscamos patrones, cuestiones que se repiten. Entonces lo consideramos y planteamos cómo mejorar ese aspecto concreto.
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¿Ponéis las películas a vuestros padres?
P.D.: Lo intentamos, durante años, pero no funcionó. No les gustan, para ellos todo está mal [risas]. Así que sus opiniones no nos valen de mucho. Pero ya son muy mayores. Sin embargo, los niños son muy valiosos. Tienen muy claro lo que está bien y lo que está mal.
J.R.: Sí, siempre pedimos a todo el mundo que traiga a sus hijos. Los pases con público son muy útiles porque nos permiten saber qué funciona y que tenemos que mejorar. Nos sentamos detrás y observamos sus reacciones, para ver si son las que esperábamos. Entonces, volvemos y seguimos trabajando, teniendo eso en cuenta. Pero quiero aclarar que no hacemos estos pases para pedir opiniones, para que el público nos diga qué quiere, sino para ver si vamos por el buen camino, o nos hemos perdido en algún momento.
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La película se proyectó en salas convencionales y en salas 3D. ¿En qué afectó a la película este nuevo formato?
P.D.: Bueno, nos llevamos años con la película, así que en un momento dado, vimos que los demás estudios estaban incorporando el 3D, así que empezamos a ver qué podíamos hacer nosotros. Hicimos una lista con arreglos que se podían llevar a cabo. Pero el 3D no afectó a nuestra manera de contar la historia, eso lo teníamos muy claro. Además, sabíamos que la mayoría de la gente la iba a ver en 2D, así que tampoco queríamos comprometer nada simplemente por añadir cosas que aprovecharan el 3D.
J.R.: Lo pensamos mucho, y planteamos diferentes opciones creativas, pero al final decidimos que el 3D sería un extra, para los que quisieran verla en ese formato, pero no algo que afectara a la película en su conjunto. Personalmente, creo que es un error añadir escenas para el 3D, distraen y te sacan de la historia. Es como el sonido. Hay películas con efectos de sonido geniales, muy realistas, pero te encuentras pensando más en lo que has oído allá a lo lejos, a tu espalda, que en lo que está pasando en la pantalla. El 3D es algo parecido. Para nosotros lo importante es la historia, que te sientes y disfrutes con la narración, no con efectos puntuales. De todas formas, hicimos pruebas con la película en 2D y 3D, y las reacciones eran muy variadas, parece que es algo muy personal, sentirse dentro de la historia con un formato o con otro.
[Posdata: Con Bob Peterson, el co-director de la película, charlamos después, en otra oficina. Será la próxima entrevista que os traiga.]
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