Borja Cobeaga nació en San Sebastián en 1977. Su carrera vive ahora un gran momento: junto a su colaborador habitual, Diego San José, es coautor del guión del gran hit del cine español, 'Ocho apellidos vascos' (id, 2014). Se encuentra trabajando en la secuela mientras se estrena su última película, 'Negociador' (id, 2015).
Junto a San José ha escrito también sus dos primeros largometrajes, 'Pagafantas' (id, 2009) y 'No Controles' (id, 2011), comedias románticas caracterizadas por la melancolía y una feliz tendencia a presentar al hombre en una galaxia más cercana y menos idealizada. La carrera de Cobeaga comienza antes. Hizo cortos en la universidad pero el primero en adquirir notoriedad fue 'La primera vez', nominado al Goya en el año 2001. Poco después empezaría a trabajar en el programa de humor vasco 'Vaya Semanita' donde romperían tabúes sobre qué es materia de chiste o no.
Ya en 'La primera vez' encontramos las características de su cine posterior. Protagonizado por Mariví Bilbao y Aitor Beltrán, narra el frustrado desvirgamiento por parte de una anciana con un muchacho. En un giro final típico de Cobeaga será el hombre joven, en apariencia la fuente de vitalidad, el que falle.
Su siguiente cortometraje fue 'Éramos pocos' (2005), nominado a un Oscar. La historia de dos hombres débiles e interesados en no hacer sus tareas domésticas se encontraba con un final conmovedor, donde el equívoco era finalmente un gesto de amor.
Pero además de dos largometrajes, ha sucedido el éxito inesperado de su libreto. Cobeaga se ha convertido en una suerte de centro de la comedia romántica española, sin pretenderlo probablemente.
Y la película que estrena ahora es 'Negociador'. La escribe en solitario y vuelve a un tono diferente. La película trata de las negociaciones por la paz con ETA desde el punto de vista de un lacónico político que debe encarar las conversaciones y que, conforme avanza la historia, se revela como una suerte de hombre heroico que soporta una existencia que le quema.
Es divertida, pero no obvia. Nuestra conversación trata sobre la comedia y sobre cómo explicar o narrar esta situación en la que un hombre se sienta a tratar con otros que han matado y aterrorizado a otros de su sociedad.
Entrevista a Borja Cobeaga:
- Es inevitable preguntar por la génesis del proyecto. Quienes seguimos tu carrera leímos durante mucho tiempo sobre Fe de Etarras, una comedia que nunca llegó a realizarse. ¿Cuál es la relación de Negociador con Fe de Etarras? ¿Es una un derivado de la otra?
Son proyectos diferentes. Fe de etarras es un proyecto de Diego San José y mio, una comedia abierta, más alocada sobre un comando en su piso. Es como Friends pero con un comando. Negociador sale de un sitio completamente diferente y es un proyecto personal mío, muy posterior. Tras terminar 'No Controles', nos centramos en Fe de Etarras e intentamos ponerla en marcha, vimos que había dificultades y lo dejamos. Ahora hay productoras interesadas, pero no lo veo posible, tenemos la agenda muy llena de proyectos. 'Negociador' fue un proyecto más personal desde el principio.
- Creo que también resulta inevitable preguntarte por ‘Four Lions’, la comedia vitriólica de Christopher Morris donde el yihadismo era materia de humor y situación desmelanada. ¿La tuviste en cuenta para hacer ésta película, aunque fuera como modelo a evitar?
El desarrollo de fe de etarras si que estuvo influido por Four Lions. Diego y yo vimos que era mucho mas salvaje que cualquier cosa que pudiéramos llegar a imaginar. Desde luego nuestro toque costumbrista no tenia nada que ver. Se trataba de una comedia con un tono y una propuesta muy diferente
- ‘Negociador’ parece un regreso a los inicios. Frente a la estética más clásica e incluso espectacular de ‘No Controles’ (id, 2010), volvemos a encontrar una película más íntima, como tu cortometraje ‘Éramos pocos’ ¿Fue una decisión de dirección deliberada?
Antes de la historia de negociador estaba el tono. En la eleccion de Ramón Barea, había una decisión estética, no va a ser un tipo joven, no va a ser una estrella de deslumbrón, un gran actor y punto.
Sí, quería volver al estilo de 'Éramos pocos'. Justo después de hacer 'No Controles' supe que me gustaba hacer comedias alocadas pero me pregunté por qué no hacía una comedia melancólica, por que no hacer un largometraje así como mi cortometraje inicial.
Influencias en 'Negociador'
- Has hablado varias veces de tu admiración por Billy Wilder. Y me parece muy wilderiano el rol de Carlos Areces, quien cambia completamente de registro. Ya no encontramos al Areces divertidísimo y explosivo, su registro es más complicado y sutil que eso. Casi amenazador.
Me contaron que Thierry era un tipo campechano, sociable incluso simpático pero que en un momento determinado podia hacer click y convertirse en un tipo desagradable y sombrío incluso. Y creo que con Carlos buscaba justamente eso, que tuviera simpatía pero que luego tuviera ese giro. También había trabajado en una tv movie llamada Aupa Josu y ahí me demostró que era capaz de cualquier cosa. También pude verlo antes, en ‘Balada triste de trompeta’.
- Aunque has escrito y has demostrado conocer sobradamente la comedia clásica, me parece que ‘Negociador’ es una película más europea. He pensado en algunos trabajos de Marco Ferreri. ¿Crees que hay algún tipo de influencia?
Es verdad que justamente esas comedias no me parecen evidentes, es el género de comedia no evidente el que precisamente cultiva Marco Ferreri, especialmente en las películas que escribió con Rafael Azcona. También me he fijado en peliculas americanas, como las de Hal Ashby, 'Bienvenido mister Chance' es la más clara, o las últimas de Alexander Payne, especialmente 'Nebraska'. Pero las de Ashby y Payne son películas muy europeas, claro. Había un afán de hacer una comedia muy personal. ni chistes evidentes ni comedias con subrayados. Además de Ferreri también tuve en mente a otros grandes maestros italianos a los que sigo, como Dino Risi o Pietro Germi. En esas comedias he aprendido mucho.
- Revisando estos días películas de Bergman me he dado cuenta de lo extraordinariamente divertido que es en momentos tremendamente dolorosos. Y conoces bien el género dramático, donde terminas encontrando humor, pese a que nuestra manía de clasificar nos indique lo contrario. ¿No hay mucho de drama refinado en ‘Negociador’?
Cualquier situación aunque sea muy dramática tiene mucho humor. Es verdad que muchisimos actores muy dramáticos le sacan punta al humor por realismo. En Negociador la comedia no surge de una voluntad cómica si no de aislar cierto sdetlales, desde una perspectiva muy realista y no humoristica. Es verdad que muchisimos dramas contienen mucha comedia. Orson Welles contaba en su autobiografia que estaba viendo 'El Proceso' en la cinemateca de París y se estaba riendo a carcajadas y la gente le miraba. Me pasa lo mismo con las películas de Mar Coll, que me parecen divertidisimas y no creo que a nadie más se lo parezcan.
- Las películas de Mar Coll son extraordinarias. Hay una escena en ‘Tots volem el millor per ella’ (2014) donde cuenta algo tan desagradable como el probable adulterio del compañero de la protagonista con la cuñada con una sutileza bestial. Y al mismo tiempo, compartís una mirada sobre las relaciones familiares y narrar situaciones incómodas, cotidianas, a ratos de humillación
Mar es mi mejor correctora de guiones. De hecho, me pasa informes de ocho páginas y le hago caso en muchísimas cosas y es verdad que creo que compartimos esa curiosidad por contar ese tipo de cosas. Se trata de poner el foco de la cámara en situaciones que no son centrales, es ahí donde sacas la punta de los personajes, y justamente sabes más sobre ellos.
- Ya que hablamos de Coll y de ti, me parece que un rasgo que tenéis en común es que habéis decidido explicaros social y políticamente, algo que os diferencia del resto de cineastas. Las películas de Coll tratan sobre una clase media catalana y barcelonesa incluso, muy reconocible. Las tuyas tienen a Euskadi en el punto de vista. ¿Eres consciente de esta dimensión o conciencia?
Quizás la mayor eclosión fue cuando estaba en Vaya Semanita. Allí aprendí a fijarme en lo que estaba en la calle como una Cobra y también a romper con una serie de cosas que no pensaba que si podían hacer en Euskadi. Allí aprendí mucho. Y después está la necesidad de contar a los secundarios, retratar a los que no suelen estar en pantalla. Es verdad que es el tiempo que me ha tocado vivir, pero de todos modos es el material que más me emociona.
Cine y terrorismo
- ‘Negociador’ es una película con un punto de vista claro, sigue a un personaje. Pero sin embargo el tema presenta una complicación adicional. ¿Cómo contar esta historia y quien debe ser el hilo? Trata, al fin y al cabo, de unos asesinos y de quien negoció con ellos para alcanzar la paz.
Admiro cada vez más las peliculas de unitrama, sin tramas secundarias, algo que no sea televisivo (donde hay una trama laboral, otra sentimental). Eso me interesaba desde el principio. La mayoría de material que había consultado era de Jesús Eguigueren, y en último lugar, respecto a la humanización de terroristas, sé que es más cómodo y fácil creer que son asesinos fríos y no tienen ningún rasgo de humanidad. Mi experiencia es diferente ya que he conocido a simpatizantes de ETA de lo más corrientes, pese a no saber nada de su tendencia política hasta al cabo de seis meses. Lo que pude ver es que eran personas como cualquiera de nosotros.
- Pero en el aspecto ético Negociador me parece muy clara. Es conocido el diagnóstico de la filósofa judía Hannah Arendt donde se habla de la banalidad del mal, y su texto Eichmann en Jerusalén que justamente trata de eso, de como uno de los más viles dirigentes nazis era, a ojos de Arendt, una persona vulgar, nada temible. De hecho, ése me parece el tema de la película: la banalidad del mal.
¡Vaya, sí! Cuando vi la pelicula de 'Hannah Arendt' me atrapó mucho por eso. Después estuve leyendo sobre ella y pensé que estaba en lo cierto. Es mucho mas cómodo por eso mismo pensar que todo esto trata de supervillanos y personas con colmillos o cuerno y rabos. Pero todo esto va de tipos eficaces desideologizados que buscan méritos y creo que eso está muy bien retratado en 'Michael Clayton' donde la malvada no parece sacada de James Bond si no que se trata de una ejecutiva trepa muy mediocre, y que tira hacia adelante sin saber las barbaridades que comete.
- Para terminar y ya que hemos hablado de Arendt, quien hubo de enfrentarse con muchas críticas por su condición de judía escribiendo sobre verdugos antisemitas en un tono arriesgado ¿Temes un recibimiento polémico o acalorado por el tema que tratas?
Es verdad que es una película que puede sonar fuerte, un cocktail arriesgado: comedia, negociación, ETA. Pero a la hora de la verdad la pelicula no pretende polemizar ni parecer muy transgresora. Lo que me interesa es el punto de vista humano y sobre todo el contraste entre la solemnidad del discurso y la realidad de andar por casa. Al menos eso fue lo que vi.
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