Nacido en Barcelona en 1987, Pablo Larcuen es uno de los muchos talentos dentro del cine español que intenta abrirse paso para conseguir dar el salto con garantías al largometraje. Su experiencia en el mundo del corto se limita a dos únicos títulos, pero tanto ‘Mi amigo invisible’ (2009) como ‘Elefante’ (2012) han gozado de una gran acogida, llegando a conseguir varios premios que para sí quisieran muchos cineastas mucho más conocidos que Larcuen a día de hoy.
En el futuro más cercano tendremos la ocasión de ver ‘Hooked Up’ (id, 2013), su primer largometraje que cuenta con la curiosa particularidad de haber sido rodado íntegramente con un iPhone, la primera película que puede presumir de ello. Eso sí, ni mucho menos se está durmiendo en los laureles mientras ultima la distribución de ‘Hooked Up’, pues ya tiene entre manos otro cortometraje en el que va a contar con el apoyo del mismísimo Michel Gondry. Se trata de la adaptación de obras poco conocidas de Boris Vian, el mismo autor del que parte ‘La espuma de los días’ (‘L’ecume des jours’, Michel Gondry, 2013), para la que no ha dudado en recurrir al cada vez más socorrido recurso del crowdfunding. Hemos aprovechado esta coyuntura para charlar con él sobre su obra, tanto pasada como presente y futura.
- ¿Cómo fue tu primera toma de contacto con el cine, ya entonces te entró el gusanillo por dedicar tu vida a ello o fue más adelante cuando sucedió esto?
A mi padre siempre le ha gustado mucho el cine y recuerdo que teníamos estanterías llenas cintas de vídeo. En la parte baja de la estantería estaban las cintas que yo podía ver (la mayoría colecciones de periódicos como la serie animada de Mortadelo y Filemón, las de las Tortugas Ninja, la serie de Tintin, etc.). En la parte de arriba, había muchas cintas con películas grabadas de la televisión pero eran para mayores y yo no tenía permiso para verlas. Recuerdo que, desde bastante pequeño, cuando me dejaban solo en casa (aunque sólo fuera minutos) me subía a una silla, cogía alguno de los "videos prohibidos" y me lo ponía. Entre esas cintas había películas como ‘Psicosis’ (‘Psycho’, Alfred Hitchcock, 1960), ‘Reservoir Dogs’ (id, Quentin Tarantino, 1992), ‘Capitanes Intrepidos’ (‘Captains Courageous’, Victor Fleming, 1937), etc La mayoría no las entendí en su momento (tampoco creo que viera ninguna entera) pero fueron lo primero que hizo que el cine me llamara la atención.
Además, mis padres tenían una cámara de Hi-8 y grababan todas las vacaciones. Al final, las dos cosas se sumaron y terminé intentando copiar algunos de los planos que veía en las cintas de video con la cámara de mis padres. Desde muy pequeño decidí que quería ser director de cine, obviamente, lo que con ocho años pensaba que era ser director era muy distinto a lo que es en realidad. No tengo recuerdo de haberme querido dedicar a ninguna otra cosa.
- ¿Y en qué momento descubriste que ser director era muy diferente a lo que pensabas, en las primeras tentativas que harías con tus amigos o al dar ya el salto a proyectos algo más profesionales?
Al entrar en la escuela de cine. Hasta entonces todo era bastante improvisado. La mayoría de vídeos eran de mis amigos y yo haciendo skate y los cortos eran muy amateurs y sin ningún tipo de organización (¡a veces no teníamos ni guión!). La verdad es que, al entrar en la escuela de cine y descubrir todos los cargos y procesos de una película, me di cuenta de que no tenía ni idea y de que, a lo mejor, eso de ser director de cine ni era tan divertido ni tan fácil cómo pensaba. Tuve la suerte de ir a una buena escuela que hizo que la transición fuera bastante sencilla en la que, además, enseñan muy bien a diferenciar los cargos y responsabilidades de cada persona del equipo. Creo que eso es vital.
- La ESCAC se está convirtiendo en la fuente de muchos jóvenes valores del cine español, ¿nos podrías hablar sobre cómo fue el proceso de aprendizaje allí para poder convertirte en director?
No creo que te puedas convertir en director. Lo eres si te lo crees y, dependiendo de tu talento y suerte, lo serás mejor o peor. Es una cuestión de confiar en uno mismo. Hay muchas veces que, en mitad de un rodaje donde hay mucha gente trabajando, me paro a pensar "¿de verdad toda esta gente está aquí por esa idea loca que se me ocurrió en la ducha?". Y te das cuenta de lo frágil que es la posición del director. Tu trabajo es el de hacer creer al resto del equipo que cada decisión que tomas es la mejor para el resultado final. Has de creer en tu instinto y tener la suficiente confianza en ti mismo como para poder convencer e ilusionar a un grupo de gente bastante grande. En cuanto a lo mejor de la ESCAC. Yo pienso que, si uno es lo suficientemente listo y tiene mucha voluntad, podría aprender a hacer cine en su casa. Al fin y al cabo, todas las teorías y leyes del cine están explicadas en miles de libros.
Para mí, la gran diferencia que la escuela de cine tuvo en mi vida fue la de encontrar a mi equipo. En una escuela tan grande hay muchos alumnos y cada uno tiene un grado de motivación y talento diferente. Al principio, eso puede llevarte problemas porque, seguramente, tardes un tiempo en conocer a todos y es muy frustrante trabajar con gente con la que no conectas. Al final, acabas encontrando a los que son como tú. Yo tuve la suerte de no encontrar un grupo de trabajo sino a un grupo de amigos. Trabajar con amigos marca la diferencia.
- ¿Qué nos puedes contar de 'Mi amigo invisible', tu primer trabajo que consiguió difusión —y éxito— más allá de nuestro país?
Descubrí la que sería mi escuela de cine cuando estaba en secundaria. Iba cada lunes al cine de mi pueblo porque había sesión doble. Acabé haciéndome amigo de los que trabajaban ahí y, entre ellos, había una chica que estudiaba guión en esa escuela. Recuerdo que siempre me hablaba de los ejercicios que hacían y me enseñaba fotografías de sets que construían. A mí eso me parecía Hollywood. Además, por aquel entonces, se organizó un festival de cortos en mi pueblo y vi proyectado en el cine el anuncio de la escuela, que era increíble.
Más adelante, cuando estaba en bachillerato vi en la televisión el mejor corto que he visto hasta la fecha, ‘La Ruta Natural’ (Álex Pastor, 2004), porque lo habían seleccionado en Sundance. Al enterarme de que era de esa misma escuela, me puse cómo objetivo conseguir entrar en ella, que me dieran un proyecto final de carrera y que lo seleccionaran en Sundance. Cuatro años más tarde, estaba en tercer curso. Tercero es el curso en el que has de demostrar todo lo que vales para que te den proyecto final al año siguiente. Además, ese año, se puso en marcha el Festival Inexperto: un festival de cortos en el que competían todos los ejercicios de tercero. Que uno de tus ejercicios no estuviera entre los cortos seleccionados te quitaba bastantes esperanzas en cuanto a que te dieran proyecto final.
Semanas antes del festival, nuestro tutor nos dijo que éramos uno de los pocos grupos que no teníamos ningún corto seleccionado. Nos quedaba una práctica por rodar, teníamos que ponernos las pilas. Fue entonces cuando hicimos ‘Mi Amigo Invisible’. En un fin de semana, con 300€ de presupuesto y casi sin equipo porque nadie de la escuela quería trabajar con nosotros. Pero por una secuencia de milagros extraordinaria, el corto se terminó, quedo bien y, no sólo nos seleccionaron en el Inexperto, sino que ganamos casi todos los premios más importantes (mejor corto, guión...etc.)
El festival se celebró en Junio y, al día siguiente, me marché a Ámsterdam a pasar el verano. Quería centrarme en escribir un buen proyecto final. Para nosotros, ‘Mi Amigo Invisible’ no era más que un ejercicio de clase que íbamos a guardar en Dvd en la estantería de casa. Fue terminado verano, al volver de Ámsterdam, que, por otra secuencia milagrosa de casualidades, acabamos enviando el corto a Sundance (2 horas antes de que cerrara el plazo de inscripción). Mis amigos sabían que estar seleccionado en Sundance era uno de mis sueños así que fue algo parecido a una apuesta loca. De hecho, Antonio Gómez-Pan (el montador del corto) apostó que se haría un tatuaje del corto si nos lo seleccionaban.
Al final, Antonio terminó con el tatuaje de ‘Mi Amigo Invisible’ en el brazo, fuimos a Sundance a presentar el corto y cumplir mi sueño pero eso no sirvió para que me dieran proyecto final de carrera. Sin ningún tipo de duda, ‘Mi Amigo Invisible’ me cambió la vida y fue el primer paso importante de nuestra carrera. Pero más allá de los premios, contactos y experiencias que sacamos, lo más importante que conseguimos con ese corto fue confianza. Saber que podíamos confiar en nuestra voz y estilo, que no teníamos que estar constantemente comparándonos con el trabajo de otros sino que podíamos crear algo nosotros y que funcionara. Fue el "click mental" que lo cambió todo.
- Acabas de comentarme que el éxito de 'Mi amigo invisible' no fue suficiente para que en tu escuela* te confiasen un proyecto de final de carrera, ¿hasta qué punto fue entonces complicado el poder sacar adelante 'Elefante'?
Fue relativamente fácil. Aunque no nos aprobaron el proyecto, el jefe de la productora que lleva a cabo los proyectos finales decidió que nos lo producía igualmente. El problema es que no nos dejaron rodar el guión que habíamos presentado y tuve que desarrollar uno en muy poco tiempo.
De allí salió ‘Elefante’. Tuvimos muchos problemas con el guión y eso llevo a que tuviéramos que inventarnos una historia nueva en la sala de montaje. De un corto de 18 minutos pasamos a uno de 7 que no tenía nada que ver pero que funcionaba mucho mejor. La verdad es que es un poco frustrante el pensar que podríamos haber hecho algo mucho mejor pero el valor de lo que aprendimos cometiendo un error tan grande y solucionándolo en montaje no tiene precio. ‘Mi Amigo Invisible’ salió demasiado fácil, se rodó la primera versión de guión y funcionó perfecto. Con ‘Elefante’ aprendimos que sin un guión de hierro no se va a ningún lugar.
- ¿Qué fue lo que te llevó a rodar tu primer largometraje íntegramente con un iPhone?
La necesidad. Teníamos un presupuesto muy reducido por lo que no nos podíamos permitir alquilar ningún tipo de cámara profesional. Yo siempre estoy grabando vídeos con el móvil y, desde hacía ya un tiempo, estaba bastante sorprendido por la calidad de grabación del iPhone, sobretodo en bajas luces. Si ves el material sin comprimir, el iPhone da un grano que se parece más al 16mm que al digital. También había hecho tres años antes un par de cortos con móvil con los que gané algunos premios (están en YouTube).
Por otro lado, quería que la historia pareciera real y que el target a quien va destinada la película se sintiera identificado. Pensé que, al estar grabado con algo que todo el mundo tiene a su alcance, se crearía un sentimiento de proximidad más grande con el espectador que se traduciría en más veracidad. La mezcla de todos estos elementos más la idea de que, el estar grabado con iPhone, sería un buen gancho a nivel de marketing fue lo que me hizo tomar la decisión. La verdad es que fue un acierto.
- Actualmente formas parte de un proyecto que está apadrinado, entre otros, por Michel Gondry, ¿cómo te surgió la oportunidad de participar en el mismo?
La oportunidad surgió en el festival de Clermont-Ferrand dónde fuimos a presentar ‘Elefante’. Conocí a uno de los productores, nos hicimos amigos, le gustó nuestro trabajo y, al cabo de unos días me llamó ofreciéndome la oportunidad. La verdad es que no tenía intención de volver a hacer otro cortometraje ya que consideraba que era una etapa que habíamos cerrado al terminar la escuela y, más aún, después de terminar nuestro primer largo. Pero se trata de un proyecto muy ambicioso con gente bastante importante a nivel europeo involucrada así que terminé aceptando después de conseguir que me dejaran llevar a mi equipo y me dieran bastante libertad a la hora de adaptar la historia.
Ahora mismo, estoy terminando de pulir la última versión de guión, ya tenemos la localización cerrada y estamos negociando el casting. Son dos actores y una actriz y estamos hablando con un par de estrellas europeas y una americana. Si lo conseguimos, será uno de los mejores castings que ha tenido nunca un cortometraje. También tenemos una página de crowdfunding dónde hay información detallada sobre el proyecto y la gente puede participar.
- ¿Qué podemos esperar de Pablo Larcuen en el futuro?
El cine que me cautivó fue el del Hollywood de los 80 y principios de los 90. Entonces había grandes creadores que sabían mezclar el cine de espectáculo con las buenas historias. Creo que eso se ha ido perdiendo gradualmente y, hoy en día, o te cuentan una buena historia o ves un espectáculo vacío (con rarísimas excepciones). Mi objetivo, aunque suene ambicioso, es intentar cambiar la tendencia y recuperar las buenas historias espectaculares. Es el tipo de películas que me gusta ver y el único por el que creo que vale la pena pagar una entrada de cine.
‘Llevo tiempo trabajando en dos guiones: ‘Astronautas’ y la adaptación al largo de ‘Mi ‘Amigo Invisible’. Si algún día me las dejan hacer tal y como las tengo pensadas, estoy seguro que haré feliz a más de uno que piense como yo. A corto plazo: el estreno de ‘Hooked Up’, ‘Mind Your Own Business’ que es el título del corto que rodaremos en Octubre y, en pocas semanas, estrenaremos el videoclip de ‘Stock’ para el grupo Palmbomen (la canción forma parte de la banda sonora del ‘Grand Theft Auto V’). De momento, a seguir trabajando duro y a pasarlo bien.
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